La quiropráctica, la alternativa desconocida

Iba para otro tipo de médico, pero la quiropráctica se cruzó en su vida y rompió con la tradición familiar. Hijo de un conocido médico sevillano, Javier Santamaría Balbas decidió marcharse a Estados Unidos para mejorar su inglés y conocer de cerca esta profesión. Aunque en España aún no está muy extendida -hasta hace tres años había que salir al extranjero para estudiarla- en Norteamérica está tan aceptada "como la de dentista" y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera "la tercera profesión sanitaria". Tras su aventura americana, Javier regresó a Sevilla y se ha propuesto dar a conocer la quiropráctica en su ciudad natal. En octubre de 2009 abrió su primera clínica -con la suya son tres en toda la ciudad y en España son 180- tras trabajar por cuenta ajena durante un tiempo y los resultados están siendo "bastante buenos" gracias, en parte, "al efecto del boca a boca". El 90% de sus pacientes acuden a él por algún problema relacionado con la espalda, pero también los hay que presentan patologías orgánicas o lesiones deportivas. Trata incluso a bebés con apenas unos días y el que comprueba los beneficios de la quiropráctica "siempre repite". Con tan sólo 26 años, es uno de los pocos quiroprácticos del país y está convencido de que cada vez son más los que buscan alternativas al medicamento que "muchas veces sólo tapa los síntomas pero no corrige el problema".