El realojo de los vecinos de la Renfe costará 20.500 euros mensuales

El realojo en pisos de alquiler de los vecinos de la barriada de la Renfe, que tuvieron que abandonar sus viviendas la semana pasada por el riesgo de derrumbe como consecuencia de las obras de un aparcamiento que construye la Universidad de Sevilla (US), costará 2.500 euros mensuales, un desembolso que asumirá Ingeconser, la constructora del parking. A partir de la próxima semana comenzarán los traslados de las familias a estas viviendas, según anunció ayer el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Millán, quien compareció junto al delegado del Distrito Macarena, Enrique Lobato; el vicerrector de infraestructuras de la Hispalense, Antonio Ramírez; y el portavoz de los vecinos afectados, Bernabé García, para explicar los trámites que tanto el Ayuntamiento como la Universidad gestionan desde la semana pasada.

Las familias con miembros que sufran alguna discapacidad, personas mayores, niños o que vivan en los bajos de los bloques afectados serán los primeros en ser realojados en estas viviendas, que se encuentran cerca de la barriada de la Renfe. El traslado comenzará a principios de la próxima semana y se espera que antes de agosto todos los vecinos habiten ya en los que serán sus domicilios los próximos meses. Según anunció Antonio Ramírez, el precio medio del alquiler de las 41 familias que se realojarán es de 500 euros mensuales, un coste que sufraga la constructora Ingeconser, aunque especificó que este desembolso "acabará pagándolo la aseguradora de la obra". Esta empresa es la que se encarga de costear la estancia de los vecinos de la Renfe en el Hotel Macarena, un desembolso que alcanza los 4.000 euros diarios.

Aunque el alcalde anunció el lunes que el realojo duraría seis meses, el gerente de Urbanismo amplió a un año el tiempo que permanecerán las familias fuera de sus viviendas, ya que no autorizarán la vuelta a sus hogares hasta que esté confirmado que no existe ningún tipo de riesgo. Millán especificó al respecto que desde el viernes se está procediendo al estudio de los terrenos que se desplazaron la noche del miércoles 16 de junio, lo que provocó la aparición de grietas en los edificios y la inclinación de una grúa de 50 toneladas. A este equipo de técnicos se ha unido otro que desde ayer elabora un informe sobre el estado exterior de las viviendas, a la espera de que los vecinos desalojen de enseres los inmuebles para realizar un estudio más pormenorizado. Urbanismo confía en que dentro de 15 días se tenga ya un análisis geotécnico de los terrenos y que a finales de julio estén concluidos todos los trabajos de evaluación.

Por ahora, los vecinos que volvieron a sus viviendas no tendrán que ser desalojados mientras que los informes no recomienden lo contrario. Dentro de diez días Urbanismo y la Universidad se reunirán de nuevo con los vecinos para informarles de todos los procedimientos que se llevan a cabo.