El mejor médico rehabilitador de España está en Sevilla y esta es su receta: "Escuchar antes que tratar"

El sevillano Pablo Sánchez Dorado vuelve a lo más alto de los Doctoralia Awards tras años construyendo una medicina marcada por la precisión, la tecnología y un trato profundamente humano

Cuatro sevillanos alcanzan la élite en los 'Goya' de la Medicina

El doctor Pablo Sánchez Dorado, en la consulta de su clínica en Sevilla.
El doctor Pablo Sánchez Dorado, en la consulta de su clínica en Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

Formado primero como fisioterapeuta y después como médico, el doctor Pablo Sánchez Dorado nunca se ha alejado del movimiento, la función y el acompañamiento al paciente.

Esa combinación de técnica e intuición, de ciencia y escucha, ha terminado por convertirlo en uno de los nombres propios de la Medicina Física y Rehabilitación en España. Y, es que, el sevillano ha vuelto a recibir este año el reconocimiento de mejor médico valorado de su especialidad en los Doctoralia Awards, un premio que ya ganó en 2022 y para el que fue finalista en 2023 y 2024.

Entre Sevilla y Huelva, donde ejerce su práctica clínica, Sánchez Dorado explica que antes de colgarse el fonendo, ya había aprendido algo que hoy sigue guiando su trabajo: la importancia del movimiento. Lo descubrió en su primera formación, la Fisioterapia, donde entendió "el valor de la función y del acompañamiento cercano". Cuando llegó el momento de escoger especialidad médica, la decisión fue natural. "La Medicina Física y Rehabilitación me permitió unir ambas miradas", afirma.

El doctor recibe el reconocimiento en la gala de los Doctoralia Awards 2025.
El doctor recibe el reconocimiento en la gala de los Doctoralia Awards 2025. / M. G.

En su consulta actual, la medicina deportiva y las técnicas intervencionistas guiadas por imagen ocupan buena parte de su agenda. Son "una fuente constante de satisfacción". "Poder ofrecer una solución precisa en un solo acto es una de las partes más gratificantes de mi trabajo", reconoce.

Cuenta que la verdadera transformación llegó durante su residencia en el Hospital Juan Ramón Jiménez, un servicio que describe como "referencia nacional" y donde hoy muchos de sus formadores son compañeros. Allí interiorizó que la técnica, por sofisticada que sea, nunca sustituye a la humanidad. "La técnica es importante, pero el trato y la comunicación son igual de esenciales", recuerda.

Ese legado se convirtió en brújula y lo llevó a desarrollar una práctica que hoy combina atención pública con ejercicio privado en Sevilla y Huelva, donde puede ofrecer un abordaje más preciso y personalizado, especialmente en técnicas guiadas por imagen.

Entre los casos que más le han marcado menciona a los pacientes con dolor crónico complejo. Habla de ellos con respeto, consciente de lo que supone convivir con un dolor que se hace sistema. Lo cuenta con un ejemplo. Recuerda a un joven deportista que llegó agotado por años sin respuestas. "Aprendí que la recuperación no depende de un sólo tratamiento, sino de una combinación bien coordinada", explica. De esos pacientes también aprendió la necesidad de equipos multidisciplinares reales. "El trabajo conjunto multiplica los resultados", afirma.

La revolución silenciosa de la Rehabilitación

La Medicina Física y Rehabilitación no es hoy la misma que cuando él empezó. Sánchez Dorado describe una especialidad "más precisa, más intervencionista y mucho más tecnológica". Enumera cambios que para muchos pacientes pasan desapercibidos, pero que han transformado la especialidad desde dentro como la ecografía como herramienta indispensable, la expansión de técnicas como la radiofrecuencia, la neuromodulación, la medicina regenerativa o la escopia en columna. Y en el horizonte, una técnica emergente: la crioneurolisis, que considera llamada a tener "un papel relevante en los próximos años".

Más allá de lo tecnológico, el especialista insiste en que la Rehabilitación es una pieza clave del sistema de salud. Atienden a una enorme variedad de pacientes con dolor y limitaciones funcionales, desde las lesiones más comunes hasta los procesos postquirúrgicos más complejos. "Nuestro papel es unificar criterios y guiar al paciente durante todo el proceso", afirma, consciente de que una rehabilitación mal integrada puede prolongar el sufrimiento.

Cuenta que los pacientes "han cambiado". "Ahora buscan tratamientos personalizados, guiados por imagen, seguros y con un acompañamiento real. Valoran la tecnología, pero también la presencia humana. Quieren saber que detrás de su recuperación hay coordinación y comunicación", añade.

Por su parte, dice que los casos que más le exigen, son también los que más le devuelven. Los pacientes con dolor crónico y los deportistas lesionados llegan con miedo y desgaste emocional. Requieren precisión diagnóstica, técnicas intervencionistas y coordinación con fisioterapeutas y readaptadores. Pero isiste en que el premio es enorme. "Ver a alguien volver a entrenar o simplemente vivir sin dolor es impagable".

El arte de adaptar cada tratamiento

En su práctica clínica, la personalización es la regla. Realiza valoraciones exhaustivas y combina técnicas intervencionistas con ejercicio terapéutico y un seguimiento cercano. No duda en trabajar con traumatólogos, neurocirujanos, anestesistas o médicos deportivos cuando el caso lo requiere. "El objetivo es siempre tomar la mejor decisión para el paciente", subraya.

Sánchez Dorado imagina una rehabilitación que integrará aún más tecnología (ecografía, escopia, medicina regenerativa, neuromodulación, crioneurolisis) y herramientas como la inteligencia artificial, que contribuirán al diagnóstico y al seguimiento. "Todo esto hará que la rehabilitación sea más resolutiva y adaptada a cada paciente", afirma.

Cuando mira hacia adelante, lo hace sin grandilocuencia. Sólo aspira a que sus pacientes recuerden haber sido escuchados, acompañados y tratados con rigor. "Quiero contribuir a una rehabilitación moderna, intervencionista, multidisciplinar y profundamente humana", resume.

Un reconocimiento que llega de donde más importa

Ahora, en la élite de la Médicina Física y Rehabilitación de España reconoce que recibir el Doctoralia Award en 2025 tiene "un valor especial". Lo dice sin solemnidad, pero con gratitud. "Me emociona y me anima a seguir formándome y manteniendo una atención cercana y basada en evidencia", confiesa.

Cuando se le pregunta por lo que distingue a un buen rehabilitador, no duda. "Un buen rehabilitador es alguien que escucha antes de pensar en tratamientos", afirma. "Después viene la técnica, la precisión, el conocimiento; pero lo primero es entender la historia del paciente", añade.

Por su parte, aunque agradece los galardones, reconoce que no siempre captan toda la realidad de la especialidad. "La excelencia se demuestra en la consulta y en el seguimiento", asegura. "Muchos de los profesionales más brillantes trabajan en la sanidad pública, con impacto docente e investigador, y su labor no siempre encuentra espacio en estos premios", añade con modestia.

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