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Sevilla

La otra gran depresión

  • La crisis y el paro disparan las consultas de psicología hasta triplicar la cifra en algunos servicios · Los médicos de familia hacen de psicólogos ante la falta de recursos especializados y proponen crear grupos de terapia

El permanente estado de incertidumbre provocado por la crisis económica, los constantes recortes, los despidos y las noticias negativas sobre la evolución de los mercados se encuentran ya entre las principales causas de los cuadros de ansiedad y depresión que se ven a diario en los centros sanitarios.

Las consultas de psicología se han disparado en los últimos cuatro años y en las últimas semanas la búsqueda de ayuda emocional ha crecido todavía más. Según los cálculos realizados por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, alrededor del 20% de los pacientes que acuden a las consultas en atención primaria presentan síntomas de alteraciones emocionales, ansiedad y depresión. Una prevalencia que también se observa en las consultas médicas privadas que sitúan el aumento de estas patologías y de la receta de ansiolíticos y antidepresivos en los albores de la gran depresión económica que hoy sufre el país.

El psicólogo Jorge Romero, terapeuta familiar y de parejas en la Clínica USP Sagrado Corazón de Sevilla, asegura que las consultas por este tipo de sintomatología están aumentando hasta casi triplicarse desde 2008. "En general observo una gran falta de motivación en las personas que trato, desesperanza, con el problema añadido de que no es algo que ellos mismos puedan controlar", apunta el doctor.

Lo que está detrás de un creciente número de casos de estrés, ansiedad y depresión es la falta de esperanza ante una sensación de caída libre. "El ser humano es capaz de soportar casi cualquier circunstancia, pero tiende a desesperarse cuando desconoce hasta cuándo va a durar esa situación", añade el especialista.

El psiquiatra sevillano Javier Criado asegura que toda situación de crisis afecta al 90% de las personas, que pueden experimentar síntomas neuróticos: "La neurosis se desarrolla por la inseguridad que se adquiere ante una situación que se n os escapa de las manos, que no sabemos si tendrá solución a corto o a largo plazo".

La información económica pesimista hace mella en el estado de ánimo de las familias. La falta de ganas, la apatía, ausencia de chispa vital, el decaimiento, el no querer hacer nada... son los efectos de la crisis persistente ante la sensación de un futuro incierto. Y los pequeños son los más vulnerables ante estos problemas de adultos. "Los niños se muestran indiferentes a la prima de riesgo o al interés de los bonos a 10 años, ellos simplemente ven el mundo a través de sus padres, y desde luego no sólo por lo que ellos les dicen, si no por cómo lo dicen. Por explicarlo de otra manera, los niños son termómetros emocionales; son capaces de medir con increíble exactitud la situación emocional de su padre y de su madre, y en función de cómo los perciba mostrará un ánimo consecuente con el de ellos", explica el doctor Romero.

Los problemas de pareja también están creciendo por esa falta de esperanza que cada vez se generaliza más en la población: "La crisis también afecta, ya que cualquier relación tiende a ser un sistema que busca la estabilidad (aunque pocas lo consigan). El actual panorama desestabiliza esos sistemas, y hace que problemas nimios se conviertan en auténticas guerras. En definitiva, provoca inestabilidad y aumento de tensión en muchas relaciones, aunque no en todas, ya que en algunos casos un entorno hostil y difícil como el actual hace que se unan más".

Criado advierte que esta "neurosituación" influye directamente en el nivel de vida, pues crea inseguridad e inmadurez. "Y a menos madurez, más estrés, lo que da lugar a más crispación y agresividad y se generan procesos sociales de mucha peligrosidad", advierte el psiquiatra, que apunta la necesidad de incrementar el número de consultas y servicios de psiquiatría y psicología. Otros médicos apuestan por las terapias de grupo, pero el déficit económico en la sanidad pública dificulta este extremo.

Para afrontar de mejor manera la incertidumbre generadas por la crisis y los recortes, el doctor Romero recomienda cambiar la perspectiva y la visión de la situación: "Cuando la solución a un problema no depende de uno mismo, el mejor consejo que se puede dar es el de relativizar y ser optimistas. Al final todo pasará, y el tiempo que hayamos dedicado a preocuparnos inútilmente será tiempo perdido".

Buena receta, pero de difícil aplicación. Las consultas se disparan al ritmo que surgen los expedientes de regulación de empleo y los cierres de empresas. Según un estudio nacional realizado por la SemFYC y presentado hace un mes en Bilbao, el consumo de fármacos antidepresivos se vincula directamente al aumento de las cifras de paro. Así ocurrió en 2008 y en 2010 y los últimos meses reflejan una tendencia muy similar.

Muchos pacientes se quedan en el escalón de la atención primaria, donde es más difícil diagnosticar con precisión estos síntomas y distinguir entre cuadros leves y pasajeros y otros más graves. Para todos ellos, el doctor Romero tiene una recomendación: ver la película La Vida es Bella de Salvatore Coluccio: "Cuenta precisamente cómo superar situaciones insoportables cambiando el punto de vista, principalmente para que los niños no sufran; en resumen, en la medida en que los niños vean que les seguimos dedicando tiempo, que este tiempo además lo disfrutamos y que somos felices, ellos serán felices". Un buen consejo que permitirá, al menos, olvidarse un rato de la crisis financiera y la ruina doméstica.

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