¿A quién le interesa realmente la Liga de Naciones? Haciendo un rastreo en foros de amigos aficionados al fútbol, abonados a los equipos de Sevilla generalmente, la respuesta era clara: la mayoría sólo había visto algún rato suelto de España. Otros ni siquieran le habían prestado atención. Las redacciones de periódicos también son una buena vara de medir. Cuando hay fútbol competitivo de verdad, la Liga, la Copa, la Europa League, la Champions, una Eurocopa, un Mundial, la promoción de ascenso, los partidos por evitar un descenso o levantar un título, la excitación es general en la sala.

En la del Diario de Sevilla hay de todo, como en la viña del Señor. Y se escuchan acá y acullá huys y goles cantados estentóreamente que sobresaltan a los que están inmersos en su tarea, ajenos al ruido del fútbol. No sucede eso en la Liga de Naciones, que si acaso aparece muda en la pantalla del televisor entre el trajín habitual de la tensión periodística. Porque se sale de la rutina futbolística, más allá de que llene páginas y parrillas televisivas.

Desde luego no tiene nada que ver con lo que concita la selección cada cuatro años, sea Mundial o una Eurocopa. Reuniones familiares o amistosas previstas con tiempo para ver juntos los partidos, nervios ante las citas trascendentales, explosiones colectivas en las celebraciones o en las decepciones, que son más llevaderas en comandilla. Y mucho menos con lo que acarrea la competición de los clubes, lo que sustenta todo el negocio de la FIFA y la UEFA.

El susto que se llevó más de uno con la noticia de que Koundé tenía que pasar por el quirófano en Burdeos, su localidad de origen, tiene un motivo detrás: la sobreexposición de los profesionales en un calendario sobredimensionado a mayor gloria de... las televisiones, las grandes agencias de publicidad, los derechos que luego reparten FIFA y UEFA. ¿Quién habría apechugado con una grave lesión que podría haber trastocado toda una planificación del club que paga?

Porque torneos como esta Liga de Naciones que llegan después de una extenuante temporada de emociones fuertes, también para los aficionados que sufren y disfrutan con sus equipos, los partidos de selecciones de esta adenda del calendario son como un postre empalagoso tras la gran comilona. Un mes tuvo que retrasar Koundé su operación, y ahora sus merecidísimas vacaciones serán de convalecencia, hasta que vuelva a empezar la rueda...