Alumnos que entran disfrazados de gallina en un aula e interrumpen una clase, libros arrojados a la cabeza de un profesor, tizas que vuelan, preguntas sobreactuadas o simplemente insultos al docente. No se trata de una película más de campus gamberro a la norteamericana, sino de la llamada de atención que se realiza desde CCOO sobre el "cada vez más preocupante aumento de faltas de disciplina grave en diferentes centros de la Universidad de Sevilla". Desde la Hispalense, sin embargo, se le quita importancia a esta denuncia y asegura que no tiene "sustancia" y que es "anecdótica".

El primer toque de atención lo ha dado el representante de CCOO en la Junta de Personal, Rodrigo Fernández Carrión, quien se encuentra en estos momentos recabando la mayor información sobre este fenómeno que considera "bastante amplio, aunque todavía no generalizado". El problema es que el también profesor titular de Ciencias del Trabajo considera que estas actitudes no están siendo penalizadas por los centros con la suficiente contundencia, "lo que incide en su rápida difusión".

La alarma saltó cuando Fernández Carrión, en su función de representante sindical de la Universidad de Sevilla, estaba recabando información sobre las diferentes incidencias en las polémicas encuestas que se están realizando a los alumnos sobre la calidad docente. "Además de varias quejas sobre este aspecto, empecé a recibir numerosos correos de profesores que denunciaban todo tipo de vejaciones y humillaciones por parte de los alumnos". Actualmente, el profesor está realizando un informe con este material y todavía no quiere dar un número cerrado de incidencias.

Ante esta situación, el profesor ha mandado un correo electrónico a la comunidad docente de la Hispalense en el que anima a sus compañeros a que le manden toda la información disponible. Como ejemplos, Fernández Carrión detalle en este correo algunas de las incidencias ya registradas: "Agresiones físicas en clase (golpes, empujones y objetos lanzados), agresiones verbales (fondo y forma), actuaciones en clase, como sobreactuación con preguntas impertinentes y groseras, y aparición de alumnos disfrazados... Y todo ello grabado por otros compañeros para su explotación en internet".

Fernández Carrión pone un ejemplo que podría ser cómico si no se tratase de un atentado a la dignidad de un docente, algo tan tristemente español. "Una de las denuncias cuenta el episodio de un estudiante que interrumpió una clase disfrazado de pollo o gallina. El profesor observó que durante el incidente varios alumnos grababan vídeos con sus móviles". Para el Fernández Carrión no cabe duda de cuál es la raíz del problema: "Son los estudiantes de la Logse, que se están incorporando a la Universidad. El mismo gamberrismo que exhibían antes en los institutos y que no se supo reconducir se manifiesta, ahora, en la educación superior".

No es un problema específico de ningún centro de la Universidad de Sevilla en concreto. Según el profesor, afecta a carreras de ciencias y letras y si no se conocen más casos es "porque a muchos profesores les da vergüenza admitir y denunciar que han sido vejados por sus alumnos". Fernández Carrión admite que en la Universidad en general hay "mucho miedo" a hablar de este asunto, "porque se piensa que puede dar una publicidad negativa a la institución".

Eso sí, el representante sindical universitario indica que ya ha mantenido una reunión con la Vicerrectora de Profesorado, Elena Caro, quien les ha comunicado que "desde el Rectorado no se van a permitir este tipo de actuaciones".