Una vez que culminen las obras será un hito para la zona norte de Sevilla. “Pronto podremos arrancar esa hoja del libro de asignaturas pendientes de la ciudad”, aseguró ayer el alcalde, Juan Espadas, tras la visita a las antiguas naves de Renfe de San Jerónimo, un patrimonio que ha permanecido tres décadas sin uso, expoliado y destrozado. Y que, si se mantiene el ritmo de los trabajos, se convertirá en el primer trimestre de 2022 en un centro de innovación empresarial que impulsará la transformación del barrio en un distrito con una buena perspectiva para el futuro a medio plazo.

Como símbolo de ese abandono crónico, una higuera de gran tamaño que creció en su interior permanece apuntalada y protegida con la intención de que se pueda mantener en su interior –si no se sustituirá– como parte de una novedosa y vanguardista estructura, una especie de mecano de madera que ha ido montándose dentro de las paredes de la nave de hormigón y que se presenta como ejemplo de arquitectura sostenibilidad.

Los trabajos se iniciaron en marzo de 2019 con la retirada de los paneles de ladrillo y placas de fibrocemento de la cubierta. En agosto de ese mismo año se pasó a una nueva fase que consistió en la reparación de los soportes metálicos de la cubierta para el posterior anclaje de los paneles solares fotovoltaicos. Y ya en noviembre de 2020, ya en plena pandemia, se iniciaron las obras en sí de lo que será el nuevo centro de emprendimiento Sevilla Futura. En estos momentos, se está culminando la instalación y adecuación de los módulos de madera de pino procedente del País Vasco en la nave oeste, una vez realizada la limpieza y consolidación de la estructura.

El montaje de la estructura de madera está casi culminado.

La obra está ejecutada en un 70%. En breve se acometerá la fase final. El calendario previsto contempla la instalación de las placas para producir energía solar fotovoltaica para el autoconsumo del edificio y también la instalación de sistema de geotermia para la climatización del centro, último paso que se espera que concluya en el primer trimestre del año.

Según ha recordado el alcalde, se trata de conseguir un edificio emblemático que el público visite como espacio de referencia. Arquitectónicamente el edificio ya ha obtenido un premio nacional por el uso de materiales y sistemas sostenibles y sistemas. “Eso nos ayuda a captar empresas tecnológicas y startups”, comentó Espadas.

Por ahora, Emvisesa ha actuado en una sola nave, con un presupuesto de 4,5 millones de euros procedentes de fondos europeos, a través de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi) para la zona Norte de la ciudad y también financiación a cargo del programa de desarrollo energético sostenible de Andalucía para el periodo 2017-2020 con fondos Feder coordinado a través de la Agencia Andaluza de la Energía. La otra nave gemela, en principio, se mantendrá limpia y diáfana a la espera de nueva financiación, que ya se está buscando, según el alcalde.

El proyecto se ha encontrado con más de un obstáculo que ha retrasado las obras y que el alcalde atribuye a la necesidad de encontrar un modelo de financiación adecuado y con todas las garantías. En 2015 el gobierno de Espadas buscó ya el dinero a través del programa Edusi con el objetivo de recualificar la zona norte de la ciudad. Y hubo un frenazo provocado por la rescisión del primer contrato de las obras que derivó en otra licitación que quedó desierta y fue necesario una tercera para encontrar una resolución.

En paralelo a las obras el área de Economía trabaja para conectar el centro con el CREA, centro de emprendimiento municipal cercano y casi colmatado desde hace unos años. Ambos se complementarán. Y también se buscará desde el Ayuntamiento de Sevilla conexiones con centros tecnológicos de Cartuja. “Ahí está una de las claves ahora, ver cuál va a ser el modelo de gestión, apostar por la unión de lo público y privado, y por una alianza a la que se sumaron ya 16 empresa adheridas al proyecto Sevilla Futura que, de manera embrionaria, trabaja desde el CREA”. Estas empresas ya han lanzado varios retos que desarrollan emprendedores que cuentan con su mentorización y se benefician de la resolución de estos desafíos. La idea es que tanto las grandes empresas como los emprendedores, éstos ubicados en los espacios de coworking, se instalen en la nave.

Por otro lado, desde el distrito Norte se trabaja también para que este equipamiento suponga una oportunidad para el barrio, un revulsivo económico que atraiga a sus salas actividades de formación para jóvenes del barrio sobre todo y que sea un punto de encuentro.

El centro que se ha construido dentro de la nave cuenta con 1.222,62 metros cuadrados y está conformado por una estructura interna con suelo y módulos encajados en el interior. El diseño prevé que esta estructura tenga una planta baja, destinada a espacios de coworking y usos múltiples, más dos de altura para empresas y una terraza en la cubierta para el disfrute del público general. El área que existe entre las naves y los módulos introducidos quedará al aire libre.

Una vez que todo concluya el proyecto seguirá con la reordenación y adecuación del entorno, donde se habilitará un aparcamiento para los usuarios.

Sevilla Futura cambiará la fisonomía de una zona infrautilizada y que se regenerará, además, con otros proyectos, como un cohousing y una residencia de estudiantes cercana y la eliminación de la depuradora de San Jerónimo y del poblado de El Vacie que, se espera, que en unos años se convierta en un gran parque. Un nuevo barrio de San Jerónimo con equipamientos de vanguardia que se convertirá en un eje tecnológico con Cartuja a través del río.