"A raíz del terremoto de Lisboa de 1755, Kant dejó de ser optimista"
Ricardo Hurtado Simó. Historiador
El terremoto y 'tsunami' de Lisboa causaron más de mil muertes en Andalucía. Este doctor en Filosofía indaga en las controversias que suscitó el seísmo.
EL 1 de noviembre de 1755 Lisboa se vio sacudida por un terremoto y un tsunami que a sus devastadoras consecuencias añadió un retroceso en la moral y un avance en la filosofía. Lo estudia en un libro el profesor Ricardo Hurtado Simó (Sevilla, 1984).
-¿Hay que comprender lo incomprensible?
-Es lo que dice el filósofo alemán Hamacher. Siempre se intenta comprender lo incomprensible, unos desde la religión, otros desde la ciencia.
-¿Se sabía más del cielo que de la tierra?
-Por eso la sismología es una ciencia relativamente tardía. En el siglo XVIII imperaba el conocimiento de Newton. Se sabía mucho de Física, de Matemáticas, pero casi nada de la tierra, del subsuelo. Unos decían que estaba vacío, otros que tenía fuego.
-Como tantos libros, el suyo empieza por Aristóteles...
-Ya estudiaba los terremotos en el libro Meteorológicos.
-El terremoto de Lisboa acabó con la vida del embajador de España.
-Y con la del Inquisidor de Lisboa. Muchos portugueses lo celebraron, porque tenía atemorizada a la ciudad.
-¿Cuál fue el detonante?
-Tenía la impresión de que fue mucho más que un fenómeno físico, que una catástrofe natural.
-En Italia ha habido dos terremotos (L'Aquila, Amatrice) con nueve años de diferencia...
-La gente se sigue preguntando por qué Dios hace eso o por qué lo consiente si es omnipotente y es el que gobierna el mundo desde el cielo. En el caso de Lisboa, la mayoría de las víctimas fueron personas pobres; los ricos se refugiaron en sus buenas casas.
-¿Qué controversia fue más apasionante, la del marqués de Pombal y Malagrida o la de Rousseau y Voltaire?
-El duelo entre Rousseau y Voltaire fue por carta, pero el marqués de Pombal y Malagrida convivían en la misma ciudad y el terremoto hizo que el enfrentamiento fuera inmediado. Un duelo entre la fe y la razón.
-¿Qué cambió en la filosofía?
-A Kant le cogió en su fase precrítica y a raíz del terremoto dejó de ser optimista.
-Se pasa del "Todo es bueno" a "El Todo es bueno"...
-La frase más célebre de Leibniz es que vivimos en el mejor de los mundos posibles.
-¿El origen del buenismo?
-Todo lo que pasa tiene una justificación, todo es bueno y el mal es el medio de un bien posterior.
-¿Todavía quedan secuelas?
-En la catedral de Coria-Cáceres, la ciudad española más afectada por el terremoto (22 muertos), todavía se aprecian las grietas.
-Después del terremoto vino el tsunami...
-Cuando se produce el terremoto mucha gente estaba en las iglesias celebrando el día de Todos los Santos y murieron sepultados por las piedras. Las calles eran lápidas y los que vivían cerca del mar se dirigieron a la playa. El agua retrocedió, la gente se adentró y el agua la engulló. Eso fue lo que más muertes provocó en Andalucía. Sólo en Ayamonte, cuatrocientas víctimas. La playa más devastada fue la de La Redondela.
-¿Y aparte de la filosofía?
-El terremoto de Lisboa desarrolló la técnica del grabado y también el género de un cuento con trasfondo y moraleja religiosos, algunos satíricos.
-¿Qué dejó en Sevilla?
-Hay un templete en la plaza del Triunfo que agradece la mediación de la Inmaculada Concepción para que sólo se produjeran nueve muertos. Sevilla enarboló la bandera mariana y fue clave para el dogma de la Inmaculada. El terremoto llegó a las once de la mañana y a las dos de la tarde ya hubo una primera procesión. Los sacerdotes dijeron en los púlpitos que era un castigo divino por las costumbres libertinas.
-¿Los protestantes hacen otra interpretación?
-Por medio de los hermanos Wesley, dicen que Dios castigaba a los católicos por su fanatismo.
-Su madre dirigió el Archivo de Indias. ¿Investigó allí?
-Comprobé algunos documentos, aunque hay más documentación del terremoto de Lima de 1746, que no fue tan decisivo.
-Lisboa 1755, la época del despotismo ilustrado...
-Escribí un libro sobre el matrimonio de Sophie de Grouchy y Condorcet, un revolucionario que con la llegada de Robespierre y los jacobinos se suicidó en la cárcel antes de ser guillotinado. Estoy estudiando la figura de Madame Helvétius, que a la muerte de su marido, un filósofo materialista, abrió un salón filosófico.
-¿La estela del terremoto de Lisboa llegó hasta la Escuela de Fráncfort?
-Adorno o Walter Benjamin amplían el origen del mal hasta Auswitchz. Cómo se produce el mal, cómo se puede explicar y evitar.
-¿Enseña esto a sus alumnos?
-Este año sólo tengo a Kant en el programa. Las asignaturas de Letras se están reduciendo al máximo. Te enseñan a pensar por sí mismo y eso no lo quiere ahora mismo el poder o el Gobierno.
-¿Su libro sobre el terremoto es una reivindicación del carácter científico de la Filosofía?
-La Filosofía estuvo unida en sus orígenes a la ciencia. Eso pasó con Aristóteles y también con Kant. No es sólo memorizar o aprender fechas y nombres.
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