Los sótanos del Vaticano. Es el título de una fantástica novela de André Gide, escritor francés que en 1947 recibió el Nobel de Literatura. Dejó constancia de la fascinación que le produjo una visita a la Semana Santa de Sevilla. Los sótanos del Vaticano. Una metáfora de lo que el común de la gente no sabe del Estado pontificio. En la semana en la que se han cumplido diez años del pontificado del Papa Francisco, han coincidido en Sevilla dos de las personas que mejor conocen la intrahistoria, el tiempo y los tiempos del Vaticano.

Iago de la Cierva, gallego de Pontevedra pese a nacer en Madrid, vino a Sevilla para hablar de su experiencia como director de Comunicación de la Jornada Mundial de la Juventud que en 2012 trajo al Papa Benedicto XVI a Cuatro Vientos, en Madrid. El Papa en Madrid y ahora Madrid, representada por la presidenta de la comunidad y el alcalde de la villa, visitan al Papa. Este consultor había terminado su charla en el Aula Antonio Domínguez Valverde y saludó a su buen amigo Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3 en Roma y agregado eclesiástico de la embajada Española ante la Santa Sede, cargo que en la actualidad desempeña la ex ministra y ex portavoz Isabel Celáa. Palayo nació en Valladolid y como su paisano José Luis Martín Descalzo simultanea el periodismo con el sacerdocio. Se ordenó durante el pontificado de Pablo VI y ha vuelto a Sevilla para contar algunas cosas en sabroso diálogo con Carlos Navarro Antolín.

Iago de la Cierva se entrevista hoy mismo con el alcalde de Lisboa, ciudad que acogerá este verano una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud. Olimpiadas de la fe que se han celebrado en ciudades como Toronto (2002), Sidney (2008) o Madrid (2012).

Los diez años del Papa Francisco coinciden con la presencia de dos vaticanistas en Sevilla

La plaza Virgen de los Reyes es estos días un hervidero de turistas. En la primera semana de diciembre de 1982, con España viviendo un cambio histórico de Gobierno, se asomó al balcón del Palacio Arzobispal el Papa Juan Pablo II (1920-2005), ahora presente en la estatua de Juan Manuel Miñarro. Casi dos años después, última semana de septiembre de 1984, llegó en coche de caballos a esta misma plaza Jorge Luis Borges. El escritor argentino venía acompañado de su esposa, María Kodama, de Jacobo, hijo de la duquesa de Alba y editor de Siruela, y de la esposa del aristócrata. Es uno de los escritores de cabecera del Papa Francisco. Se alojó en el hotel Doña María donde Juantxu Rodríguez lo inmortalizó en ese diálogo de bastones con Gonzalo Torrente Ballester.

Borges estuvo en la ciudad que nunca visitaron como Papas Benedicto XVI ni el Papa Francisco. Tampoco hay que dramatizar, da a entender Pelayo. Ni Milán ni Turín ni Venecia tienen cardenal en estos momentos. En el Aula Antonio Domínguez Valverde hay una vitrina con las portadas de los periódicos que recogieron la elección de Albino Luciani, Juan Pablo I, pontífice de cortísimo mandato (33 días) o de la visita de Juan Pablo II a Sevilla para presidir la beatificación de Sor Ángela de la Cruz, que pasaría a ser Santa Ángela en el callejero.

De todos esos rotativos, hay uno de ellos que ofrece una información muy relevante. Me refiero al Sur/Oeste, presentado como Diario Regional de Andalucía. Un diario de la llamada Prensa del Movimiento cuya rotativa estaba en el Polígono Store. Lo dirigía Timoteo Esteban Vega y costaba 18 pesetas. Ejemplar del 17 de octubre de 1978. Bajo la noticia de la elección de Juan Pablo II, “primer pontífice no italiano desde el siglo XVI”, el nombre de otro Papa y dos fechas entre Paréntesis. Adriano VI (1522-1523).La Iglesia ha mantenido esa tradición: un polaco (Woyjtila), un alemán (Ratzinger) y un argentino (Bergoglio). Antonio Pelayo dio a entender que esos nuevos aires ya se apuntaban con Pablo VI, pese a que Montini era italiano de cuna. El pontífice que termina el Concilio Vaticano II que convocó su predecesor, Juan XXIII, será el primer Papa que viaje en avión, el primero que visite los cinco continentes. El que le cantó las cuarenta a Franco.

Adriaan Floriszoon Boeyens era el verdadero nombre del Papa Adriano VI, nacido en Utrecht (Holanda) el 2 de marzo de 1459. En toda la historia de la Iglesia, es el único Papa junto a Marcelo II que mantuvo su nombre de pila en su denominación pontificia. Tuvo una relación directísima con la historia de España. Maximiliano de Austria le encarga la instrucción de su nieto, el futuro Carlos I de España y V de Alemania. El rey que se casará en el Alcázar de Sevilla con su prima Isabel de Portugal. Adriano velará por el testamento de Fernando el Católico.

El niño al que instruyó será nombrado rey de España y promueve a su antiguo preceptor a obispo de Tortosa, inquisidor general de Castilla y de Aragón y cuando el monarca se tiene que ausentar para asumir la corona de emperador del Sacro Imperio Germánico le deja la regencia. Se encuentra con la rebelión de los comuneros y la ejecución en Villalar de Padilla, Bravo y Maldonado la misma semana de abril de 1521 en la que Magallanes muere en una emboscada en las Filipinas.

El 31 de agosto de 1522 es proclamado Adriano VI Papa de la Iglesia católica. Faltaban ocho días para que la nao Victoria regresara al mando de Juan Sebastián Elcano al muelle de las Mulas después de dar la primera vuelta al mundo. Una proeza promovida por el joven monarca Carlos I cuando recibe en la Corte de Valladolid al navegante portugués Fernando de Magallanes y al cosmógrafo Rui Faleiro.

Hace diez años del pontificado del Papa Francisco. Hace quinientos años ocupaba la silla de Pedro el pontífice Adriano VI, que visitó España mucho más que el Papa argentino. Fue regente, inquisidor y hasta obispo de una diócesis catalana. Su nombramiento como Papa le coge en Vitoria preparando la respuesta para un intento de invasión francesa. Reinaba en Francia Francisco I, primo de Carlos V. Cuando la fumata blanca desvela el nombre de Bergoglio, sale inicialmente el nombre de

Francisco I, que está en alguna portada de periódico. Le quitaron el número ordinal para evitar equívocos. También se barajó el nombre de Adriano VII, pero no cuajó. Tiempos de una España con un rey belga (nacido en Gante) y un Papa holandés, de Utrecht, como el tratado por el que España se quedó sin Gibraltar.Adriano VI, el Papa del final de la primera vuelta al mundo. El Papa Francisco La da todos los años, una expedición evangélica a las periferias.