San Hermenegildo, una restauración para contraer el síndrome de Stendhal
Cientos de sevillanos se acercan a comprobar cómo ha quedado la iglesia de San Hermenegildo tras casi veinte años cerrada
Una oportunidad única para reencontrarse con una joya
Para admirar la restauración de las cubiertas y el techo de la iglesia de San Hermenegildo hay que alzar la vista. Tras un rato mirando hacia arriba y una vez recuperada la horizontalidad en la mirada, entra una cierta sensación de mareo o de vértigo, agravada quizá por el efecto que provoca la planta elíptica de la construcción y su cúpula ovalada, una rara avis en la arquitectura religiosa sevillana que sólo encuentra comparación en la Sala Capitular de la Catedral, donde dicen que se inspira esta iglesia del siglo XVII. Quizás sea el síndrome de Stendhal, como se llama a esa taquicardia que sufrió el escritor francés al admirar las joyas del Renacimiento italiano en Florencia.
Por si acaso, la vigilante de seguridad que está apostada al fondo del templo insiste a cada persona que se acerca que tenga cuidado con los escalones. "Ya hemos tenido algún susto. La gente se queda embobada mirando al techo y, cuando empieza a andar, no ve los escalones y se tropieza", explica la trabajadora, que lleva ya ahorradas unas cuantas brechas a los visitantes de la antigua iglesia de los jesuitas en esta jornada sabatina de puertas abiertas. "Ha venido mucha gente, más de la que esperábamos", apunta la vigilante.
San Hermenegildo se ha pasado cerrada casi veinte años. El techo luce en todo su esplendor. "Me llama la atención lo bien conservado que está, y la iluminación que tiene. Es una restauración externa, pero es como debe empezarse, claro, porque si no luego habría problemas de humedades, filtraciones y demás", explica Andrés, uno de los visitantes de este sábado. "Es una iglesia muy antigua, y elíptica. Es diferente", añade, y explica que quizás sea una joya algo desconocida porque de ella no sale ninguna cofradía. "En Sevilla el arte sacro va por un lado y el resto por otro, y sin embargo hay mucho cofrade ateo".
Carlos, por su parte, hace fotos del techo con su teléfono móvil. "Me parece magnífico que este espacio se recupere". En los próximos días será la Fundación Focus Loyola quien se encargue de realizar las obras en el interior del edificio, para que éste sea su nueva sede y la del centro de investigación Diego Velázquez. La planta baja luce todavía con paneles que tapan las paredes. En alguno se exponen fotografías del estado ruinoso que presentaba la cubierta y cómo se han ido desarrollando los trabajos.
El alcalde, José Luis Sanz, sacó pecho de la restauración. "San Hermenegildo es un símbolo de nuestra historia y de nuestro patrimonio. Recuperarlo para la ciudad es motivo de orgullo y una muestra más de nuestro compromiso con la cultura". Sanz quiso invitar a "todos los sevillanos y a quienes nos visiten a acercarse y descubrir este emblemático edificio situado en el corazón de la ciudad, que ha recuperado todo su esplendor después de dos décadas abandonado, y que ahora se convertirá en un nuevo espacio cultural para la ciudad". Justo es recordar que esta intervención le viene al alcalde heredada del gobierno anterior.
La obra, realizada por el Ayuntamiento a través de la Gerencia de Urbanismo, ha permitido recuperar casi en su totalidad la estructura de madera original de la cubierta. Las fachadas originales, situadas al norte y al este, se han restaurado por completo. En la de Jesús del Gran Poder, en la cara este, se ha dejado al descubierto una leyenda para dejar testimonio de cómo era este edificio en 1738.
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