Un hombre sencillo que ha conseguido grandes cosas. Así es Juan Pachón (El Rubio, 1952). El lunes presentó en el Salón del Almirante su libro Nada sin ella, noventa poemas y seis relatos cortos. Hasta ahí nada de particular. Libros de poesía se presentan muchos al cabo del año. Juan Pachón no pasa por ser un autor mediático al que le presten atención los suplementos literarios.

Pero este poeta singular ha alcanzado metas a las que nunca llegarán los inquilinos de esas publicaciones. Desde 2015 tiene una calle con su nombre y su vocación, calle Poeta Juan Pachón García, en el barrio de Alcosa en el que reside desde 1974, cuando vino desde su pueblo de la Sierra Sur sevillana para hacer y aprobar unas oposiciones para entrar en Iberia, empresa en la que ha trabajado desde ese año hasta 2013. Casi cuatro décadas.

Trabajo de altos vuelos con el colofón de un primer libro de poesía, Rimas al Viento, que en 1997 fue incorporado como libro de texto de Lengua Española en la Universidad de Columbia.

El lunes se trasladó con buena parte de su familia desde Alcosa al Alcázar. Dos presentadores de excepción: su sobrino Antonio Molina, hijo de su hermana Aurelia, un doctor en Neurociencia que estudió en Estados Unidos y trabaja como investigador en las enfermedades raras. Junto a él, el pintor Miguel Rodríguez Núñez, autor de la portada.

Antes que en el Alcázar, Pachón presentó su libro, como Francisco Vélez Nieto como mantenedor, en un instituto de San José de la Rinconada, población en la que el poeta fue profesor de algo tan prosaico como Tecnología y Práctica de la Automoción.