La Policía atrapa al asesino de Dos Hermanas en una casa de Brenes

El sospechoso, de origen portugués, se atrincheró en un piso armado con la pistola que empleó para matar a un hombre el sábado

Durante la negociación, pidió un paquete de tabaco y una botella de agua

Las fotos del atrincherado en Brenes
Las fotos del atrincherado en Brenes / Antonio Pizarro

Francisco Felipe R., el presunto autor del asesinato de Alejandro G. M. la tarde del sábado en Dos Hermanas, fue detenido a última hora de la tarde de ayer en Brenes. El sospechoso, de nacionalidad portuguesa, se atrincheró armado con una pistola en un piso de la barriada de la Paz, conocida popularmente como la Uve, la zona más deprimida de este municipio de la Vega del Guadalquivir. La Policía tuvo que asaltar la vivienda tras varias horas de negociación y un despliegue de película.

En el intervalo en el que estuvo atrincherado, corrieron todo tipo de rumores por Brenes. Que si el hombre había recibido a tiros a la Policía, que si había amenazado con volar el bloque con una bombona de butano, que si tenía una rehén, que si se había tirado por la ventana, que si había dos muertos en la casa...

Y es cierto que hubo un tipo que se tiró por la ventana, pero era uno que nada tenía que ver con el crimen de Dos Hermanas y que quizás pensó que la Policía venía a por él. En una extraña jugarreta del destino para conectar dos casos truculentos, resulta que el que se lanzó al vacío tratando de huir de la Policía es uno de los investigados por el asalto al chalé de María del Monte, en agosto de 2023. De la escena del tipo colgado de una ventana hay un vídeo que durante la tarde de ayer corrió por cientos de teléfonos móviles.

Todo comenzó el pasado sábado, sobre las dos y cuarto de la tarde, en la calle Real de Utrera de Dos Hermanas. Francisco Felipe disparó presuntamente a la cara a Alejandro G. M., de 30 años y con múltiples antecedentes, en una casa ocupada en la calle Real de Utrera. Le ayudó un cómplice, que sostuvo la cabeza de la víctima para que el pistolero asegurara el tiro. Pero fue tan torpe que parece que antes de que la bala penetrara en la cara del asesinado, le voló uno de los dedos a su ayudante, que dejó un reguero de sangre en la huida que dio pistas a la Policía de lo que allí pudo ocurrir.

El herido fue a curarse la mano al Hospital Virgen del Rocío, donde fue detenido. Esa misma noche, un hermano de la víctima fue arrestado tras clamar venganza por las calles de Dos Hermanas con una katana. Mientras tanto, la Policía continuó la búsqueda del presunto autor material del disparo, del que se sabía que había huido en una moto. Estaba identificado plenamente desde el primer día. Tras 48 horas de intensas gestiones, los investigadores ubicaron al sospechoso en una casa de Brenes. Hasta allí fueron a localizarlo cuando el hombre, lejos de oponer resistencia, se atrincheró en el piso con la pistola que presumiblemente empleó para acabar la vida de Alejandro dos días atrás. Con ella, según fuentes del caso, llegó a pegar un tiro intimidatorio, pero no directo contra ningún agente.

La Policía activó el protocolo habitual cada vez que una persona se encierra armado en una casa o local. Decenas de agentes se desplegaron por distintas calles de la barriada, acudió un negociador para tratar de convencer al sospechoso para que se entregara, al tiempo que los francotiradores tomaron posiciones en la azotea de un edificio próximo y los agentes del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) se prepararon para asaltar la vivienda. Tanto el bloque donde estaba el fugitivo como los edificios cercanos fueron desalojados, y la Policía estableció un amplio perímetro de seguridad, dentro del cual permanecía una ambulancia de los Bomberos y otra del 061.

Alrededor del precinto policial se arremolinaron decenas de curiosos y fueron llegando periodistas, fotógrafos y camarógrafos a medida que iba cayendo la tarde y trascendiendo noticias. Una dotación de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) impedía el paso a ninguna persona ajena al dispositivo, mientras un dron de la Policía sobrevolaba todo el lugar para captar imágenes que ayudaran a una posterior intervención del equipo táctico del GOES.

Durante la negociación, el sospechoso pidió un paquete de tabaco y una botella de agua. Sobre las ocho de la tarde, más de cinco horas después de atrincherarse en la vivienda, los especialistas de la Policía accedieron al piso y el hombre fue detenido sin oponer resistencia. Fue trasladado en ambulancia al hospital Macarena para una exploración, previa a su traslado a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía. La pistola, el más que probable arma del crimen, también se recuperó.

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