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Sevilla

El narco que quiso ser policía

  • Diego el Dormido, el detenido en mitad de una comunión, escaló en el mundo del narcotráfico a través de timbas clandestinas 

La detención de un narcotraficante en una comunión / DGGC

Diego Chacón, el presunto narcotraficante detenido en mitad de una comunión el pasado 1 de mayo, quiso ser policía nacional. Se preparó las oposiciones para acceder a este cuerpo, algo que nunca logró. Mientras lo intentaba, vendía pastillas. Fue el inicio en el mundo de las drogas del que luego sería considerado uno de los hombres fuertes del clan de los Lanas, una potente organización dirigida por dos hermanos de Bollullos de la Mitación que controla todo el Aljarafe y el tramo sevillano del río Guadalquivir, que lleva dos décadas convertido en una importante vía de entrada del hachís procedente del norte de África.

Chacón llevaba huido diez meses, desde que no pudo ser detenido en la redada que la Guardia Civil hizo contra los Lanas el pasado mes de julio, y en la que cayeron los cabecillas de la organización. Ya había sido detenido en 2019 en otra operación del instituto armado contra esta banda, pero estaba en busca y captura de nuevo. Natural de La Algaba, dicen los vecinos de este municipio que no era demasiado difícil verle por el pueblo durante todo este tiempo. A la Guardia Civil le contó, sin embargo, que había estado en una casa en la playa, en la provincia de Cádiz, y que no había salido apenas.

Los agentes de la lucha contra el narcotráfico supieron que iba a asistir a la comunión de un familiar el día 1 de mayo. Sabían también en qué restaurante se iba a celebrar el banquete y lo estuvieron inspeccionando de forma discreta el día antes. Chacón intentó escapar cuando vio llegar a los guardias civiles, que iban de paisano tratando de no reventar la comunión. No fue posible. El sospechoso saltó una valla y echó a correr por un campo de naranjos. Se vio rodeado e intentó esconderse debajo de un árbol, donde fue finalmente detenido. Toda la secuencia fue grabada con un dron, en un vídeo que se facilitaría a la prensa tres días más tarde.

A Chacón, de 35 años, le conocen en La Algaba como Diego el Dormido. “Siempre tenía la cara y los ojos como si estuviese recién levantado”, aseguró a este periódico una persona que lo trató. Nació en el seno de una familia humilde. Su madre vendía cupones y se crio sin padre, que se desentendió de la madre y del niño. La mujer intentó suplir aquello pagándole al hijo todos los caprichos. Y a Diego no le gustaba demasiado trabajar. Empezó a vender pastillas al tiempo que se preparaba para opositar a la Policía Nacional. “El ansia de dinero fácil lo espabiló”, dice el conocido suyo, aunque ya se le quedó el mote del Dormido.

De ahí comenzó a relacionarse con gente más importante del tráfico de drogas, a los que conoció a través de las timbas ilegales de póker que cuentan que él mismo organizaba, tanto en su casa como alquilando locales, o incluso reservados en algunos de los bares del pueblo. A esas timbas iban todo tipo de gente. Había empresarios, algún que otro policía, traficantes de droga y hasta ex futbolistas importantes. Contactó con un narcotraficante de Los Pajaritos y empezó a mover cantidades más importantes.

De hecho, fuentes de la Guardia Civil aseguran que no sólo se le relaciona con el tráfico de hachís, especialidad de los Lanas, sino que también traficaba con cocaína. La operación Llorón, la que se desarrolló en julio del año pasado y de la que logró escapar hasta su arresto en la comunión, se inició precisamente por él. En el registro de su casa aparecieron numerosas garrafas de combustible, que los traficantes acopian para poder abastecer las narcolanchas. Esto hizo que la Guardia Civil lo considere como el responsable de la logística del clan de los Lanas.

Desmantelado por dos veces, la organización dirigida por los hermanos Martínez Vela sigue estando considerada como una de las más fuertes de la provincia de Sevilla. Llegaron incluso a establecer alianzas con uno de los narcotraficantes más buscados del Campo de Gibraltar, el Messi del hachís, para afianzar el Guadalquivir como vía alternativa a las playas de Algeciras y La Línea para meter la droga. Hoy, el Dormido duerme en prisión.

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