Rincones de silencio en la Sevilla del ruido
calle rioja
Las Hermanas de la Cruz tienen tres casas en Argentina, el país del Papa Francisco
Atravesar las legiones de azulgranas y madridistas por la Alameda buscando rincones de silencio era como reeditar la Guía Secreta de Antonio Burgos. Y a fe que las encontramos. En la calle Recreo sonaban las campanas para llamar a vísperas a las seis y media de la tarde. En la plaza de San Lorenzo, un coche de novios. En la Basílica del Gran Poder, el dominico Javier Rodríguez oficiaba las bodas de oro de Loli y Manolo. Se casaron el 26 de abril de 1975. Por Santa Clara se oyen unos cánticos muy especiales. Misa en San Demetrio, en la Iglesia por el rito ucraniano greco-católico, en memoria del papa Francisco. Fuera se escuchaban cánticos de los aficionados; dentro, se creaba una especie de Pentecostés. No se entendía lo que rezaban y cantaban, pero no hacía falta traducción. Del restaurante Manolo León, en la calle Guadalquivir, salía una niña de primera comunión. Por la mañana hubo unas cuantas en la iglesia de las Mercedarias.
Las Hermanas de la Cruz tienen tres casas en Argentina, el país del Papa Francisco
Otro lugar seguro para el silencio sería el convento de las hermanas de la Cruz. El jueves Gloria Gamito en la sala Esperanza de la Basílica de la Macarena presentó su libro Santa Ángela y la sabiduría de la Cruz. Como con María Dueñas y Javier Cercas, ella también agotó sus ejemplares. Sólo una semana después de una salida procesional que contó con la presencia excepcional pero muy discreta de la reina Sofía más de cuatro décadas después de su última visita. Una adelantada de la visita de su hijo a la final de la Copa del Rey horas después de asistir al funeral por el papa Francisco. Año de reinas: la visita de Sofía de Grecia; el centenario de Juanita Reina.
La presentación del libro de Gloria fue también un acto de reconocimiento de la figura del papa Francisco. Este año se cumplen 150 años de la fundación de las Hermanas de la Cruz. Qué bonito que una historia que nace en el cuarto de un patio de vecinos de la calle San Luis pasara junto al arco de la Macarena. De las 53 casas que tienen actualmente, tres están en Argentina, el país del papa Francisco: una en Quimilí, provincia de Santiago del Estero (1969); otra en Montequemado, en la misma provincia (1971); y una tercera en Alderetes, provincia de Tucumán (2007).
Durante el pontificado del papa Francisco han tenido lugar la canonización de Madre María de la Purísima en 2015, la beatificación del padre Torres Padilla el 9 de noviembre de 2024 y la concesión del año jubilar en los 150 años de la fundación de la Compañía. Los tres últimos pontífices han tenido protagonismo en actos de las hermanas de la Cruz: Juan Pablo II beatificó a Ángela Guerrero el 5 de noviembre de 1982, en pleno traspaso de poderes de la UCD al PSOE tras el triunfo de Felipe González, y la canonizó el 4 de mayo de 2003, el mismo año que en septiembre nombró cardenal a Carlos Amigo Vallejo; en el pontificado de Benedicto XVI tuvo lugar la beatificación de Madre María de la Purísima en 2010 en el estadio de la Cartuja que el sábado acogió la octava final de Copa del Rey que disputaban Madrid y Barcelona.
La casa de las Hermanas de la Cruz tiene casa en Roma, en el número 96 de Via Pellegrino, en el corazón de la Sevilla Eterna. Desde allí las siete hermanas partieron para una audiencia con el papa Francisco con la mediación de su capellán, el sacerdote español Alejandro Arellano, que era decano del Tribunal de la Rota. No lo hacían por ellas sino para que conociera al pontífice una familia de Nápoles a la que habían acogido. Cuando se marcharon, el Papa le dijo al padre Arellano: “Éstas son las que salvan la Iglesia y el mundo”.
