Los 'gonzalos' de García-Pelayo

Ayer empezó el seminario que el festival de cine Europeo le dedica a Gonzalo García Pelayo. En el homenaje a Máximo Moreno en la Cartuja, Gonzalo me contó que estaban preparando en Jerez una cumbre de Pelayos, por usar el segundo apellido que ha utilizado como reclamo la película que narra sus vicisitudes con los casinos. García-Pelayo es el rey del festival de Las Vegas, tan monegasco como Carolina cuando se adentra en los secretos del álgebra del Casino de Montecarlo. Sólo le dejan entrar en el Casino de la Exposición porque allí no hay ruletas.

A esa cumbre de Pelayos estaban invitados parientes de toda la geografía española. Son 16 hermanos y uno de ellos hizo con previsión los trámites del viaje para volver a tiempo y poder votar en las elecciones de Estados Unidos. Los García-Pelayo han votado en media Europa y jugado en medio mundo. Sus cinco películas, desde Manuela a Corridas de Alegría, van desde 1975 a 1982. Desde la muerte de Franco al triunfo de Felipe en las elecciones. Pionero del cine erótico con cintas como Frente al mar, rodada en Chipiona, destape metafísico con guión del catedrático y novelista José María Vaz de Soto.

A Sevilla le ha dado últimamente por los Gonzalos. Además de las tres jornadas del seminario sobre el cineasta que coordinan Alfonso Crespo y Manuel J. Lombardo, la semana próxima presenta Nicolás Salas su biografía de Gonzalo Queipo de Llano. Igual que mucha gente de la generación de García-Pelayo se llaman José Antonio o Pilar por los hermanos Primo de Rivera (es el caso del presidente de la Junta, sin ir más lejos), a Gonzalo García-Pelayo no le pusieron ese nombre por el tormento de Tordesillas que sembró el terror en Sevilla.

La clave está en el barrio de Los Remedios. La calle Génova separa dos calles que trazan sendas curvas: Gonzalo Segovia y Gonzalo Berceo. Le pusieron Gonzalo por su bisabuelo Gonzalo Segovia, que fue alcalde de Sevilla. El director de Manuela regentó un local llamado Don Gonzalo. Un tratamiento cortesano, una usía propio de Silvio y Curro el barbero. No es un don Gonzalo autobiográfico, ya que la sacristía por la que pasaron Gualberto y Antoñito Smash, Triana o Lole y Manuel, debía su nombre a Gonzalo de Berceo, el vecino de su bisabuelo. Berceo, el autor de los Milagros de Nuestra Señora, tiene una calle en Sevilla y un equipo de fútbol con su nombre. El Berceo ocupa el puesto 16 en el grupo 16 de la Tercera División, el grupo riojano.