Docuserie '¿Dónde está Marta?'

La hipnosis de Carcaño y la hipoteca

Imágenes del documental de Paula Cons '¿Dónde está Marta?'

Imágenes del documental de Paula Cons '¿Dónde está Marta?' / Netflix

Con el único condenado por el caso Marta del Castillo ya cumpliendo su pena en la prisión de Herrera de la Mancha, el último episodio de la docuserie de Paula Cons ¿Dónde está Marta? (Netflix) muestra cómo la Policía no había cerrado aún el caso y seguía buscando el cuerpo de Marta del Castillo.

Esa búsqueda casi desesperada llevó a propuestas llamativas como la prueba neurológica P300, realizada en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza y que analizaba las impresiones que determinadas imágenes despertaban en el cerebro.

El test sometió a Carcaño a varias imágenes de las localizaciones indicadas hasta la fecha sobre dónde habrían llevado los restos de Marta y el aparato marcó que el cerebro del condenado respondía de forma diferente cuando tenía ante sí una fotografía de la escombrera de Camas. Se buscó allí de nuevo y se hallaron restos óseos que no pertenecían a Marta.

La otra prueba que se realizó entonces a Carcaño, y que no había trascendido hasta ahora, fue una sesión de hipnosis que tampoco desveló nada.

"Lo único que faltaba fue que llamasen a un médium", apunta en el documental su entonces abogada Paloma Pérez Sendino (según publicaron los medios, sí que se acudió a un médium), que exculpa a su cliente de las sucesivas e infructuosas búsquedas: "La culpa no es de Miguel, es de los que salían corriendo y empezaban a buscar en sitios sin investigar primero", sostiene la letrada.

Una última versión: la hipoteca

En abril de 2017, Antonio del Castillo va a visitar a Miguel Carcaño a la cárcel de Herrera de la Mancha para preguntarle a la cara dónde está su hija. Ahí el condenado introduce la que es hasta ahora su última versión: que el día que murió Marta discutía con su hermano por la hipoteca del piso de León XIII, que Delgado le pegó, Marta se interpuso y su hermano la mató con la culata de una pistola.

La hipoteca, solicitada por Delgado a nombre de Carcaño, con nóminas y vida laboral falsificadas y sucesivos impagos, abrió una enésima línea de investigación que, como todas las demás, no llevó a nada.

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