Sanz renueva la vigilancia en los mercadillos ambulantes de la ciudad
El nuevo contrato mantiene el mismo número de efectivos a pesar del descontento de los vendedores porque la venta ilegal no ha desaparecido
Los mercadillos ambulantes que se celebran en la ciudad seguirán contando con un servicio de vigilancia, independiente de la Policía Local aunque trabajarán de manera coordinada, durante 2026 y 2027. El nuevo pliego que ha publicado el Ayuntamiento hace especial hincapié en que no dispone “de los medios personales ni materiales para llevar a cabo esta actividad”. Por este motivo, un equipo de hasta 41 agentes –los mismos que ha habido hasta la fecha– velará por la seguridad en estos espacios. Una decisión que confronta con el sentir de muchos comerciantes, quienes consideran que estos vigilantes no han conseguido acabar con la venta ambulante ilegal. El contrato tiene un presupuesto de 725.700,35 euros con IVA incluido.
El nuevo contrato no empezará hasta el 24 de enero de 2026. Los vigilantes serán distribuidos en los distintos espacios según las necesidades de cada momento. En principio, la mayoría (15) irán al mercadillo de Alcosa. Habrá cuatro en el Cortijo de las Casillas, en Pino Montano; otros cuatro en el de Estrella de Oriente, también en Pino Montano; el que se celebra en la Ronda del Tamarguillo recibirá otros cuatro efectivos y, por último, serán cuatro los destinados en Mercatemático. El que se organiza en San Pablo-Santa Justa será vigilado por tres profesionales. Dos irán a Torreblanca y otros dos a Cerro Amate. Por último, un único efectivo trabajará en San Jerónimo. Todos prestarán servicio de 07:00 a 15:30. Un horario que está sujeto a cambio ante necesidades especiales. Cada agente cobrará unos 1.353,05 euros brutos al mes, atendiendo al convenio colectivo estatal de empresas de seguridad para el periodo 2023-2026.
Entre las funciones de los efectivos, el pliego destaca:
- Ejercer la vigilancia y protección de bienes muebles e inmuebles, incluyendo la protección de las personas que pudieran encontrarse dentro de los mismos.
- Comprobación y control del estado de las instalaciones de acceso y todas aquellas relacionadas con la seguridad.
- Apertura y cierre de las zonas de acceso y salida de las instalaciones.
- Colocación y recogida, en el caso que proceda, de vallas para la delimitación de la zona de acceso y salida, así como cerramiento del resto del espacio donde se celebra cada mercadillo de venta ambulante de la ciudad de Sevilla. Las vallas de cerramiento deben estar unidas entre sí y serán facilitadas por el Ayuntamiento.
- Ofrecer información básica en el control de acceso o bien en cada uno de los puntos de venta de los vendedores. Para ello se entregará, por parte del personal de vigilancia, la cartelería y otros materiales informativos.
- Control de acceso público a cada uno de los espacios y aforo máximo permitido, mediante sistema de control de nivel de ocupación (contador de personas en los casos que sea necesario).
- Control de entrada de los vendedores en cada mercadillo, solicitando la tarjeta identificativa como titular del puesto o como colaborador y la resolución de autorización para ejercer la actividad.
- Control del aparcamiento, garantizando su gratuidad e impidiendo la presencia de personas que pretendan cobrar de alguna manera por este uso.
Además, los efectivos tendrán que visitar cada uno de los puestos para asegurarse de que cada titular de la licencia ocupa exclusivamente el puesto para el que tiene autorización. “En caso de que el vendedor no cumpla con las indicaciones, se pondrá en conocimiento de la Policía Local para que actúe levantando el puesto, y se emitirá parte de la actuación realizada firmado al menos por dos vigilantes, acompañando prueba fotográfica e informe del caso, lo cual se remitirá al Servicio de Consumo para la incoación de procedimiento sancionador”, asevera el documento.
Los agentes tendrán que permanecer en cada uno de los accesos, en la medida de lo posible, para impedir la entrada de vendedores sin autorización municipal. En esta línea, el contrato indica que si se ejerce la venta “sin ningún tipo de autorización”, se indicará “a esa persona la necesidad de que abandone el mercadillo”. Si el requerimiento resulta “infructuoso” se pondrá “en conocimiento de la Policía Local para que actúe de la forma que proceda”. De no acudir la Policía Local, se intentará obtener “algún dato de identificación como pudiera ser la matrícula del vehículo”.
Este último punto es el que más ampollas levanta entre los comerciantes, quienes consideran que desde la llegada de los vigilantes –con el gobierno anterior– la venta ilegal ha aumentado considerablemente.
“Nunca hemos tenido problemas de vigilancia”, explica a este periódico Fernando Moreno, presidente de la Asociación de Comerciantes Ambulantes Interculturales de Sevilla, “porque nosotros mismos cobrábamos una cuota que incluía la seguridad y la limpieza”, entre otras cuestiones como la propia plaza. Sin embargo, denuncia que la gestión de este servicio es “nefasta”, porque “los vigilantes tienen que avisar a la Policía cuando identifican a alguien cometiendo una venta ilegal y, para cuando llegan, les ha dado tiempo a irse de sobra”.
Por otro lado, indica que uno de los requisitos que exigían al resto de comerciantes a través de la cuota era “que los más pequeños fueran al colegio”. Pero desde su desaparición, “el absentismo escolar ha aumentado”.
refuerzo de limpieza en el Cortijo de las Casillas
Fuentes del gobierno municipal han señalado a este periódico que el nuevo contrato incluye un refuerzo “para servicios nuevos” como los aseos que se han instalado en el recién estrenado mercadillo de Cortijo de las Casillas, en Pino Montano. La limpieza de los diferentes recintos –barrido del suelo, limpieza de basura, recogida de residuos y adecuación de los baños– también se externalizará a una empresa privada.
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