conmemoración de una gesta

El hijo de Valdés Leal 'luchó' en Lepanto

  • Se cumplen 450 años de la batalla en la que Felipe II y el Papa derrotaron al Islam

  • Un cuadro de Lucas Valdés en la Magdalena retrata el triunfo

Dos visitantes ante el cuadro 'La batalla de Lepanto', en la Magdalena.

Dos visitantes ante el cuadro 'La batalla de Lepanto', en la Magdalena. / Juan Carlos Vázquez

Está considerada la mayor batalla naval de la historia moderna. Hoy se cumplen 450 años de la batalla de Lepanto. Un momento de gloria para Felipe II, que diez años antes, en 1561, traslada la Corte de Valladolid a Madrid; y diez años después, en 1581, es nombrado rey de Portugal. El 7 de octubre de 1571, la Santa Liga convocada por el Papa Pío V y que formaban Castilla, Venecia y los Estados Pontificios, derrotaban a la armada turca en Lepanto, aguas griegas del mar Jónico.

Al frente de la Armada de la Santa Liga, un joven marino, Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, hijo de Carlos I y de su amante Bárbara Blomberg. Nacido en 1547, el mismo año que Miguel de Cervantes, que fue uno de los 86.000 efectivos que participaron en la histórica batalla contra el Turco, como llama en singular al adversario en sus numerosas referencias en el Quijote. Su autor perdió la mano izquierda en Lepanto y con la derecha llegó a una de las cumbres de la literatura universal.

En Sevilla hay una curiosa presencia de la batalla de Lepanto. Los dominicos le encargaron a Lucas Valdés (1661-1724), hijo de Valdés Leal, una pintura mural conmemorativa de la batalla y que junto a la presencia de las flotas de los dos contendientes muestra la aparición de la Virgen del Rosario al Papa Pío V. El cuadro está fechado entre 1709 y 1715 y puede verse nada más entrar, a la derecha en la parroquia de la Magdalena. La leyenda atribuye a una mediación de esta imagen el triunfo frente a la potente armada otomana.

"La Virgen del Rosario es una advocación de los dominicos, orden a la que también perteneció como fraile el Papa Pío V", dice Francisco Román, párroco de la Magdalena. "Si hubieran vencido los turcos, no sé qué hubiera sido de nosotros". Esta pintura mural de la batalla de Lepanto hecha por el hijo de Valdés Leal es uno de los muchos atractivos histórico-artísticos de esta iglesia que fue convento de San Pablo de los dominicos. "El hotel Colón era el claustro", dice Miguel Ángel PérezPascual, capiller de la Quinta Angustia, que como el Calvario tiene su sede en este templo parroquial. Además de las calidades arquitectónicas de Leonardo de Figueroa, el arquitecto que dirigió su construcción, cuenta con la pila donde se bautizó Murillo, los asientos respectivos de matrimonio y de defunción de Zurbarán y Martínez Montañés o un cuadro reciente, con la firma de Raúl Berzosa, de Bartolomé de las Casas, dominico sevillano consagrado en este templo como obispo de Chiapas, en México. Tesoros que se encuentran en el Coro Alto, a la altura de los dos órganos, uno en uso, otro mudo.

El padre Las Casas muere en 1566, cinco años antes de la batalla de Lepanto, que los historiadores consideran un triunfo en los mares de los principios del Concilio de Trento, celebrado en 1545, dos años antes de que nacieran Juan de Austria y Cervantes. Con su derrota, en palabras de Antonio Domínguez Ortiz en España. Tres milenios de historia, "Turquía se orientó hacia Irán, su enemigo tradicional, y a falta de un tratado de paz mantuvo una tregua con Felipe II, que también tenía interés en congelar el conflicto en el Mediterráneo".

Otro de los marinos que participó en la batalla de Lepanto fue Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, a quien sorprendió la muerte antes de poder participar en 1588 en la derrota de la denominada Armada Invencible contra los ingleses.

En Sevilla la calle Lepanto es contigua de la calle Quevedo, aunque el que combatió fue Cervantes. En la calle Lepanto de Madrid vive Tomás Nevinson, protagonista de la última novela de Javier Marías. En un paseo por el Retiro con su jefe británico, Tupra, pasan junto a la estatua de Álvaro de Bazán y leen la leyenda a sus pies: "El fiero turco en Lepanto, en la Tercera el francés, en todo el mar el inglés, tuvieron de verme espanto". Este marino tiene calle en Sevilla, donde pasó su infancia Antonio el Bailarín.

Pío V fue el Papa número 225 de la Iglesia. A partir de él, metáfora de la pureza, los pontífices empezaron a vestir de blanco. El Papa que concitó aquella Armada a la que también se sumaron la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, fue un hombre severo: prohibió las corridas de toros en la cristiandad y obligó a los hombres de su Guardia Suiza a casarse con sus concubinas o despedirlas. Además de Lepanto, financió la guerra de Francia contra los hugonotes.

Cervantes y Lope de Vega convirtieron a Juan de Austria en un personaje literario. "Uno de los pocos españoles inmune a la leyenda negra", dice José Varela Ortega en su libro España. Un relato de grandeza y odio. El vencedor de Lepanto, de corta vida como los héroes románticos, volvió a la Corte de Madrid con la celada y manopla de Alí Bajá, el almirante turco, como trofeo". Lepanto, un triunfo efímero. "La muerte del pontífice y los intereses venecianos disuelven la alianza, impidiendo sacar partido de la victoria", dice Domínguez Ortiz.

Hoy, 450 aniversario de Lepanto y festividad de la Virgen del Rosario, es un buen día para entrar en la Magdalena y ver el cuadro de Lucas Valdés, como ayer hicieron Carmen, asturiana, y su hija Bibiana, gallega, de turismo en Sevilla. Una batalla en el primero de los dos Siglos de Oro con los que contó España. El segundo lo protagonizarían Zurbarán, Murillo,Montañés, tan vinculados a esta iglesia, y Valdés Leal, el autor de las Postrimerías y padre del pintor de la batalla de Lepanto. 7 de octubre de 1571. Tres años después de la revuelta de los moriscos en Granada.

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