En la iglesia de Santiago y Montserrat de Roma, conocida como iglesia de los españoles, tuvo lugar una misa de acción de gracias por la beatificación del padre Torres Padilla, canario de la Gomera, el primer director espiritual de las Hermanas de la Cruz. La concelebraron 16 sacerdotes, presidida por Alejandro Arellano. El Papa las recibió en el Palacio Apostólico. Gloria Gamito contó en la presentación de su libro que le llevaron al Papa una caja de magdalenas caseras y Bergoglio a su vez les regaló un rosario a cada una y dos fotos suyas con este mensaje premonitorio: “Estuve enfermo y me visitasteis… Gracias por todo el bien que hacen… Y por favor no pierdan la alegría”. Le dijeron que rezaban muchísimo por él. Y Bergoglio les preguntó: “¿A favor o en contra?”
Santa Ángela de la Cruz está muy presente en la Basílica Macarena. Aparece en un lateral junto a la Madre María de la Purísima. Y también está su retrato en una sala adjunta al camarín de la Virgen donde figuran otros santos de la ciudad: San Leandro, San Isidoro, San Fernando, las santas Justa y Rufina. Y la placa colocada en 1953, en el cincuentenario de la Concordia entre la Macarena y el Gran Poder. Las Hermanas de la Cruz son camareras de la Virgen de la Esperanza; madrinas simbólicas de su coronación canónica en 1964; y hermanas de honor de la hermandad de la Macarena desde 1983.
La autora de esta biografía de Santa Ángela de la Cruz estuvo acompañada por sus hermanos Luis y Antonio, por sus cuñadas Tomasa y Alicia. Hijos del periodista Antonio Gamito, cuya neutralidad balompédica le llevaba a decir que sus colores eran los del Coria. Empezó su carrera radiofónica retransmitiendo un Coria-Linares. El libro se presentó cuando no había terminado el partido del Sevilla, equipo de Luis Gamito; y cuando no había empezado el del Betis, el equipo de Antonio Gamito. Los hermanos de la biógrafa de las hermanas de la Cruz llevan con mucho fair play esta rivalidad.
Las Hermanas de la Cruz tienen una curiosa relación con los poetas de la ciudad donde se fundó la compañía. La ponen en marcha el 2 de agosto de 1875, justo una semana después del nacimiento en el Palacio de Dueñas, a dos pasos de la actual Casa Madre, del poeta Antonio Machado. Ángela Guerrero, la zapatera del taller de Antonia Maldonado, nació en 1846, diez años después que Gustavo Adolfo Bécquer, poeta que muere el 22 de diciembre de 1870 en el mismo bloque de la madrileña calle Claudio Coello donde nació la Madre María de la Purísima.
La Macarena está llena de secretos, de confidencias históricas. Una pequeña placa recuerda un hecho entrañable. En 1959 estaba el arzobispo de la diócesis, José María Bueno Monreal, de visita en la parroquia de San Gil cuando “telefónicamente”, el adverbio aparece en la placa, le llamaron desde Madrid para comunicarle que Juan XXIII, que llevaba unos meses en la silla de Pedro, lo había nombrado cardenal.
Además de con los poetas, las hermanas de la Cruz tienen un curioso paralelismo con la Feria de Abril. La multitudinaria misa de beatificación de Sor Ángela la celebró Juan Pablo II el 5 de noviembre de 1982 en la llamada calle del infierno, la zona de los cacharritos del real de la Feria. Y su canonización, el 4 de mayo de 2003, era domingo de Feria. Como tuvo lugar en Madrid, muchos sevillanos hicieron al revés que los madrileños cuando la Feria cae en los primeros días de mayo. Y todo parece indicar que el próximo cónclave para suceder al papa Francisco que canonizó a Madre María de la Purísima y beatificó a Torres Padilla coincida con los días de Feria. Será entonces la calle del Cielo. El cartel de Semana Santa lo firmó Virginia Saldaña, una visión muy personal de la Macarena con la rúbrica de esta pintora de Ayamonte, donde las Hermanas de la Cruz fundaron su tercera casa, hoy desgraciadamente cerrada. Queda la estatua que la recuerda.
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