Javier Fernández refuerza su liderazgo en el golpeado PSOE sevillano

Las dos grandes familias que apoyaron al hoy presidente de la Diputación, la de Dos Hermanas y la de Gómez de Celis, se debilitan ante los casos de Salazar y de Pineda

Caso Paco Salazar, cuando los subalternos son los que asumen las responsabilidades políticas

La Ejecutiva socialista de Sevilla del año 2025. En el centro, Curri Toscano, Rafel Recio y Javier Fernández.
La Ejecutiva socialista de Sevilla del año 2025. En el centro, Curri Toscano, Rafel Recio y Javier Fernández. / CD

El PSOE de Sevilla es uno de los más fuertes del país. Por historia -ha dado un presidente del Gobierno, dos vicepresidentes y todos los presidentes de la Junta- y por número de militantes, ha sido una constante en casi todas las Ejecutivas federales desde la Transición. También en las de Pedro Sánchez. Pero muchas voces internas han cuestionado ahora esta presencia a causa de las denuncias contra Paco Salazar, miembro de una de las familias más poderosas del PSOE sevillano, la de Dos Hermanas, a quien se le vinculaba, además, con otro de los referentes hispalenses, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente del Congreso.

Sin embargo, Salazar y Celis representan caras distintas del poder de la provincia; de hecho, estos dos sanchistas de primera hornada, a quien Sánchez cita en su Manual de Resistencia como componentes de un reducido núcleo inicial, hace tiempo que se distanciaron. "Más allá de conversaciones de ascensor, hace 10 años que no se hablan", indica una persona que conoce a ambos. Lo que sí formaron parte es del tridente que aupó al que hoy es el líder provincial, Javier Fernández, secretario general y presidente de la Diputación. Fernández es un alcalde de una población mediana, La Rinconada, pero supo aliarse con otros regidores sevillanos y buscar el apoyo de Dos Hermanas y del grupo de Gómez de Celis. Los dos dientes que flanquean la vara central.

Después Fernández hizo algo más inteligente, integró al "susanismo institucional" en su dirección política, en puestos claves de la Diputación y en el Parlamento andaluz. Antonio Pradas, la parlamentaria Verónica Pérez y el ex consejero de Turismo, Javier Fernández, que son puntales del susanismo sevillano, trabajan con la dirección. Los de Susana Díaz dejaron de ser oposición, y el presidente de la Diputación ha consolidado un liderazgo porque el caso de Paco Salazar ha debilitado a Dos Hermanas y el asunto de Rafael Pineda, antiguo colaborador de Celis en Sevilla e involucrado en una compra de terrenos, ha afectado a Celis.

Javier Fernández, un equilibrista de los poderes sevillanos, está ahora más fuerte que nunca, tanto que mucha gente en el PSOE dan por cierto que jugaría a ser secretario general del PSOE de Andalucía si María Jesús Montero no consigue sus objetivos en las elecciones andaluzas. Montero también lleva la marca PSOE Sevilla, pero nunca ha formado parte de su vida orgánica, carece de familia, en ese sentido es una recién llegada. De hecho, fue el propio Javier Fernández y el actual alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, quienes torcieron las intenciones de Ferraz para que Jaén entrase en el tándem de poder del PSOE andaluz.

Sevilla nunca deja escapar la secretaría general de la federación más importante de España, y esta regla es un axioma que no se debe perder de vista para un posible relevo en el futuro de la ministra de Hacienda.

Regresemos a los dos sanchistas primigenios. Salazar fue alcalde de Montellano, Quico Toscano lo recogió como técnico en el Ayuntamiento de Dos Hermanas y se convirtió en una suerte de asistente de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Un mayordomo, y algo le debió quedar dentro del alma de esos tiempos de vasallaje. Nada más ganar la moción de censura Pedro Sánchez, en 2018, Salazar se marchó a trabajar en la Moncloa con Iván Redondo, y ya entonces comenzó a intentar ningunear a Celis. Quiso adelantarle en el escalafón de la Ejecutiva federal en varias ocasiones ,y así hubiera sido si en julio pasado no hubiese tenido que dimitir por la denuncia de acoso de dos trabajadores de Moncloa. Los antiguos compañeros de piso en Madrid casi no se hablan.

"Paco se jactaba de que él iba a dirigir Ferraz por detrás, porque Sánchez no podía prescindir de él en Moncloa, siempre ha sido un fantoche", explica un miembro del comité federal. Salazar, en efecto, iba a figurar como secretario de Organización adjunto de la valenciana Rebeca Torró, a quien se considera una promocionada del ex alcalde de Montellano.

Gómez de Celis sigue en la Ejecutiva federal, es vicepresidente del Congreso y sigue contando con la militancia de su agrupación, la de Nervión, y en buena medida tiene a su favor a la de la Macarena. Pero el PSOE de la capital siguen sin despejar la incógnita de su próximo candidato a la alcaldía, lo que en sí es una muestra de una debilidad latente. Antonio Muñoz, ex alcalde de Sevilla, desea repetir y es posible que la nueva coyuntura esté respaldando sus posibilidades. La Ejecutiva regional quiere esperar a que pasen las elecciones andaluzas para decidir los candidatos de las grandes ciudades, aunque en último término esto lo debe decidir la militancia.

El poder de la agrupación de Dos Hermanas es su fuerza electoral, Francisco Rodríguez gobierna la ciudad más importante de las que tiene el PSOE en Andalucía. Su alcalde histórico, Quico Toscano, acometió un relevo siempre complicado que ha resultado exitoso. Además de la agrupación del municipio, Rodríguez cuenta con el apoyo de las agrupaciones sevillanas de Bellavista, de Miraflores y de Las Cabezas de San Juan, pero sobre todo es el secretario de Organización del PSOE de Andalucía. Los nazarenos cuenta, además, con una figura emergente de mucho recorrido, Curri Toscano, el actual subdelegado del Gobierno central en la provincia.

Rodríguez defendió en julio en Canal Sur Televisión a su "amigo" Paco Salazar, aunque el alcalde de Dos Hermanas ha terminado por rendirse ante la contundencia de las denuncias presentadas por dos mujeres trabajadoras de Moncloa. El peso de los nazarenos en el PSOE sevillano dependerá de la continuidad de sus éxitos electorales.

Las denuncias por acoso y la tímida reacción de la Ejecutiva federal ante ello han minado el espíritu de la militancia, tanto que un destacado dirigente sevillano ha comentado a este medio: "No hay partido, es como si no hubiera dirección, pero nosotros en Sevilla seguimos fuertes". "Por comparación, casi más fuertes que nunca", concluye.

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