Algunos días hay colas en la Puerta del León del Alcázar. Es la cara más esperanzadora para el sector turístico y la que les alienta a seguir resistiendo en esta crisis provocada por la pandemia. Desde que este monumento reabrió sus puertas, el 15 de junio, ha recibido a 87.163 visitantes, de los cuales el 47% son turistas y abonan su entrada en la taquilla. El resto son residentes en Sevilla que están exentos del pago y que están aprovechando la situación para reencontrarse con esta joya patrimonial de la capital.

El mes de junio se cerró con una afluencia media de 407 personas. En total fueron 12.256 los visitantes registrados, de los que sólo 3.215 eran turistas. La tendencia se invirtió en el mes de julio. Las visitas subieron hasta las  1.100 diarias, en todo el mes fueron 34.122, y el público local fue minoritario frente al foráneo. La taquilla se animó considerablemente y fue creciendo a medida que el mes de agosto ha ido cumpliendo días. Sólo en las primeras 17 jornadas han pasado ya por el Alcázar 40.785 personas, lo que supone una media de 2.400 diarias, más del doble del mes de julio.

Las cifras representan a fecha de hoy un espejismo en medio de un panorama bastante pesimista. Los rebrotes de coronavirus y las nuevas restricciones impuestas para viajar han hundido en la última semana las previsiones para el mes de septiembre y ha desencadenado una cascada de cancelaciones que ya ha empezado a notarse.

En el Alcázar, por ahora, el cambio experimentado en agosto ha sido una mayor afluencia de visitantes locales frente al turista. Así, en la primera quincena han entrado más de 23.000 sevillanos y unos 17.000 visitantes de fuera. La cifra récord de afluencia se registró el 15 de agosto, festividad de la Patrona, con 3.202 visitantes, en su inmensa mayoría sevillanos frente a 1.310 turistas.