Sevilla

El refugio económico de una heladería

  • Sevilla está experimentando un auge del negocio de los helados Marcas de toda la vida y algunas nuevas buscan hacerse con un hueco en el paladar de los sevillanos

A más crisis, más bares. Sevilla, la ciudad de los 4.000 bares y los 10.000 veladores, podría convertirse en poco tiempo en la capital con más heladerías por metro cuadrado. En apenas un lustro, muchos de estos establecimientos han abierto en la ciudad. Los sevillanos no tendrán problema alguno para saciar su capricho heladero si se encuentran, por ejemplo, en la céntrica calle de San Pablo, donde en apenas 300 metros en línea recta pueden acercarse a Rayas, la nueva Heladería Miquel, la Pastelería San Pablo o el quiosco de helados que ha montado El Corte Inglés en las puertas de su tienda de la Magdalena.

Actualmente, hay 81 licencias de heladerías registradas en la capital, según fuentes del Ayuntamiento. La tendencia en el sector servicios en Sevilla refleja además un auge de este negocio de los helados. Un exponente de esta coyuntura es la cadena Helados La Abuela, que ha hecho una apuesta fuerte por el sector en la ciudad ya que tienen previsto abrir hasta 15 heladerías en unos cuatro años. Actualmente poseen un establecimiento en la calle Laraña y próximamente abrirán otro en la calle Tetúan. Responsables de la cadena aseguran que creen que "hay público para explotar el negocio". Por lo general, ésta es la idea que mueve a los impulsores de las nuevas heladerías a abrir sus propios negocios. Juanjo Jaque es encargado de la heladería de la cadena catalana Ferretti situada en la Avenida de la Constitución, que abrió en 2009, y asegura que entonces "ya tenía la competencia del Mascarpone y el Häagen-Dazs" pero que "hay público" y "de momento funciona". De la misma manera pensaron los responsables de la nueva Heladería Miquel situada en la calle San Pablo. Abrieron hace un mes, en pleno apogeo de la canícula sevillana: "Vimos que por aquí pasaba gente y que la climatología de Sevilla acompaña todo el año", señala Emilio Moreno, encargado de la franquicia sanluqueña.

El sistema de las franquicias está muy vinculado a este negocio del helado. Cuando se trata de explotar sólo un producto y montar un establecimiento pequeño que necesita poca inversión y mantenimiento, las heladerías se convierten en un refugio del pequeño empresario y de su impulso emprendedor. Blas Matitos, asesor inmobiliario de Inerzia, considera que hay cierto "boom" en el sector heladero en la ciudad y cree que la razón de que pululen este tipo de tiendas es que son negocios que sólo necesitan "un local pequeñito" y que con el régimen de franquiciado "se pierde poco dinero" tanto en la inversión como en caso de fracaso. Sin embargo, añade que, según su experiencia, el éxito del negocio depende de "quién lo monte y cómo" pero sobre todo de la "calidad del producto". Ha visto cerrar en poco tiempo varios locales por lo que califica este auge de "volátil" y advierte de que no es "la panacea" que "asegura un negocio próspero y duradero".

Las marcas veteranas saben bastante de esto. Cristina Rayas, encargada de la heladería Rayas de la calle San Pablo, reconoce que "hacerse un hueco en Sevilla" sólo se consigue con "esfuerzo y mucho trabajo" y asegura que su marca está "plenamente comprometida con mejorar cada día para ofrecer productos de buena calidad" a su fiel clientela.

El helado es un producto al que prácticamente nadie dice que no, un capricho que puede picar en el estómago en cualquier momento del día o del año. Es por esto que hay muchos bares o establecimientos de hostelería que saben que el helado es un filón que explotar como complemento a sus negocios. Jorge Hermosilla, propietario de Avenida Restauración en la Avenida de la Constitución, lleva dos años y medio en su local de hostelería vendiendo helado junto a sus tapas y platos. Tiene dos neveras con tarrinas de helados Alacant que mantiene todo el año: "El helado si es de calidad se vende solo", explica. En el Horno de San Buenaventura de la Avenida de la Constitución, por ejemplo, también se mantiene una nevera de helados todo el año y hasta cadenas de comida rápida como McDonals o Burger King tienen siempre disponibles productos derivados del helado tradicional. El filón del complemento del helado en un negocio de hostelería está patente en la dificultad de sentarse en un bar o una terraza y que como postre no haya una carta de helados.

El helado es un complemento que aporta beneficios para un negocio hostelero pero vender sólo helados implica cierta dificultad en una ciudad cuyos habitantes no están acostumbrados a tomarlos en cualquier momento del año. Cristina Rayas, señala que su tienda, de la marca Rayas y ya consolidada en la ciudad con más de treinta años de experiencia, consigue mantenerse abierta "casi once meses al año sólo vendiendo helado". La incógnita está en si las nuevas heladerías que monopolizan sus beneficios en este producto serán rentables más allá del verano, si tanta oferta se corresponde con la demanda de la ciudad. Ya se verá si será demasiado, por ejemplo, en la calle Tetúan, una heladería de La Abuela, el Mascarpone y enfrente, en la Campana, el Ben & Jerry's, o en la Avenida de la Constitución, una tienda Häagen-Dazs, la heladería Ferretti, el Mascarpone, La Ibense Bornay y todos los bares con sus neveras de helados y sus cartas de polos al uso, cuando se disipe el calor y sólo queden los turistas más golosos y los sevillanos menos frioleros.

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