Fallece Isabel Cobo, referente del mundo de la cultura y de la alta sociedad sevillana

Obituario

Gran amiga de la duquesa de Alba, Plácido Domingo y Ainhoa Arteta, estuvo casada 14 años con el marqués de Benamejí

Isabel Cobo, en la recepción de una caseta de la Feria de Abril.
Isabel Cobo, en la recepción de una caseta de la Feria de Abril. / D. S.

Sevilla despide a una de las personas más involucradas en actos culturales de la ciudad: Isabel Cobo Romero, quien falleció ayer, según confirmaron fuentes familiares. Su nombre queda unido al de célebres artistas que han pasado por la capital andaluza las últimas décadas y con los que mantenía una importante amistad. Era hija de Moisés Cobo Abascal, dueño de la empresa de cafés Moca y estuvo casada 14 años con el marqués de Benamejí.

A Isabel Cobo Romero era habitual verla en numerosos actos de sociedad que se celebraban en Sevilla hasta la llegada de la pandemia del Covid. Solía hacerlo muchas veces en compañía de su hermana Carmen. Otro miembro de su familia muy conocido en el ámbito cultural es su hermano José, galerista de arte.

Estuvo casada 14 años con Manuel de la Lastra Marcos, marqués de Benamejí. Un matrimonio al que pusieron fin de mutuo acuerdo el 30 de septiembre del año pasado. Su enlace, celebrado en 2006, supuso un acontecimiento social. Entre los asistentes se encontraba la duquesa de Alba, con la que mantenía una estrecha amistad, y el matrimonio formado por Curro Romero y Carmen Tello. Su vestido de novia fue diseñado por los modistos sevillanos Victorio & Lucchino.

La relación con la Casa de Alba la siguió manteniendo con el actual duque, una vez fallecida doña Cayetana. Otras amistades importantes que ha tenido a lo largo de la vida ha sido la de Plácido Domingo y Ainhoa Arteta, debido a su gran afición por la ópera. De hecho, la cantante lírica se ha hospedado en más de una ocasión en alguna de las casas de la familia Cobos cuando ha actuado en la capital andaluza.

Una relación que se evidenció la Madrugada en la que Ainhoa Arteta cantó delante del paso de la Virgen de la Esperanza, minutos antes de que se pusiera en la calle. Isabel Cobos se encontraba también en el interior de la basílica en esos momentos, ya que se había convertido en la acompañante inseparable de la artista aquella Semana Santa. Una visita que sirvió de primer contacto para el concierto benéfico que la cantante ofreció años después a las plantas de la Dolorosa más universal.

Quienes han conocido de cerca a Isabel Cobo la recuerdan como una persona de trato amable, excelente educación y una absoluta discreción que mantuvo en sus apariciones públicas y a la hora de hablar de su vida privada. Una discreción expresada como último deseo, incluso, antes de su muerte. Descanse en paz.

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