la falta de profesionales sanitarios

Los médicos sevillanos alertan de un déficit de 200 galenos en Atención Primaria

Varias personas aguardan su turno para ser atendidas en la sala de espera de un centro de salud de la capital.

Varias personas aguardan su turno para ser atendidas en la sala de espera de un centro de salud de la capital. / Juan Carlos Vázquez

Faltan médicos. Es una reivindicación que se repite año tras año. Las autoridades sanitarias lo saben; los sindicatos que representan a los profesionales, lo saben; y los propios afectados, los ciudadanos y usuarios del sistema sanitario, que son los que sufren las consecuencias de ese déficit, también lo saben. Las especialidades más afectadas, según se ha confirmado oficialmente y es conocido de manera popular, son las de Medicina Familiar y Pediatría de Atención Primaria donde, según los cálculos del Sindicato Médico de Sevilla, faltan "en torno a 200 facultativos" en toda la provincia. Serían los necesarios "para cubrir todos los huecos", reivindica su presidente de la rama de Atención Primaria, Rafael Gómez.

Pero aún es peor. Se da la paradoja de que, al mismo tiempo que se acusa esa falta de personal, "siguen siendo muchos los médicos que se forman aquí y que deciden irse fuera", alerta el sindicalista. "Es cuestión de mejorar las condiciones de trabajo que tenemos aquí para que ser médico de familia o pediatra en Andalucía sea atractivo. Es clave la mejor retribución de los puestos de difícil cobertura, que son aquellos que cuesta mucho trabajo cubrirlos y que, al final, se quedan desiertos. Hay un decreto que lleva años parado y un mapa para localizar dónde se encuentran esos puestos, que tampoco se actualiza", añade Gómez.

La pelota está en el tejado de la Consejería de Salud. Y es cierto que la falta de médicos en ciertas especialidades y las elevadas listas de espera han llevado a la Junta de Andalucía a tomar la decisiones. La consejera ha vuelto a pedir recientemente al Ministerio de Sanidad la convocatoria extraordinaria de mil plazas MIR anuales para paliar ese déficit en la Comunidad y la flexibilización o modificación de los criterios para la acreditación de unidades docentes. Es una solución, dado que, según las previsiones de la Consejería, hasta 2032 se jubilarán en Andalucía 6.769 médicos, pero a largo plazo. El problema es incipiente. 

Hay otras opciones sobre la mesa, pero que, a tenor de los datos, no han surtido el efecto esperado. El pasado julio, la Junta ya retiró la obligación de la nacionalidad española para poder contratar temporalmente a médicos extranjeros en la sanidad pública andaluza y garantizar así la asistencia sanitaria durante los periodos vacacionales del personal sanitario, que coinciden con un aumento de la demanda. La medida se planteó con vigencia únicamente hasta el 31 de diciembre de 2023. Sin embargo, a primeros de este mes se aprobó su extensión durante todo el año próximo. 

La búsqueda de personal sanitario extranjero es una opción a la que recurre la Administración sanitaria desde hace años para paliar el déficit de profesionales en su plantilla, un problema endémico y especialmente agravado en las zonas rurales. La nacionalidad es un requisito para ejercer en la función pública de modo que los profesionales que proceden de países que no pertenecen a la Unión Europea carecen, en principio, de acceso a los puestos públicos, salvo excepciones previstas en le legislación y que están motivadas por el interés general, que es el matiz en el que se resguardó el Gobierno hace cinco meses cuando eliminó el requisito de nacionalidad para incorporar a facultativos de fuera de España y la Unión Europea y que recientemente ha decidido extender durante un año más, es decir, hasta el 31 de diciembre de 2024.

La Consejería subraya, no obstante, la "excepcionalidad" de la medida, que sólo se llevará a cabo "tras haber agotado las posibilidades de contratación de personas que cumplan con el requisito de nacionalidad" y reservándose el derecho de cese en el momento en que "se produzca la incorporación de una persona perteneciente a la categoría profesional que cumpla el requisito de nacionalidad".

