Sevilla despide a otro de los grandes capataces que ha dado la historia de la Semana Santa. El mundo cofrade aún permanece de luto por la pérdida de un maestro con mayúsculas: Juan Manuel Martín Jiménez.

El pasado domingo la ‘Voz de bronce’, como se le apodaba, fallecía a los 67 años de edad. Pese a que anunció su retirada en 2012, siendo nombrado ese mismo año capataz honorario de la Hermandad de Los Gitanos nunca se alejó del martillo, acompañando a sus hijos Juan Manuel y Luis Martín Núñez, herederos de un sello único a la hora de mandar los pasos.

Llamador del paso del Señor de la Salud de la Hermandad de Los Gitanos.

Condolencias virales

Desde que saltara la trágica noticia el pasado 16 de enero, familiares, amigos y cofrades han llenado las redes sociales de mensajes de condolencias y recuerdos con fotografías, audios o vídeos de Juanma Martín.

Publicaciones que, a día de hoy, continúan estando en el ‘time line’ de distintas plataformas. El pasado lunes 17 de enero #LaVozdeBronce fue incluso trending topic con miles de impactos, asimismo, Youtube posicionó vídeos del capataz entre los más vistos.

Del mismo modo, se sumaron innumerables instituciones, personalidades y Hermandades a dar el pésame de forma virtual. Si me lo permiten, lo esperado y correcto. Pero lo que más llamaba la atención eran las muestras de cariño de usuarios “anónimos” hacia el capataz que alentaba a sus costaleros a “acariciar los adoquines de Sevilla”.

Paso del Señor de la Salud (Los Gitanos) en la Madrugá de 2019.

Hay quien se atrevió a decir en Twitter (@marcos_qz) que la primera vez que escuchó la “voz rajada” del capataz “me pareció la melodía de la Madrugá de Sevilla”. @JRodriguezfoto recordó que “nadie muere mientras sea recordado, ninguna voz enmudece mientras sea eterna’”. @TresCEsperanza dejó escrito que se ha apagado aquí la ‘Voz de Bronce’, para “hablarle cara a cara al Señor de la Salud en el cielo”. @Marisahimo1, emocionada, publicó que “podría poner mil vídeos con tu voz al martillo, esa voz de canela y clavo que me lleva a ÉL (Señor), que escucho desde que era pequeña, hoy se ha apagado esa ‘Voz de bronce’ pero los que te hemos conocido siempre llevaremos tu voz en el corazón y en el alma, siempre serás mi capataz, Juanma. Afortunadamente dejas un legado para seguir fundiendo los metales debajo del paso”. 

Admiración y reconocimiento

Desde pequeño me enseñaron en casa a “querer” a la familia Martín. Siendo muy niño mi padre ponía cintas de VHS que él mismo producía (contrataba a una productora) y me explicaba por qué la Hermandad de Los Gitanos era única, ni mejor ni peor, pero distinta al resto. Como ‘únicos’ eran sus capataces. Con el paso del tiempo llegué a la admiración por esa estirpe del martillo y la profesión hizo que en más de una ocasión les entrevistara (padre e hijos).

Hemos perdido a uno de los responsables del sello de identidad del andar del paso del Señor de la Salud

El pasado domingo se nos fue uno de los responsables del sello de identidad del andar del paso del Señor de la Salud (Los Gitanos). Ese caminar pausado, elegante y fino que Juanma Martín supo transmitir a sus ‘discípulos’ del costal que sabían que los movimientos siempre tenían que ser “suaves y sin tonterías”.

El paso del Señor de la Salud frente al Convento de Santa Ángela de la Cruz.

Las cosas con elegancia siempre, “esto es como el toreo… muy despacito”, recordaba a sus hombres. “Andando, pero sin correr”. Una forma de llevar los pasos que ha sabido heredar a la perfección su hijo, Juan Manuel Martín, y por qué no decirlo: mejorar técnicamente.

Un “venga de frente” que hace que cada año más personas salgan a ver a la cofradía de Los Gitanos. Sin duda, la personalidad que impregnó desde la década de los ochenta Juanma Martín al paso del Señor de la Salud ha sido parte responsable del crecimiento de la Hermandad de la ‘Madrugá’, cuantitativa y cualitativamente. Tanto en número de hermanos como en devoción al Señor de la Salud. 

Entrada en Campana

Y es que la ‘Voz de Bronce’ fue quien, harto de ver poco público y las sillas recogerse cuando llegaba a ‘Campana’ con el paso de Cristo, decidió hacer un año de una sola ‘chicotá’ la entrada en carrera oficial hasta la calle Sierpes. Algo que ya venía haciendo en la salida de San Román, empalmar marchas seguidas sin bajar el paso.

Esa primera gesta en Campana, unida al estreno años antes (1988) de la marcha ‘La Saeta’ como himno ‘no oficial’ de la Hermandad, se inició a primeros de los años noventa y desde entonces Sevilla no faltó a la cita… Hasta que llegó el año 1993 y la chicotá en Campana superó los 30 minutos.

En 1993 la chicotá en Campana del paso del Cristo de Los Gitanos superó los 30 minutos

“¡Óle los que saben callar a la Campana!, llegó a decir el propio Juanma Martín acercándose al respiradero. ‘La chicotá con mayúsculas’, como se le conoce, se la dedicó el capataz, curiosamente, a los medios de información: “Que hacen ver a tanta gente que no pueden ver la Semana Santa”. El sonido de los vencejos se mezclaba con la banda de música y la ‘Voz de bronce’.

Y tras una larga ovación de varios minutos Sevilla firmó definitivamente no perderse ningún año más a la cofradía que llegaba desde San Román con olor a canela y clavo. "La ovación más grande que se escucha todos los años en Campana", aseguró esa noche el periodista Fran López de Paz en Canal Sur Radio. 

Una madrugá 'distinta' donde se estrenó la marcha 'Consuelo Gitano', se podía entrevistar a capataces momentos antes de entrar en carrera oficial, los pasos aún no estaban 'obligados' a parar en 'el palquillo' ni las televisiones retransmitían el discurrir de las cofradías. A partir de ese año, curiosamente, cambiaron muchas cosas de las que hablamos.  

“Con la ayuda de los que están debajo (costaleros) conseguí que Sevilla esperara al Señor de la Salud entrar en Campana para siempre”, llegó a reconocer -hace escasos años- Juanma Martín ante los micrófonos de la SER (Cruz de Guía).

Nazareno de capa de la Hermandad de Los Gitanos.

Una calle en Sevilla

Una persona que forma parte de la historia de la Semana Santa, logra cambiar el presente y futuro de una Hermandad, haciéndola más grande, identificada y dotándola de personalidad cuanto menos merece un reconocimiento mayor del que tiene en su propia cofradía.

La ‘Voz de bronce’ debería considerarse ‘patrimonio inmaterial’ de la Hermandad de Los Gitanos (como el andar del paso del Señor de la Salud) y ocupar el nombre de alguna calle de la ciudad de Sevilla. Algo que seguro tendrá el apoyo de sus hermanos, sevillanos e “hijos” del costal, esos a los que él mismo les decía que olían a “jara y romero”.