La inmobiliaria Contsa trasladó sus oscuros negocios hasta más allá de las fronteras españolas. La juez que investiga una denuncia por la venta fraudulenta de pisos en Bulgaria tomó ayer declaración, en calidad de imputado, a un apoderado del grupo Contsa, Fernando L., que reconoció que la empresa vendió en este país del Este más inmuebles de los que realmente disponía.

La denuncia, que investiga el juzgado de Instrucción número 17 -que también instruye la causa principal por delitos de estafa y falsedad contable-, pone de manifiesto que la inmobiliaria vendió presuntamente más de 50 inmuebles en Sofía cuando en realidad sólo había adquirido 16 inmuebles entre apartamentos y plazas de garaje.

El apoderado de Contsa explicó a la juez que la empresa tenía previsto poner en marcha una promoción de 301 apartamentos en la capital búlgara, en lo que estaba considerado como una oferta "bombón" a la que sólo podían acceder los clientes que previamente eran inversores del grupo, los que habían entregado diversas cantidades a cambio de una supuesta alta rentabilidad.

La dinámica de la compra de los inmuebles en Bulgaria era la siguiente: los compradores se comprometían a adquirir por lo general dos apartamentos, para lo cual tenían que hacer una primera aportación de 18.000 euros en efectivo, mientras que los segundos 18.000 euros eran financiados por Cartuja Financiera, otra de las sociedades del grupo.

El apoderado de Contsa explicó que de la promoción de 301 apartamentos se vendieron entre 50 y 60 inmuebles, pero en realidad la entidad sólo había adquirido 16 inmuebles. El representante de la empresa aseguró que la operación de Bulgaria la dirigía personalmente el presidente de la entidad, José Salas Burzón, que está en prisión desde octubre de 2008. El imputado indicó que Salas Burzón le aseguró que tenían esa promoción de 301 apartamentos y le mostró varias fotografías de la promoción. Los inmuebles se vendían enseñando esas fotos a los clientes de Contsa, pero no existía ningún proyecto ni división horizontal de la urbanización.

El apoderado insistió, como ya hizo cuando declaró en la otra denuncia, que Salas Burzón lo dirigía todo. "Menos barrer, lo hacía y deshacía todo", llegó a declarar ante la juez.

Cuando se le preguntó por qué accedió a comercializar los inmuebles de Bulgaria sólo con las fotos, el representante señaló que tenía una confianza absoluta en José Salas, del que afirmó incluso que "por él daba hasta la sangre".

El apoderado, que llevaba diez años trabajando para la empresa, había asegurado cuando declaró en la otra causa contra el dueño de Contsa que la jerarquía de mando en la empresa seguía este orden: "Primero José Salas, segundo Salas y luego Salas". Contsa tiene un agujero de 86,8 millones de euros y un total de 1.653 acreedores.