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"Te vendían un jersey o un barco"

  • Textil. Un grupo de antiguas dependientas de Galerías San Sebastián pusieron en marcha una red de búsqueda de compañeros para recordar a un clásico de la industria textil

Personal de Galerías San Sebastián, en la última reunión celebrada en la Barqueta.

Personal de Galerías San Sebastián, en la última reunión celebrada en la Barqueta. / josé ángel garcía

Casi todas entraban en la tienda con 14 años. Los que tenía Sebastián Mendoza García cuando empezó de aprendiz en una tienda de tejidos. Semengar es el acróstico de este empresario de Paymogo (Huelva) que se estableció en Sevilla en 1948 y abrió Galerías San Sebastián y Almacenes Puente y Pellón.

En 1992, el año de la Expo, algunas de las que habían pasado por esta tienda de Velázquez esquina con Rioja, junto al Palacio Central, el edificio que actualmente ocupa Zara -de Paymogo a Arteixo, de Sebastián Mendoza a Amancio Ortega- crearon una red de búsqueda de antiguos compañeros y el grupo empezó a crecer. Han celebrado su última reunión y los recuerdos empiezan a salir como en un traveling.

De Sebastián Mendoza, de Paymogo, a Amancio Ortega, de Arteixo, la historia de una esquina

Ángela Núñez, gaditana de Bornos, y Cándida Velázquez, de Castilblanco de los Arroyos, entraron el mismo año, en 1964, casi quinceañeras. El hermano de Ángela se casó con Cándida. "La gente pagaba a plazos. Existía la dita y el ditero era policía". Una figura que ha desaparecido.

Pilar García Romero entró en Galerías San Sebastián en 1971, con 14 años. La misma edad con la que su padre, que regentaba la taberna Casa Eulogio, se había estrenado detrás de un mostrador como el rubio de Casa Gonzalo, en la calle Alemanes. Pilar, que después empezó a trabajar en la Universidad, entró "el mismo día y a la misma hora" que Mari Carmen Plata, su amiga, su madrina de boda. "El día lo puedo saber, tengo las nóminas".

Natividad también es de las que entraron en 1964. "Entramos cinco el mismo día". Las va recordando: "Merche, Mendoza, Charo Alfonso, de la familia de los calentitos de la Macarena, María de Gracia, que está en Canadá". Luis Alfonso Sánchez Mensaque es nieto del Mensaque que participó en la azulejería de la Expo del 29. Entró recomendado o tutelado por José Sabeiro, jefe de Semengar. En el caso de Natividad, su aval se lo dio el arquitecto Aurelio Gómez Millán, cuñado de Aníbal González y pariente lejano, "somos de la rama pobre".

Almacenes Puente y Pellón, la otra pata del empresario textil, patrocinaba el concurso Conozca usted a sus vecinos que presentaba Rafael Santisteban en Radio Sevilla y en el que sorteaban trajes de primera comunión. Entre los clientes, Pepe Macías, extremeño de Jerez de los Caballeros, recuerda a Juan Tribuna y Carmen Conde, su mujer. Chari Mata pasó del colegio a la tienda "en las primeras rebajas".

En Galerías San Sebastián salieron varias parejas. Alfonso Jaramillo entró en 1965, descargaba en calle Rioja el producto que venía de la fábrica de Semengar, y allí conoció a Encarnación Carmona, granadina. Llevan 45 años casados y dos hijos.

La alegría del reencuentro va paralela al recuerdo de los que se fueron: Mari Carmen Montañés, Carolina Valero, Caroli. Si esta tienda fuera una Universidad, Manuel Campillo sería uno de los catedráticos. El padre de Paco Campillo era el que les enseñaba a cortar las telas. Su hijo entró con 15 años. No olvida las fechas. "En la fábrica empecé el año que matan a Carrero y en la tienda el año que muere Franco". Entró en escaparates y ha seguido vinculado con el sector textil. Entró en Zara de Plaza del Duque y perteneció durante dos décadas al grupo Inditex; fue director de zona en Andalucía y Extremadura.

Dos empresarios de pueblo, uno de Paymogo, en Huelva, otro de Arteixo, en Coruña, que crearon sendos imperios y han ocupado el mismo espacio en la zona más comercial de la ciudad. Sebastián Mendoza recibió en 1970 la medalla al Mérito en el Trabajo y Amancio Ortega en 2001. Aunque el segundo es asiduo de la revista Forbes, la intuición de los dos era parecida.

"Era un comercio muy antiguo, muy arraigado en la ciudad", dice Campillo. "Con el comercio de ahora había un abismo. No tenías compañeros, tenías amigos, y eso en el trabajo es casi imposible. Ahora no se vende, la gente se atiende sola. Cualquiera de las que están aquí podían vender un jersey o un barco. El personal estaba muy formado". Paco Pérez relata muy gráficamente su transición profesional. "Yo entré de niño y acabé de vendedor".

El textil como una de las bellas artes y no es una metáfora. Un día Lola Lobo dijo en su casa que no quería estudiar. Tenía 14 años. "Mi padre me dijo: 'pues a trabajar', y lo bueno es que luego estudié". Estuvo en Galerías hasta 1978. Se casó con un distribuidor de Cruzcampo que llevaba la cerveza al bar que regentaban los padres de Pilar García Romero. Estudió Bellas Artes y empezó a hacer sus pinitos. Ha hecho varios papeles en la serie Allí Abajo, es la voz de anuncios como Soy del Sur. Pero un episodio de la tienda evoca el papel de Shirley MacLaine en El Apartamento de Billy Wilder. "Yo llevaba el punto y la lencería. Cuando me castigaban me ponían en el ascensor, que lo paraba adrede entre la segunda y la tercera planta para tomarme el bocadillo en Blanco Cerrillo o el bar Puerto Rico".

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