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Donde la ropa tendida no es una metáfora

  • Hábitat. Fue el sueño de 636 familias procedentes de desalojos y ampliaciones de la ciudad. Teniendo poco en los términos del consumo lo tiene todo en los cánones de la convivencia. En el sur de Triana, carece de tiendas pero tiene conservatorio.

La calle principal de la barriada del Carmen, con unas jacarandas que se plantaron antes de la Expo.

La calle principal de la barriada del Carmen, con unas jacarandas que se plantaron antes de la Expo. / reportaje gráfico: juan carlos vázquez

El Campo del Huevo era el límite que por nada del mundo podían traspasar los niños porque detrás del muro de contención estaba la vía del tren. Campo del Huevo por el montículo que hacía las veces de estribaciones domésticas en la periferia de la barriada del Carmen. 636 viviendas construidas por la Obra Sindical del Hogar entre 1955 y 1956 con la dirección técnica del arquitecto Luis Recasens. Es el sur de Triana, y quizás por eso haya sido el lugar elegido por la compañía teatral Viento Sur que fundó Jorge Cuadrelli para ubicar su local de ensayos.

La historia de la barriada tiene el aroma de una sesión de cine de barrio. La actriz Carmen Sevilla le regaló a los vecinos un paño de cerámica que vino a inaugurar personalmente y más adelante fue bendecido por Francisco Javier Pérez Mantero, histórico párroco de San Joaquín y canónigo de la Catedral de Sevilla.

Tablada ordenó parar la construcción del barrio por la visión de la pista de aterrizaje

La calle Sierpes de la barriada del Carmen podría ser la plaza Riofrío, donde sólo queda una de las dos palmeras, la otra se la llevó el picudo rojo; tampoco están los quioscos de María y de Pepe que vendían respectivamente chuches y prensa. Cuando su padre lo mandaba a por el periódico, Práxedes Sánchez Vicente también compraba los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín. La metáfora de Sierpes se le debe a él. Es en la calle más universal de la ciudad donde tiene su despacho este agente comercial que desde 2012 preside el Círculo Mercantil e Industrial (3.076 socios) que prepara el siglo y medio de historia desde que se fundara el 25 de octubre de 1868. Efemérides que celebrarán con la mejor de las tartas de cumpleaños: la portada de Feria conmemorativa que diseñará César Ramírez para una entidad que tiene la caseta más grande de la Feria, donde hacen el paseíllo imaginario los toreros por los que tiene acceso: Joselito, Juan Belmonte y Bombita.

Como contrapunto de esas dimensiones del real, la barriada del Carmen es una de las más pequeñas de la ciudad. Práxedes puede presumir de que sigue viviendo en el mismo bloque donde vino al mundo. Faltaban dos semanas para la Navidad de 1963. Pequeño de cuatro hijos, nació en el dormitorio de sus padres que da a la plaza de Riofrío, con la asistencia de Inés, la matrona, un nombre que nunca olvida. El trasiego de su familia es un retrato-robot de las vicisitudes de miles de familias.

Juan José y Carmen, sus padres, vivían con su abuelo en la calle Peral, cerca de la Alameda. Allí vinieron al mundo Juan José, el primogénito, que falleció, y Carmen. Los dos pequeños, Consoli y Práxedes, ya nacieron en este barrio cuyas viviendas se sortearon entre familias de trabajadores. "Mi abuela vivía con nosotros y con cuatro niños no cabíamos", recuerda el presidente del Mercantil. Cuando tenía nueve años, la familia se fue a la Macarena. En los Carnavales de Riotinto conoció al amor de su vida, una chica de tierra de mineros que le sonaba de la Facultad. "Estábamos en Biológicas, pero ella no acabó e hizo Psicología".

Se casan en 1987, en 1989 nace su primer hijo, Práxedes, marca de la casa, y cuando el niño tiene tres meses deciden volver a la barriada matriz. El niño que había nacido en un primero volvía casado y padre a un segundo. Un mes antes de la Expo, creció la familia con la llegada de las mellizas María y Victoria, a las que recuerda llevar en el carrito a ver las maravillas de la Cartuja.

Es un barrio singular, hasta el punto de que el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico está haciendo un estudio de catalogación antropológica y arquitectónica de la barriada. Allí se construyeron las viviendas más altas de Triana, bloques de diez plantas cuya obra ordenó paralizar Tablada. "Decían que dificultaba la visibilidad de la pista de aterrizaje, pero la Obra Sindical del Hogar debía tener fuerza y obligaron a desviar la pista". Pisos de diez y de cinco plantas sin azoteas y con voladizos. Por eso la gente tiene la ropa en las ventanas o a la intemperie.

