De futbolista a vendedor callejero
La Universidad Pablo de Olavide acoge una mesa redonda sobre migración con testimonios personales
Moussa se marchó de Somalia en 2010 para jugar al fútbol en Francia. Un ojeador lo seleccionó junto a otros jóvenes mientras jugaba en un pequeño campo de fútbol de su ciudad natal. Era la primera vez que viajaba en avión. Un mes después, el club en el que empezó a jugar le dijo que no valía y el visado de turista se le caducó. Algunos de sus compañeros, en su misma tesitura, volvieron a Somalia, pero él decidió inmigrar a España.
"Fue muy duro. Estaba solo y no sabía hablar español. Al principio dormía en la calle hasta que me encontré a un chico de mi país y me llevó a su casa", recordaba Moussa ayer durante la celebración de una mesa redonda sobre migración en la Universidad Pablo de Olavide, celebrada con motivo de la publicación del libro España, de país de emigración a país de inmigración. "Yo quería estudiar y pregunté a varias personas dónde podía aprender español. Luego me preparé la ESO, aprobé e hice un curso de jardinería".
Moussa reconoce que no tiene trabajo y que se gana la vida vendiendo en la calle de manera irregular. Desde la Fundación Don Bosco, a través de su programa de empleo, le ayudan a normalizar su situación en España y a buscar trabajo. "Cuando hablo con mi madre, siempre me pregunta si ya tengo los papeles y yo siempre le digo que de momento no. Hay que tener paciencia".
El 90% de los jóvenes que son atendidos por la Fundación Don Bosco en Sevilla son extranjeros. Según Jesús Gutiérrez, coordinador del programa de empleo de esta entidad, en ciudades como Cádiz o Málaga siempre han trabajado con inmigrantes en situación irregular, pero en el caso de Sevilla era distinto. "Antes trabajábamos principalmente con jóvenes que procedían de centros de acogida y desde hace unos tres o cuatros años el perfil de estos jóvenes ha dado un vuelco radical", anota durante su intervención.
La Fundación Don Bosco atiende en Andalucía a unos 5.000 jóvenes al año a través de sus programas de empleo y cuenta con más de 20 casas de acogida donde residen unas 250 personas. Además, en lo que va de año, ha gestionado en Sevilla unas 200 incorporaciones laborales. "Lo que quieren todos es regularizar su situación, pero esto no es fácil y muchos se frustran porque no lo consiguen", explica Jesús Gutiérrez. "Uno de los requisitos es tener un contrato de trabajo de un año pero quién ofrece eso hoy en día. Ningún empresario se arriesga y algunos abusan de las prácticas".
Sí ha conseguido trabajo Abderrafi, que comenzará a trabajar la semana que viene en El Patio de San Eloy. El joven marroquí se muestra prudente y habla con pudor de su nuevo empleo. En su caso, disfruta de un permiso de residencia de cinco años.
Abderrafi llegó a Andalucía en los bajos de un camión en 2011. Tenía 15 años. "Mi padre se marchó de casa y mi madre no tenía ni para comer. Quería irme para no ser una carga para ella", relata el joven visiblemente afectado. A Abderrafi le duele recordar su historia y guarda silencio en varias ocasiones. "Intenté llegar a España en los bajos de un camión más de 15 veces. Sabía que arriesgaba mi vida. Conozco a gente que ha muerto o se ha roto una pierna, pero la desesperación te lleva a actuar así", dice. "No lo volvería a hacer".
La abogada especialista en extranjería, asilo y nacionalidad Victoria Fernández Vidal reconoce que en Andalucía existen "muchos recursos" para atender tanto a migrantes que se marchan de su país de origen para mejorar su situación económica como a refugiados. Pero estos recursos "no se adecuan a las necesidades" de estas personas. "Son muy estrictos con los plazos, por ejemplo. No le puedes dar a una mujer víctima de la trata de personas un plazo de 60 días para que denuncie. Es imposible que en ese tiempo pueda quitarse las cadenas".
Fernández ha colaborado en el libro España, de país de emigración a país de inmigración, escrito por Concepción Nieto-Morales, María José Vázquez-Fernández y Mohammed Dahiri. En él aparecen las vivencias de 50 inmigrantes, algunos de los cuales llegaron a España siendo aún menores de edad.
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