¿Son los médicos extranjeros una solución?

En la actualidad, la plantilla del SAS está compuesta en la provincia de Sevilla por 126 profesionales foráneos, de los que 117 son doctores. La cifra, que se corresponde con datos a cierre del pasado octubre, es alta y previsiblemente aumentará de aquí a final del año, pero muy similar a la que había a finales de 2022, cuando eran 132 los profesionales de fuera ejerciendo en los centros sevillanos del sistema sanitario público, según la información facilitada por el propio SAS. Con lo cual, la agilización de este trámite, no habría supuesto el efecto llamada esperado y siguen siendo muchos los puestos imposibles de cubrir por falta de candidatos.

Se trata de profesionales sanitarios que disponen de la titulación homologada, si bien no han realizado el MIR y son contratados por el SAS de manera temporal para cubrir ausencias en las plantillas a falta de candidatos nacionales, es decir, no pueden optar a contratos indefinidos, lo cual restaría atractivo a la oferta.

"Son médicos que no tienen acceso a la especialidad MIR y, convalidar eso con los estudios que traen de su lugar de origen, es cuestión de años en algunos casos y, en otros, no se les homologa el título", apunta el secretario de Acción Sindical del Sindicato Provincial de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Sevilla, Juan José Limones. Otro factor que critica la organización sindical es "la precariedad" con la que trabajan. "Se están haciendo contratos en Atención Primaria mes a mes. Eso genera una incertidumbre con la que es complejo disponer de profesionales sean de aquí o de cualquier parte. Hay que tomárselo más en serio. Primero no dejar escapar a los que se forman aquí y, si somos deficitarios, y hay que traerlos de fuera, acertar con la medida", añade.

Desde el Sindicato Médico de Sevilla se pide "más interés" a la Administración sanitaria. Rafael Gómez no acepta esta medida como "solución" para captar profesionales de fuera "en vez de mejorar las condiciones laborales y salariales para ser atractivos y que los médicos andaluces se queden aquí". 

"No tengo nada en contra de que lleguen médicos extranjeros, muchos vienen muy bien formados y son muy buenos profesionales, tienen que adaptarse a nuestro funcionamiento, pero acaban haciéndolo en poco tiempo cumplen su función. Pero, ¿no es más fácil mejorar las condiciones laborales y salariales para que médicos españoles, formados aquí, con su título y todo en regla, sin excepciones, trabajen en nuestra Atención Primaria sin tener que recurrir a los médicos extranjeros?, se pregunta Rafael Gómez. "Nos están solucionando un problema de pervivencia, pero es una política errónea. Lo mismo que sacan un decreto para eximir del requisito de la nacionalidad a los médicos extranjeros no comunitarios se podría sacar para que haya las mejoras retributivas en Primaria que llevamos años pidiendo, que se actualice el mapa de difícil cobertura y se doten esos puestos económicamente. ¿No es más fácil eso?", plantea.

Según sus estimaciones, el mayor volumen de ese personal médico extranjero ahora mismo activo en el SAS, "en torno a 50 ó 60", ejercen en los centros de salud. "Es donde está el déficit", apostilla Rafael Gómez. Bajo su criterio, el porcentaje de estos profesionales es "alto" y, dependiendo de la zona, "muy alto". "Calculamos que en Sevilla capital puede haber más de 20, en torno a 30, facultativos extranjeros en Atención Primaria; en el área de Osuna, unos ocho; en el Norte, otros 20; y en el Sur, que sean otros 15 ó 20. Hay que sumar los médicos de puerta de hospital, los de las Urgencias, que también hay muchos y también son médicos de familia", cuenta al detalle Gómez. La procedencia, en su mayoría, según los datos que maneja el sindicato, Venezuela, Cuba y Argentina.

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