Sevilla

"Si esa tarde no llega a aparecer la patrulla, mi compañero y yo estaríamos muertos"

  • Uno de los agentes agredidos narra lo que sucedió el sábado en el cuartel de la Guardia Civil en Montecillos.

Tiene 32 años, lleva más de una década al servicio de la Guardia Civil y desde hace tres días permanece ingresado en un hospital, donde se recupera del traumatismo cranoencefálico y de las numerosas heridas en dedos y espalda que recibió en la agresión que sufrió el sábado en Dos Hermanas, tras reprender a varios vecinos por las piedras que se habían lanzado contra los niños que jugaban en el patio de la casa cuartel.

Este agente llegó al cuartel de Los Montecillos en enero. Su novia, Marisa, ha sido testigo de la presión que él y sus compañeros sufren cada día en la barriada, donde carecen de cualquier competencia para intervenir. Lo visto y padecido sirve para reafirmarse en la idea que tiene su novio: "La Guardia Civil tendría que marcharse ya de Los Montecillos, allí no hay seguridad ni podemos hacer nada", asegura el agente.

Marisa recuerda cómo el sábado, a las 20:00, cuando los agentes celebraban la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, varias personas se percataron de que se estaban lanzando piedras al patio del cuartel, donde había colocado un castillo flotante para que los hijos de los agentes jugaran.

"Ante la insistencia, mi novio salió a la calle con otros tres compañeros para pedir que dejaran de arrojar objetos, que por sus dimensiones era imposible que los tirara un niño. Lo hicieron vestidos de paisano, pero en todo momento se identificaron como guardias civiles", asegura Marisa.

Los agresores aprovecharon un instante en el que el novio de Marisa se había quedado solo para intentar atacarlo por la espalda. "Vieron que se había despitado del grupo y tres personas con cuchillos y palos con pinchos intentaron atacarle por la espalda, pero en ese momento otro agente que estaba en un callejón se percató de las intenciones y se avalanzó contra ellos. Al evitar la agresión, le rompieron la muñeca al compañero de mi novio", recuerda Marisa. Este agente tuvo que ser operado ayer y le han colocado placas metálicas en la mano y el tobillo.

A partir de ese momento comenzó una pelea entre los tres agresores y los dos agentes, a los que arrastraron por el suelo. "Si no llega a aparecer una patrulla por allí mi compañero y yo estaríamos muertos", relata el novio de Marisa, quien asegura que hubo madres y niños que se interpusieron ante el vehículo de la Guardia Civil para impedir que entraran en el callejón. "Cuando lo vi tendido la sangre le llegaba a los calcecines, era espeluznante lo que le hicieron", asegura Marisa.

Al parecer no es la primera vez que un agente es agredido en Los Montecillos. Según relata la novia de este guardia civil, en noviembre del año pasado otro compañero tuvo que ser atendido al ser atacado por varios vecinos en la puerta del cuartel, en otro atentado contra la autoridad. Es tal la indefensión que asegura que en el cuartel han llegado a robar una moto del Seprona. Por este motivo, este agente no considera lógico que la Guardia Civil permanezca más tiempo en la barriada nazarena, donde se encuentran atados "de pies y manos".

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