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Salud

Una treintena de pacientes con fístulas anales complejas se benefician de la terapia láser en Hospital El Tomillar

  • E Área Hospitalaria de Valme es pionera sanidad pública sevillana en la inclusión de esta técnica, cuya experiencia avala su participación en un Registro Nacional multicéntrico

Equipo mulitidisciplinar de profesionales de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria, en el Bloque Quirúrgico del Hospital El Tomillar, con la jefa de sección de Cirugía en el centro, la doctora Lourdes Gómez Bujedo.

Equipo mulitidisciplinar de profesionales de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria, en el Bloque Quirúrgico del Hospital El Tomillar, con la jefa de sección de Cirugía en el centro, la doctora Lourdes Gómez Bujedo. / M. G.

El servicio de Cirugía General y Digestiva del Área Hospitalaria de Valme ha optimizado los resultados del abordaje quirúrgico de las fístulas anales complejas mediante la terapia láser, incorporada desde hace un año entre los avances terapéuticos introducidos en su Consulta Monográfica de Proctología, y de la que se han beneficiado una treintena de pacientes a través de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria del Hospital El Tomillar.

La enfermedad fistulosa perianal es muy prevalente, siendo una de las más frecuentes entre las patologías anorrectales. Aunque su carácter es benigno, tiende a la cronicidad y comporta un proceso doloroso, dado que se asienta en un área anatómica muy sensible. Junto a su localización (incómoda y dolorosa), está el hándicap de las recaídas y las secuelas; convirtiéndola en patología de gran repercusión en la calidad de vida. Concretamente, la incontinencia anal o daño esfinteriano y la tendencia a la recidiva son las incidencias de mayor impacto, ha explicado el hospital en una nota de prensa remitida este viernes.

A pesar de que la mayoría de las fístulas anales se resuelven fácilmente, hay un número de casos complejos que constituyen un "reto" para los cirujanos especializados en Proctología. Según afirma la jefe de sección de Cirugía del Área Hospitalaria de Valme, Lourdes Gómez Bujedo, "la dificultad estriba en conseguir, simultáneamente, la erradicación del proceso supurativo de la fístula y la preservación de la continencia fecal".

La terapia láser del trayecto fistuloso está indicada en el tratamiento de determinadas fístulas complejas y ofrece como ventajas la preservación del aparato esfinteriano (mínimo riesgo de incontinencia) y el hecho de que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, casi sin herida, poco doloroso, susceptible de ser realizado en régimen ambulatorio y que permite una temprana reincorporación del paciente a sus actividades cotidianas en la mayor parte de los casos.

En el Área Hospitalaria de Valme, el Servicio de Cirugía General y Digestiva dispone de un año de experiencia en el uso de la tecnología láser para el tratamiento de un grupo específico de fístulas anales complejas. Su infraestructura favorece el desarrollo de esta técnica en régimen ambulatorio. De este modo, de los 120 procedimientos quirúrgicos relacionados con la fístula perianal del último año, un total de 28 se han beneficiado de este abordaje mínimamente invasivo.

Desde su consulta monográfica de Proctología, el servicio de Cirugía General y Digestiva tiene centralizada la patología benigna de canal anal (Fístulas, Fisura, hemorroides, proctalgias). Junto a los profesionales, y además de la tecnología láser, también en esta unidad quirúrgica se incorporó recientemente un avanzado ecógrafo endoanal para facilitar la atención y el diagnóstico en Acto Único de las estas enfermedades.

Aunque el tratamiento con láser de fístula perianal acumula experiencia en países occidentales, en España se ha infrautilizado en la sanidad pública, de ahí que su incorporación actual esté acompañada de estudios de eficacia de la técnica. Como consecuencia, ha surgido la iniciativa del Registro Nacional multicéntrico, al cual se ha incorporado el Área Hospitalaria de Valme entre los primeros centros participantes.

Este registro multicéntrico realizará un seguimiento de los pacientes durante los doce meses posteriores al tratamiento con el objetivo de valorar tanto eficacia como el grado de incontinencia, dolor, calidad de vida y efectos adversos.

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