La Junta mantendrá la Educación Especial para los alumnos del colegio que cierra en Sevilla
Educación
El distrito donde se encuentra el San Ignacio de Loyola ha perdido 144 niños en 13 años
Se ha elegido el edificio del CEIP San Juan de Ribera para el nuevo centro por mejores condiciones
La Junta cierra un colegio en Sevilla por falta de niños

Los servicios con los que se atiende a los alumnos de Educación Especial en el CEIP San Ignacio de Loyola, en Sevilla, se mantendrán tras su cierre en el nuevo colegio que empiece a funcionar en septiembre. Se trata de una de las principales reclamaciones de las familias de este centro educativo, a las que la Junta de Andalucía ha respondido este martes garantizándoles la continuidad de dicha atención. La consejería que dirige María del Carmen Castillo ha explicado que a partir del próximo ejercicio escolar se fusionará este centro con el de San Juan de Ribera ante la bajada de la natalidad que se registra en el distrito educativo al que pertenecen (Polígono de San Pablo y entorno de Santa Justa), donde en 13 cursos las matriculaciones han descendido en 144 niños.
La Consejería de Desarrollo Educativo y FP evita hablar de cierre. Prefiere usar el término "fusión" a la hora de referirse a la medida tomada de cara al proceso de escolarización que comenzará en marzo. La crisis demográfica que sufre España desde la década pasada está detrás de esta decisión. Los CEIP San Ignacio de Loyola y San Juan de Ribera dejarán de existir cuando termine el curso actual. Tras la vuelta de las vacaciones veraniegas sus comunidades educativas se unirán para formar uno nuevo, en las instalaciones del segundo. Las familias del San Ignacio han mostrado este martes, en una protesta, su preocupación por la continuidad del profesorado, especialmente el que atiende a los menores con necesidades educativas especiales (NEE). Educación garantiza su continuidad.
Así lo ha hecho en un comunicado en el que asegura que el nuevo colegio que se cree de la fusión será "un centro de referencia de la educación inclusiva y la atención a la diversidad". "Dispondrá de dos aulas de integración, cuando lo habitual es contar con una", aseguran desde la Administración autonómica, donde también aluden al mantenimiento de las plantillas. "A falta de composición definitiva, el criterio es mantenerlas y en el caso de la Educación Especial, la consejería se ha comprometido a reforzar los recursos, con la continuidad de los dos maestros de Pedagogía Terapéutica (PT)", abunda el escrito.
Así será el nuevo colegio
El nuevo colegio del Polígono de San Pablo se creará en las actuales instalaciones que ocupa el CEIP San Juan de Ribera. Tendrá 10 aulas entre Infantil y Primaria, con una ratio media de 17 alumnos en cada una de ellas (muy por debajo del máximo, establecido en 25). Para mantener esta línea que garantice una atención a la diversidad, se prevé un desdoble en quinto de Primaria, con dos unidades de 14 menores.
A la hora de decantarse por el cierre de unas instalaciones u otras, la consejería ha optado por seguir manteniendo con función docente las del San Juan de Ribera -a 300 metros del San Ignacio de Loyola- a raíz de "un estudio técnico" realizado en ambos centros. "El San Juan de Ribera dispone de bioclimatización, después de una inversión de la Junta de más de 270.000 euros". La Delegación territorial de Educación sopesa ahora qué uso le dará al edificio que ha albergado hasta ahora el San Ignacio. La intención es que siga teniendo finalidad educativa. Un futuro que habrá de acordarse con el Ayuntamiento de Sevilla, titular del mismo.
La decisión de fusionar ambos centros obedece a la sangrante bajada de la natalidad en este distrito educativo. En el curso 2012/13 eran 323 niños de tres años los censados en la zona, conformada por cinco colegios públicos y dos concertados. Para el próximo ejercicio académico dicha cifra se reduce a 179, es decir, 144 menores menos, o lo que es lo mismo, un descenso del 55,4%. En el presente curso, la oferta presentada la conformaban 230 plazas para alumnos de tres años, de las que están ocupadas 188, por lo que quedan 42 vacantes. De las que están cubiertas -y ahí está una de las claves de la decisión tomada-, 63 se encuentran repartidas entre los cinco centros públicos y 125 entre los dos concertados.
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