Es un bar sin tiendas, comercios ni franquicias, pero tiene unos viveros municipales, un conservatorio, una comisaría muy cerca y la estación de Metro de Blas Infante a tiro de paseo. Su interior lo recorre el 43, que tiene parada en el colegio San José de Calasanz donde Práxedes dio sus primeros pasos escolares. "Un día se anunció la visita de Bueno Monreal. En clase de Religión, nos habían formado un buen cacao con el ángel de la guarda. Cuando el cardenal le preguntó a los niños que quién era él, le dijimos que el ángel de la guarda. Los profesores no sabían dónde meterse".

Una barriada autosuficiente. Práxedes mira hacia atrás en sus recuerdos de infancia, los hombres trabajando y las mujeres en el gobierno de las casas, y se ve jugando al cielovoy en la plazoleta. "Mi madre es de Triana y era de las que decía que iba a Sevilla. Nosotros sólo íbamos a la Cabalgata y a las Siete Puertas a comprar la ropa".

El callejero está formado por ríos: Jarama, Manzanares, Jalón, Pisuerga, Darro, Bidasoa. "El lote de ríos que te pegaban en el colegio", dice Willy, para regocijo de Ángel, el hijo de Juan el Afilaor. "Y los afluentes", remarca Práxedes, vecino de Riofrío, nombre de pueblo granadino donde se prueban unas truchas exquisitas. "Nosotros no aprobábamos ni el recreo", dice Willy, que comparte con su amigo una litrona de Marore.

Marore es el sobrenombre de María Dolores. Es el corteinglés del barrio. "De las tres ventanitas que había, sólo quedó ésta, ampliada a pequeña tienda", dice Práxedes, situada en esta calle sin nombre pero llena de jacarandas que dan una sombra que ya la quisiera para sí la Avenida de la Constitución. En tiempos hubo un buzón de Correos y una cabina telefónica, que cualquier día aparecerán en el Museo de Artes y Costumbres Populares del Pabellón Mudéjar.

Al presidente del Mercantil, vecino guadianesco -el Guadiana no tiene calle aquí: desemboca en Peris Mencheta cerca de la Alameda- lo bautizaron en San Gonzalo, pero hizo la comunión en San Joaquín, la parroquia del Tardón con la que siempre estuvo vinculado el barrio. Tanto, que un grupo de vecinos fueron a hablar con Utrera Molina cuando era ministro de Vivienda para que les echara una mano en la ampliación de la sede parroquial. Práxedes es bisnieto de Práxedes, "en esa época igual fue por Sagasta", sobrino de un Práxedes socio de su padre, primo de un Práxedes socio suyo en el negocio textil, padre de Práxedes, el niño que estrenó primogenitura con la llegada de las mellizas sin cambiarla por un plato de lentejas. "Los tres están doctorando. El chico hizo Químicas y está en Viena. Las niñas, una Turismo, la otra Periodismo".

La modernidad de la barriada del Carmen está abrazada al modernismo en el callejero, limítrofe con la calle Rubén Darío. Por allí llega a su casa de la plaza de Manzanares Óscar. Le va hablando en el inglés que aprendió en Suecia a su hijo Oliver, que sale exhausto de la peoná colegial. El padre está contento en este barrio sin tiendas pero lleno de ropa tendida sin alegorías.

Las calles son amplias, los propios vecinos delimitan con plantas y macetas la demarcación de la ropa recién lavada. El coche es una excentricidad. El presidente del Mercantil a veces se va en bicicleta hasta la calle Sierpes, donde antes de ser presidente fue bibliotecario. "Mi padre se hizo socio cuando hicieron las instalaciones deportivas". Otro guiño paterno fue que los tres hijos del vecino de Riofrío se bautizaron en la iglesia de San Vicente, con la que el padre de Práxedes estuvo vinculado como hermano mayor de las Siete Palabras.

La cerveza de lata de la ventanita de Marore sabe a gloria. Ángel y Willy son guardianes del vecindario, documentalistas cotidianos de la historia viva del barrio. El periodista les habla de Luis, al que conoció como camarero del bar El Sardinero, en la plaza de San Lorenzo. "Sigue viviendo en el barrio. El Rafa Paz".

En la barriada del Carmen, también conocida como la de los Sindicatos, el cine de barrio tendría que contar en un papel estelar con Soledad Miranda (1943-1970), vecina del Carmen, actriz y cantante, que murió con 27 años y 33 películas en un accidente de coche entre Estoril y Cascais. Una calle lleva su nombre en el Polígono San Pablo.

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