Lazos de sangre al otro lado del bisturí

Los hermanos Mariano y Rafael García de la Borbolla Fernández están unidos por algo más que una cuestión genética o quizás sea precisamente eso lo que motiva que también en lo profesional los vincule su pasión por la medicina, que, además, comparten en familia con su padre. Los doctores García de la Borbolla Fernández eligieron el mismo camino profesional y vocacional, la Cardiología. Y, por si faltaba algo, los dos volvieron a unir sus caminos haciendo una segunda especialidad, la cirugía cardiovascular.

“Nosotros estamos con el paciente desde su diagnóstico hasta su tratamiento y luego la recuperación. Al tener la doble especialidad, cogemos al paciente cuando lo diagnosticamos y le ofrecemos la mejor opción terapéutica sin conflicto de intereses”, explican.

Tras estudiar Medicina en su Cádiz natal, y especializarse en Cardiología, uno en el Virgen Macarena y el otro en el gaditano Puerta del Mar, para especializarse como cirujanos cardiovasculares, ambos eligieron el hospital sevillano, donde coincidieron. “Mi hermano fue mi tutor”, matiza Rafael.

El buen entendimiento basta con estar unos minutos junto a ellos. Uno aprende del otro, aunque prefieren reservarse quién sigue a quién. “Ya es llamativo que un cirujano cardiovascular sea cardiólogo porque, desde el punto de vista profesional, son diez años de especialidad, pero lo más raro es que, además, seamos dos hermanos de los pocos que hay”, bromean. Unos lazos de sangre al otro lado del bisturí que los han llevado a hacerse un hueco en la élite de la Medicina nacional, convertidos en los primeros cirujanos que han implantado en España una prótesis endovascular en el arco aórtico de forma percutánea. Los han hecho en los quirófanos del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, donde trabajan juntos para la sanidad privada. La intervención supone un avance significativo en el tratamiento de patologías aórticas complejas.

De este hito se ha beneficiado un primer paciente, un varón de 79 años, que presentaba un aneurisma sacular en crecimiento y que ya había sido intervenido anteriormente.

Tras estudiar el caso y ante la disponibilidad de una nueva prótesis, los doctores optaron por una solución endovascular personalizada. La endoprótesis utilizada en la intervención fue diseñada específicamente para el paciente, basándose en la reconstrucción tridimensional de un angioTAC. Fabricada a mano con una malla de nitinol recubierta de poliéster, la prótesis se adapta perfectamente a la anatomía del paciente, permitiendo reconstruir de forma endovascular el arco aórtico, una zona especialmente compleja.

Además de la endoprótesis personalizada, la intervención destacó por su abordaje totalmente percutáneo, evitando incisiones. Gracias a la amplia experiencia de los cardiólogos en técnicas endovasculares, pudieron aplicar sus conocimientos para realizar el procedimiento de forma mínimamente invasiva.

“Los cardiólogos estamos muy acostumbrados al manejo del paciente sin abrir y la idea fue intentar importar esos conocimientos en intervenciones más complejas y fue donde aportamos la novedad de hacerlo todo por función con suturas que se hacen desde la piel”, detallan los doctores sobre la innovación en la técnica empleada.

La exitosa intervención supone un importante avance en el tratamiento de patologías aórticas complejas, ofreciendo una alternativa menos invasiva a la cirugía abierta tradicional. Aunque se trata de una patología poco frecuente, los doctores destacan la importancia de contar con esta opción terapéutica.

“Por suerte, es una patología poco frecuente, porque es una patología poco frecuente, pero es un recurso que tenemos ahí para todos los pacientes que necesiten, que tengan ese programa y que necesiten”, señala Mariano sobre la relevancia de este logro médico.

Con esta innovadora cirugía endovascular, los doctores García de la Borbolla Fernández abren nuevas perspectivas en el abordaje de patologías aórticas complejas, ofreciendo a los pacientes una opción de tratamiento menos invasiva y personalizada. Coinciden en que se trata de un hito que, sin duda, marcará un antes y un después en la cirugía cardiovascular española.