La piedra que no desecharon los arquitectos

Calle Rioja

La Semana de la Arquitectura vuelve a fijarse en la Casa Sacerdotal, un antiguo cine de verano junto al monasterio de Santa Clara rehabilitado por dos arquitectos

Gumersindo Melo, director de la Casa Sacerdotal de Sevilla.
Gumersindo Melo, director de la Casa Sacerdotal de Sevilla. / Belén Vargas

EN este espacio el siglo XIII le da la mano al siglo XXI. Los misterios de la torre de don Fadrique, edificio de 1252, cuatro años después de la llegada de las tropas de Fernando III a Sevilla, hermanados con la Casa Sacerdotal, un espacio que rehabilitaron los arquitectos Gonzalo Díaz Recasens y Antonio Martín Molina entre 1998 y 2003.

Un año más, ha sido uno de los escenarios que han formado parte de las visitas programadas dentro de la Semana de Arquitectura. En la portería estaba un hombre de La Puebla de los Infantes. Antes de la llegada de los estudiantes de Arquitectura, apareció un equipo de Canal Sur para rodar el programa Testigos Hoy que presenta Susana Herrera. Los esperaba Eduardo Martín Clemens, delegado diocesano para las Misiones.

Desde el interior del patio central de la Casa Sacerdotal se ven los carteles de las exposiciones de Murillo en el cuarto centenario de su nacimiento y Quico Rivas, titulada Una continua maquinación. Tradición y modernidad en la doble cartelería de la calle Becas en la que está ubicada la Casa Sacerdotal. Cogió el legado que históricamente asumió el Hospital de Venerables Sacerdotes del barrio de Santa Cruz, que fue sede de los cursos de otoño de la Menéndez Pelayo –allí se mantuvieron encuentros inolvidables con Borges y Cela– y en la ac tualidad es la sede de la Fundación Focus Abengoa que acogió la exposición Velázquez vs. Murillo.

Nuevos curas, algunos ya ancianos, y nuevas necesidades, han encontrado respuesta a sus demandas en la nueva Casa Sacerdotal, fruto del convenio entre la Junta de Andalucía y la diócesis Hispalense que propició la transformación del palacio de San Telmo de seminario en sede de la Junta de Andalucía y la construcción del edificio de formación de futuros sacerdotes en la Avenida Bueno Monreal.

Desde la terraza de la primera planta de la Casa Sacerdotal se ve la pantalla del mítico cine de verano Ideal, que hace las veces de medianera entre el edificio y la calle Hombre de Piedra. Gumersindo Melo González, sevillano de Gines, es el cuarto director de la Casa Sacerdotal desde su puesta en marcha. Su anterior destino fue párroco en Villanueva del Río y Minas. Todos los domingos, a la una del mediodía, oficia en la casa de los curas, donde los hay transeúntes y permanentes, una misa para sordos. El Espacio Santa Clara adyacente al edificio forma parte del antiguo convento de Santa Clara que tenía como faro la torre de don Fadrique, un edificio de factura italiana que sigue siendo una de las joyas de la arquitectura hispalense. En la parte que da a la calle Lumbreras, estuvieron los cursos de Empleo y Formación donde bajo la dirección de Moisés Moreno y Román Ginés varias promociones de aprendices de cerámica y artesanía realizaron las rehabilitaciones de muchos materiales de la Plaza de España. Una cantera de la que salieron nuevos talleres en la ciudad y que se cerró a cal y canto hace un par de legislaturas.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular, se lee en los Evangelios. Díaz Recasens, de estirpe de arquitectos, y Martín Molina, encontraron en el entorno de la fe la piedra filosofal de espacios abiertos. Un ámbito ajardinado para un gremio que también vive su particular transformación. En la pantalla del cine Ideal podían poner la película de Win Wenders sobre el Papa Francisco. El nuevo amigo americano.

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