La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El 'inquifatuo' de la Moncloa
calle rioja
De esta foto en la escalera del Círculo Mercantil podría salir una orquesta que removería los cimientos de la Sevilla musical de los años sesenta. Música de Los Lentos, de Los Físicos, de Los Mercury, Los Duendes o Yo y los Demás. Músicos que todos a una fueron al local de la calle Sierpes para arropar a Pepe Gómez en la presentación de su libro Recuerdos de un bajista, que subtitula Mi libro blanco del rock sevillano: de Los Mercury a Storm.
Es el quinto libro que este militar de profesión y músico de vocación ha escrito en un año. Cinco libros muy variopintos, más de mil páginas autoeditadas en las que toca todos los palos, con un denominador común: todos los beneficios van a las hermanas de la Cruz. Se puso a escribir para curarse la depresión por la pérdida de Luisa Valles, su compañera, con la que se casó en 1973 y que le dejó en febrero de 2017. En 1974 nació su hijo Patricio, sacerdote. En esta familia todos escriben.
A los recuerdos de este bajista le precedieron por orden cronológico La Plaza (Relatos desde el bar); Crisálidas, libro de poesía; Teatro es Vida (seis comedias para divertirse); y Apuntes de un astrónomo urbanita, compartió con el historiador José Luis Comellas la condición de corresponsal en Sevilla de la revista Astronomía.
Las estrellas de este último libro son otras. Algunas de relieve internacional y cuya estela no deja de crecer. Este año se cumplen cuarenta años de la muerte de Jesús de laRosa y Silvio murió dos semanas después de la caída de las Torres Gemelas. Dos de los protagonistas de este libro, uno de la calle Feria, el otro de Los Remedios. Hubo un tiempo en que el mundo cabía en un barrio. Músicos de barrio: Los Kiowas eran del Cerro del Águila; Los Solos, de San Bernardo; Storm, de San Jerónimo, con los hermanos mellizos Ángel y José Luis Ruiz Genil. Éstos siguen haciendo música. "¿Ingleses? ¿Alemanes? ¿Yanquis? No, el grupo Storm", se lee en el pie de una de las fotografías del libro.
Pepe Gómez nace en Melilla, hijo de militar, en 1947, el año que Evita visitó Sevilla, "tiempos de Adelante, mis descamisados". Cumple 14 años el año de la riada del Tamarguillo. "Es curioso, con 14 años entrabas de botones en un banco, de aprendiz en una fábrica, en un taller o en un bar. Los niños se hacían antes hombres. Había menos libertad, pero yo creo que éramos más libres".
La música le llegó de una forma casual. "A mi padre le tocaron los cupones y me compró una guitarra. Aprendí a tocarla y le enseñé a mi hermano Antonio". Los dos estuvieron en el grupo Los Duendes. Cambiaron el nombre porque lo tenía un grupo gallego. Pasaron a llamarse Yo y los Demás. Uno de los cantantes fue a la presentación, Paco Real Reina. Al otro, Manuel García Kuriakym, ya fallecido, quiere dedicarle estos recuerdos. Trabajando de aprendiz de mecánico ajustador en una fábrica que hoy es el gimnasio municipal de la calle
Reposo, coincidió con un hermano de Jesús de la Rosa. Éste buscaba un grupo y llegó a ensayar con Yo y los Demás.
La mili acabó con su corta carrera musical, pero no con sus recuerdos de bajista de altura. En su memoria, los primeros fueron el cuarteto Yungay, que salió del colegio Portaceli y del que formaba parte Luis Rojas-Marcos, el psiquiatra que llegó a hacer carrera profesional en Nueva York, hermano del político andalucista que fue alcalde de Sevilla. Suena en las páginas de su libro el sitar de Gualberto, la música de Pepe el Saxo, Julio Matito o Antoñito Smash, la intrahistoria de Gong y su precedente de Murciélagos, la memoria de Ray Palma (Los Mercury, Nuevos Tiempos). Coletazos locales de la batalla de Trafalgar entre los Beatles y los Rolling.
Abunda el material gráfico. La primera imagen no es de ningún grupo, es el tranvía de Ceferino González pasando por la calle Doctor Letamendi (hoy Correduría). Y la primera fecha no es de un concierto, es 1943, cuando se inaugura oficialmente la fábrica de Hytasa. La última actuación de Pepe Gómez fue en un cine de verano junto a la cárcel de Ranilla. La cárcel cambió de sitio, los cines de verano desaparecieron casi todos. Más libertad, menos libres. Adrián Sánchez le cedió una histórica foto de Los Aristócratas. Hubo músicos sevillanos que llegaron a Ibiza o que vinieron desde Canarias, como Gustavo González Suárez, guitarrista de los Crich, a quienes Jesús Quintero ofreció una gira con las Hermanas Benítez presentados por José Luis Uribarri y Marisa Medina.
Muchas melenas al viento en este libro, el quinto casi de corrido de Pepe Gómez, con dos barberos de postín, don Curro, el Médicis del rockero Silvio, autor de una frase para enmarcar ("el éxito no entra en mis planes"), y Manolo Melado, que antes de triunfar como compositor de sevillanas aparece en una fotografía con la Orquesta Páez actuando en la feria de Montellano, el pueblo de los hermanos Alfonso Eduardo y José María Pérez Orozco.
Música. Astronomía. Poesía. Y Teatro. Seis comedias para divertirse de quien salió airoso del pozo de la pena y el llanto, a saber: El asesino es el mayordomo, Solterito y Cuarentón, Parejas a la moda, Cuatro en raya (Las Formidables), Pepón por Dama y Casamiento y mortaja.
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