Sevilla

Un fondo europeo se hace a última hora con el Metro de Sevilla

  • El fondo malasio queda fuera de la compra de Globalvía pese al acuerdo firmado el 1 de julio

Una jugada a última hora de las entidades acreedoras de Globalvía ha evitado la compra de esta empresa, concesionaria del 88,23% del Metro de Sevilla, por parte del fondo de inversiones estratégicas del Gobierno de Malasia Khazanah Nasional Berhad, aun cuando el acuerdo de compra con el fondo malasio se firmó el pasado 1 de julio. Los acreedores son tres fondos europeos -británico y holandés- y canadiense que han arrebatado al fondo malasio la compra de Globalvía a pesar del acuerdo firmado el 1 de julio que se había hecho oficial.

Los compradores han sido los fondos USS (británico), OPTrust (Canadá) y PGGM (Holanda), que han ejercitado en el último minuto su derecho de adquisición preferente sobre la totalidad de las acciones de Globalvia, haciéndose así con la filial de concesiones participada por FCC y Bankia, según informó este miércoles FCC a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en una escuetísima nota. Estos fondos, poseedores actuales de bonos convertibles en 750 millones de euros de Globalvía, tenían la posibilidad de suspender la transacción y así ha sucedido. Lo han hecho cuando se agotaba el último día del plazo para presentarse. Al parecer, esta interrupción de la venta no obliga a pagar indemnizaciones al fondo malasioperjudicado, según infoma elEconomista.es de fuentes cercanas al proceso. FCC restó ayer importancia a este giro y dijo que "era algo que podía darse".

El grupo constructor y de servicios Globalvía estaba compuesto hasta ahora por Bankia y FCC, propietarias al 50%, y señala que "la operación se realiza en iguales términos de precio y condiciones que los anteriormente firmados", es decir, por un importe de hasta 420 millones de euros acordados. El acuerdo se estructuraba en un pago inicial de 166 millones de euros y otro diferido que podría alcanzar 254 millones de euros, incluidos los intereses correspondientes a este aplazamiento.

El Metro de Sevilla es una de las infraestructuras que gestiona Globalvía, con lo que estos nuevos accionistas que se han hecho con la totalidad de la empresa convivirán en el metropolitano de Sevilla con la Junta de Andalucía como accionista minoritario. La participación pública en el Metro se limita al 11,77% de las acciones, lo que otorga un escaso margen de maniobra de la Administración andaluza en la concesionaria. El Ayuntamiento de Sevilla ya no tiene voz ni voto en el Metro desde que Tussam vendió a la Junta su participación inicial.

El comité de los trabajadores del Metro admitió ayer que prefiere que sean los europeos, y no el fondo malasio, los que se queden con Globalvía, aunque considera que el cambio de accionistas no tiene por qué afectar a la gestión y a los resultados de explotación de la línea.

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