El complicado entramado de maderas y estructuras metálicas de la Encarnación sigue dando problemas a la adjudicataria Sacyr, constructora y dueña de este complejo comercial en pleno centro de la capital. Este periódico pudo saber ayer de fuentes ligadas a la obra que la parte más alta del proyecto, la que corresponde a las setas centrales del restaurante-mirador, presenta dificultades para el engarce de las maderas y estructuras metálicas al requerir piezas "muy especiales" que se adapten a la forma de las torres.

Las mismas fuentes explicaron que esta complejidad en el montaje podría alargar la obra en esta zona al menos un mes más allá del plazo oficial, aunque señalaron que en el resto de los parasoles se continúa trabajando a marchas forzadas para acabar los trabajos en diciembre. "Todos estamos intentando cumplir el plazo previsto de fin de año, pero hay partes difíciles en la zona de arriba de las dos torres de hormigón para la conexión de la madera", explicaron.

Fuentes del proyecto anunciaron también ayer a la Cadena Ser un nuevo retraso en el plazo de inauguración del proyecto Metropol Parasol y citaron el mes de febrero de 2011 como fecha más probable, lejos del compromiso -el quinto ya- al que llegó con el Ayuntamiento de Sevilla para poner en marcha la obra el 31 de diciembre de 2010.

La negociación de esas piezas especiales de los parasoles 3 y 4 ha obligado a Sacyr (el responsable de Andalucía Antonio Belmonte) a desplazarse hasta el sur de Alemania para reunirse con la empresa finlandesa Finnforest, que suministra la madera.

En Alemania se está negociando el suministro de la madera y estructuras metálicas de los parasoles 3 y 4 (las dos torres centrales), confirmó ayer un portavoz de la Gerencia de Urbanismo, quien añadió que no hay constancia oficial de ningún retraso de la obra ni de que la empresa Sacyr haya replanteado los plazos más allá de finales de este año. Urbanismo agrega que si fuera así se comunicaría a los ciudadanos y se estudiaría si la causa del retraso obliga a la empresa a indemnizar al Ayuntamiento. Con los cuatro plazos oficiales que se han incumplido en esta obra faraónica, fuentes del gobierno local consideran que un mes más no sería un retraso excesivo. El problema es que el final de la construcción no llegará con el ensamblaje de toda la madera. Una vez que los seis parasoles de la Encarnación se recubran por completo es necesario iniciar también las pruebas de carga que certifiquen que la estructura es segura.

El retraso de Metropol Parasol a febrero de 2011 no extraña tanto. Izquierda Unida ya anunció a principios de este año a los comerciantes del centro que la obra se alargaría "más allá de 2010", es decir, que no estaría hasta 2011. Lo dijo el delegado del distrito Casco Antiguo, José Manuel García, en una reunión de la junta municipal del distrito a finales de enero, y la noticia se publicó en este periódico el 18 de enero de 2010. Días después el edil de IU negó en público haber pronunciado tal cosa y los comerciantes llegaron a pedirle una grabación de la reunión del distrito que nunca se facilitó.

Aquella confesión de IU se hizo a pocas semanas de que se cumpliera el cuarto plazo de la obra de la Encarnación, que luego también pasó sin pena ni gloria. Desde que en la Encarnación empezaron a construirse las setas se han incumplido los plazos de junio de 2007, primavera de 2008, último trimestre de 2009 y primeros meses de 2010. Diciembre de 2010 es el quinto, por tanto.

El proyecto de la Encarnación contempla un gran centro comercial con plaza elevada, mirador, restaurante y mercado de abastos, todo ello propiedad de la adjudicataria Sacyr, que también construye el complejo. Empezó a gestarse en 2004, año en que el arquitecto berlinés Jürgen Mayer ganó el concurso de ideas para recuperar el solar de la Encarnación abandonado desde que en 1973 los comerciantes del mercado se trasladaron a un edificio provisional.

Sacyr dispone de un derecho de explotación por un plazo de 40 años de todos los elementos de la plaza diseñados por el alemán.

La incógnita de Metropol Parasol que queda por despejar es cuánto costará finalmente a las arcas del Ayuntamiento de Sevilla esta obra que se ha ido encareciendo más y más por los problemas técnicos para engarzar las maderas con una fórmula segura y por cambios de proyecto. De momento, la obra se ha comido 90 millones de euros, sin contar los gastos en este solar anteriores a la llegada del proyecto alemán.

El Consejo Consultivo de la Junta censuró los últimos 30 millones de euros que el Ayuntamiento aprobó invertir para continuar la obra.