La sentencia del Tribunal Supremo que da la razón a las constructoras tiene una conclusión clara en lo que respecta al coste real de la línea 1 del Metro de Sevilla. Esa conclusión es que oficialmente el Metro no ha costado 658 millones de euros como ha afirmado siempre la Junta de Andalucía, sino 890 millones.

Esa cantidad resulta de sumar los cálculos que hizo en su día la Cámara de Cuentas, que sostenía que la línea 1 había costado 730 millones de euros, con los 160 millones que ahora tiene que pagar la administración andaluza.

La Cámara de Cuentas de Andalucía concluyó en diciembre de 2014 que el Metro de Sevilla costó 730 millones de euros, según la inversión total certificada hasta diciembre de 2013, lo que suponía una desviación del 70,4% respecto a los 428,5 millones del precio de adjudicación de la obra y de los vehículos de la línea.

Tras la sentencia del Supremo, la desviación del presupuesto adjudicado ha sido superior al 100%, en una palabra, que el Metro ha venido a costar el doble de la cifra de adjudicación. Un punto clave es que se adjudicó sobre un proyecto básico, sin proyecto constructivo aún.