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Demografía

¿Por qué los sevillanos se decantan cada vez más por vivir solos?

Una mujer trabaja, con una tablet, desde su casa.

Una mujer trabaja, con una tablet, desde su casa. / D. S.

Un cambio de estructura familiar que obedece a factores muy concretos. La catedrática de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla (US), Josefina Cruz Villalón, ha analizado los datos de la Prospección de Hogares publicados por la Instituto Nacional de Estadística (INE). El estudio vaticina que en 15 años los hogares habitados por una sola persona supondrán el 30% del total de la provincia. Sumados a los que están formados por dos miembros, representarán el 60%. 

Cruz Villalón precisa que habría que conocer el sexo y la edad predominantes en los hogares unipersonales para sacar conclusiones más claras de dicha estadística, aunque todo apunta a que, al margen de las personas mayores que viven solas, es la juventud la que protagoniza el empuje de este modelo familiar

"Lo jóvenes, en la medida que acceden al mercado laboral y cuentan con un salario que se lo permita, se van a vivir solos, incluso teniendo pareja", refiere esta especialista, que abunda en que es un fenómeno que se produce en mayor medida a nivel nacional. "Esto supone el triunfo del invidualismo frente a la familia tradicional", apostilla. 

Familias sin hijos o monoparentales

En 2037, el tipo de hogar con mayor peso será el formado por dos miembros, es decir, los integrados por parejas sin hijos o familias monoparentales. Cruz Villalón también aporta aquí un dato interesante: "La edad media para casarse en España supera a la de tener un primer hijo, una situación impensable hasta hace poco". La tendencia, por tanto, es la de convivir primero, tener descendencia y luego dar el paso para el matrimonio. 

Respecto al número de hijos, cada vez resultará menos frecuente los hogares con más de cuatro miembros. Una tendencia provocada por motivos biológicos (la edad para tenerlos también se ha retrasado), económicos y laborales. La reducción entraña una crisis de la que se viene alertando desde hace tiempo: "el problema de sustitución la generación actual". Y también de dependencia. "En los hogares más numerosos, un modelo que imperaba hasta los 70, había familiares que se encargaban de cuidar a la persona que enfermaba, un sevicio que ahora ha de prestarse en muchas ocasiones de manera externa, ya sea a través de la sanidad pública o por medios privados", añade esta catedrática. 

El protagonismo de los hogares con uno y dos miembros condiciona la oferta inmobiliaria, que empieza a adaptarse a la nueva realidad social, en la que el tipo de educación también ha cambiado. De menos cantidad, pero más intensiva. "Hay menos hijos y menos horas para estar con ellos, pero se supervisa más la enseñanza que reciben", refiere Cruz Villalón. 

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