Los médicos sevillanos también se plantan: "No podemos más, esto es esclavismo"

Una anestesista del hospital Macarena denuncia que "el Estatuto no refleja la responsabilidad clínica última del médico"

El Colegio de Médicos de Sevilla apoya la huelga nacional del 13 de junio

El acceso a las Urgencias del Hospital Virgen Macarena.
El acceso a las Urgencias del Hospital Virgen Macarena. / José Ángel García

Sevilla/Este viernes 13 de junio, miles de médicos en toda España —también en Sevilla— están llamados a secundar una huelga nacional contra el nuevo Estatuto Marco. Reclaman una regulación laboral justa, retribuciones dignas y que se escuche su voz. "Ahora decimos basta”.

"Todo no puede ser vocación de servicio. Esto es esclavitud”. Marta —que elige un nombre ficticio para su denuncia de modo que la lucha no empañe su carrera profesional, es médico anestesista en el Hospital Virgen Macarena desde hace más de una década, y habla sin rodeos sobre lo que se prevé una huelga médica histórica. Hoy miles de facultativos de todo el país están llamados al paro para exigir lo que consideran “condiciones laborales dignas” y un “freno a décadas de abuso y precariedad”.

La convocatoria, impulsada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), cuenta con el respaldo de los colegios profesionales y organizaciones médicas, incluido el Colegio Oficial de Médicos de Sevilla.

Asimismo, en la capital, los sanitarios están citados a una concentración a las 11:00 a las puertas del Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Estatuto Marco

El detonante de la huelga ha sido el nuevo borrador del Estatuto Marco presentado por el Ministerio de Sanidad, un documento que debía actualizar el marco legal de los profesionales sanitarios. Sin embargo, el colectivo médico considera que ignora sus principales reivindicaciones: la jornada laboral, las retribuciones o la conciliación familiar.

“La guardia de 24 horas ya no es el problema: es que puedes llegar a trabajar 72 horas en una semana y luego eso ni cotiza igual, ni se paga igual, ni se descansa como toca. Y encima, esas horas no cuentan para tu jubilación. Es un sistema que exprime al médico hasta agotarlo”, explica Marta.

A diferencia de otras profesiones sanitarias, los médicos siguen sin un marco laboral adaptado a sus especificidades ni a su categoría. “El Estatuto no refleja lo que somos. Asumimos la responsabilidad clínica última y no tenemos ni voz real en las decisiones”.

Hartazgo generalizado

Lo que se respira en hospitales y centros de salud es hartazgo generalizado. “Por los pasillos lo dice todo el mundo: no podemos más”, cuenta Marta. “Muchos compañeros han renunciado a la reducción de jornada para cuidar de familiares porque pierden salario y no pueden atender por lo privado. Nos ahogan por todas partes”.

Entre las quejas más repetidas está la falta de conciliación, la sobrecarga de trabajo, la devaluación salarial de las guardias. “Tenemos otro nivel formativo, años de residencia, el MIR, la responsabilidad final sobre la historia clínica del paciente… y luego nos tratan como mano de obra barata. Salimos muy baratos, el precio lo pagamos nosotros”.

Servicios mínimos

La huelga, aseguran desde CESM, afectará a gran parte de la actividad en hospitales y centros de salud. Están garantizados los servicios mínimos: urgencias, tratamientos vitales y situaciones inaplazables. Pero se prevé una movilización masiva, especialmente en unidades como urgencias, donde los residentes podrían no acudir y los adjuntos han confirmado su adhesión. Marta advierte que hoy se atenderá "como un domingo en cualquier planta de un hospital".

Asimismo, Marta rechaza la publicación que hace Sanidad sobre las “mejoras” laborales que, según los médicos, son verdades a medias. “No diferencia entre médicos y el resto del personal, y maquilla datos. No pueden vender esto como un avance”.

De este modo, a Marta, como a muchos compañeros, lo que más le pesa no es la carga de trabajo, sino la falta de reconocimiento estructural. “No pedimos privilegios. Queremos que nuestras horas trabajadas se coticen, que podamos tener turnos como cualquier profesional y que no se diluya nuestra voz en las mesas de negociación”.

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