Entre misterios Gozosos y Dolorosos

calle rioja

La Capilla de Montesión acogió a los fieles en el día de las Rosarios. Titular de la cofradía que es vecina de Vizcaíno y el Archivo de Protocolos

La pasarela Princesa Leonor contará con una iluminación programable

Fieles en Montesión ante la Virgen del Rosario.
Fieles en Montesión ante la Virgen del Rosario. / M. G.

La Capilla de Montesión tenía ayer abiertas sus puertas. El día grande de su titular, la Virgen del Rosario. Estamos rodeados de Charos en este rosario de la Aurora. Rosario tiene una calle en Sevilla donde estuvo la sede de Autoescuelas Leonesa. Messi es un futbolista rosarino porque Rosario es una ciudad argentina y el Rosario Central uno de los equipos con más historia del país.

El día del Rosario de 2010 se conoció la identidad del ganador del Nobel de Literatura de ese año: Mario Vargas Llosa. Antes las señoras piadosas llevaban en la mano el rosario como sus nietos llevan el móvil, con sus misterios Gozosos, Dolorosos, Luminosos y Gloriosos que resumen los momentos más significativos de Jesucristo y de su madre. Los Gozos y las Sombras de Torrente Ballester. Ha coincidido con el segundo aniversario de un multitudinario martirio que ha agitado las conciencias como los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.

Los termómetros no bajan y se acerca Halloween, con el cartel de Liquidación por jubilación de Pichardo. Turistas por todos los rincones de la ciudad. En la calle Águilas, una veintena de orientales hacen cola para entrar en La Bodega, un bar donde un camarero los va colocando mientras ellos obedecen gentilmente. Si existiera el programa Japoneses por el Mundo, se agotaría la nómina de guionistas.

El 2 no termina de llegar a la parada de Previsión Española, frente a la Torre del Oro. Una señora lleva un libro con el título Chejov Teatro. Uno de los médicos y escritores de la antología de Ismael Yebra y Paco Gallardo. Dos buenos amigos, uno de ellos ex pregonero de la Semana Santa, van a recorrer los rincones de la Soria de Machado. La tierra de Leonor, la que se le murió con 19 años. Como si fuera un reparto de las Castillas: Manuel se quedó con Burgos, su particular ratonera; y Machado con Soria, aunque fue en Segovia donde izó la bandera de la República.

La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión mantiene su efervescencia. No hay nada más moderno que un libro viejo. Rodrigo ha dejado un par de semanas su puesto en el Jueves, calle Feria esquina con Conde de Torrejón, para atender en su puesto de La Escondida. El mejor nombre para un librero atípico, que parece un personaje de alguno de sus libros. Fernando Gabardón siempre va al cine con un libro. No para decir como el chiste de las dos cabras que mordisquean unos carretes de película y una de ellas proclama: me gustó más la novela. Nos encontramos en el Avenida Multicines con su escuela de idiomas y sus subtítulos. Lleva una novela de casi mil páginas de Ildefonso Falcones. Hubo un año que en la playa de Punta del Moral todo el mundo leía La catedral del mar. Le tomó el relevo a La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.

Hay parón liguero por los partidos de la selección y las dos aceras de la ciudad del fútbol viven días de júbilo. Los dos equipos están en zona europea. La marcha verde de Antonio Hernández y la marcha blanca de Antonio García Barbeito.

El último jueves, pasé por el Jueves y compré por un euro la novela de Francisco García Pavón El reinado de Witiza. Una de las historias de Manuel González, Plinio, jefe de la Policía Municipal de Tomelloso, y de su ayudante, don Lotario, veterinario de profesión, que en sus horas libres le echa una mano a su amigo, este Philip Marlowe de la Mancha que sentencia: “En Castilla no hay primavera”. Y remata: “Es mucha Castilla. Ella nos ha hecho a los españoles tan raros”. García Pavón era paisano del pintor Antonio López, que a sus 89 años se ha ido hasta Almería para poner al servicio de los demás su magisterio pictórico y escultórico. A su lado, para aprender, se ha ido desde San José de la Rinconada Belleda López Montero, artista inconformista, renacentista de pueblo, barroca de ciudad.

Los termómetros no bajan y se acerca Halloween con Pichardo liquidando

La portada de El reinado de Witiza parece el cartel de El jovencito Frankestein. Estos reyes godos salían mucho en los crucigramas. Como Wamba, apellido de ese gran poeta que se murió demasiado pronto y vivía en la calle Escoberos. Compañero de aliento poético y filosófico de Juan Antonio Rodríguez Tous, David Fernández Viagas o Manuel Ferrand en aventuras como las revistas Er o Rara Avis. Dicen que en su primer encuentro, Franco le preguntó a Juan Carlos por la lista de los reyes godos. El dictador se sentía un rey godo entre romanos y árabes.

A la lectora de los textos teatrales de Chejov le dará tiempo a leerse todo el libro si hace el viaje completo en el 2. Es el Transiberiano de Sevilla. Si viajara algún australiano, Tussam podría presumir de llevar en una línea los cinco continentes. Pasada la Macarena, en una parada se llena de África y en la siguiente de América. Los continentes que con los esclavos fundieron dos gritos: el de la libertad y el de la mejor de las músicas. También viajan europeos, ese continente al que los tiempos están dejando sin contenido.

Fue Rosario todo el día, aires de Jueves Santo coincidiendo con el final de los Oficios. Pared con pared con Casa Vizcaíno y ésta con el Archivo de Protocolos. Donde Feria se estrecha en esa calle-río que une la Resolana con Regina, la torre de los Perdigones con las Setas. En la Encarnación una librería rinde tributo a Cortázar con el nombre: Rayuela. La novela que se podía empezar por cualquier capítulo, como cuando uno ve el canal 24 Horas.

Un rosario no es tan diferente de un móvil. Oyes al que va hablando por la calle y sabes si le tocan misterios Gozosos, Dolorosos o Gloriosos. Como la vida misma. Las nuevas tecnologías son más viejas que el ganchillo. Sólo son herramientas que tarde o temprano irán al Museo de Artes y Costumbres Populares. El pabellón Mudéjar donde Naranjito de Triana y Narci Díaz salieron de una tarta para bailar delante de Evita Perón.

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