Casi cinco horas de negociación, con hasta seis recesos, no fueron este martes suficientes para poner fin a la huelga de la basura. La dirección de Lipasam y el comité de empresa acercaron este martes por la noche sus posturas para solventar un conflicto que, tras diez días de paro del servicio de limpieza, ha convertido las calles de la ciudad en un auténtico vertedero. Los interlocutores se levantaron de la mesa a las diez y se han sentasdo este miércoles a las seis de la mañana. Ocho horas por delante para reflexionar y digerir una propuesta final capaz de satisfacer a ambas partes. 

Según fuentes de la negociación, el ambiente es propicio a que este miércoles se firme definitivamente una solución, que deberá aprobar y votar posteriormente el resto de la plantilla. El comité de empresa convocó este martes en torno a las once de la noche una asamblea informativa para explicar los detalles de la negociación.

Las propuestas que se barajaron este martes se basan en el cumplimiento del acuerdo firmado por los trabajadores en abril de 2012: una reducción salarial del 5% y la aplicación de la jornada de 37,5 horas semanales. Y en torno a esto se han perfilado varias opciones que afectan a estos dos puntos y a "otras cuestiones accesorias", según declaró el delegado municipal Maximiliano Vílchez al término de la reunión.

Realmente, el principal escollo parece estar en la contratación de los eventuales en periodos festivos, para lo que existe una bolsa de trabajo que tiene una escasa rotación. La intención del gobierno local apunta a cubrir dichos periodos -que incluyen la Semana Santa, la Feria de Abril y las vacaciones de Navidad y de verano- con la propia plantilla, puesto que hay que ampliar la jornada laboral a 37 horas y media semanales, lo que reduciría el número de días de descanso de los empleados. En caso de que fuese necesario, Lipasam podría sacar a concurso de manera extraordinarias una convocatoria de empleo abierta a todos los públicos para reforzar el servicio de limpieza puntualmente. Para el comité de empresa, estos descansos, que afectan directamente a la bolsa de eventuales, son una cuestión "inamovible". 

Vílchez, en nombre de la empresa, insistió en la negociación que la propuesta municipal persigue mantener la viabilidad de la empresa y conseguir un servicio de mayor calidad, así como evitar las extinciones de contrato, los despidos y los expedientes de regulación de empleo. 

Desde que el Ayuntamiento de Sevilla y el comité de empresa se sentaron el pasado lunes a negociar una salida, el protagonismo ha sido para el concejal Maximiliano Vílchez, que cuenta con una destacada experiencia en conflictos laborales. El delegado, que es inspector de trabajo de la Seguridad Social, ha mediado en conflictos como los de la fábrica de Pickman, Hytasa o Astilleros. 

El Ayuntamiento ha mantenido con firmeza el pulso durante más de una semana, en la que se ha negado a sentarse a dialogar con el comité de empresa debido al incumplimiento de los servicios mínimos y el aumento del vandalismo, que ha provocado daños por valor de más de 30.000 euros en destrozos y quema de más de 200 contenedores de basura. Esta circunstancia, de la que ha tratado de desvincularse una y otra vez el comité de empresa, ha reforzado la postura municipal, que ha exigido a la plantilla el cumplimiento de unos acuerdos que ya se firmaron en abril de 2012 en un marco económico idéntico al actual, en el que todos los empleados públicos han tenido que asumir un plan de ajuste. 

El vandalismo y las molestias causadas durante diez días a los sevillanos no han favorecido a los trabajadores en una protesta que un amplio porcentaje de la población considera desproporcionada. Sí al Ayuntamiento, que ha contado con una elevado índice de comprensión popular. Una consideración que ha animado al gobierno local a mantener el pulso y a imponer sus condiciones, que no se conocerán oficialmente hasta que se firme el acuerdo. 

En caso de que se cierre un acuerdo y la asamblea de trabajadores lo ratifique este miércoles, el gerente de Lipasam se reunirá con el comité de empresa nuevamente para diseñar un operativo especial que permita retirar en el menor tiempo posible y en las mejores condiciones las más de 6.000 toneladas de basura que invaden las calles de la ciudad después de diez días de huelga.