Athletic-Sevilla | Informe técnico

Mano de entrenador, pie de futbolista

Diego Carlos y En-Nesyri salta con Dani García en un balón aéreo.

Diego Carlos y En-Nesyri salta con Dani García en un balón aéreo. / Luis Tejido / Efe

Precioso y valiosísimo triunfo del Sevilla en San Mamés, donde Julen Lopetegui exhibió su buena mano de entrenador y Banega ejecutó uno de sus mejores partidos antes de despedirse del que ha sido su hogar, por dos veces, de forma definitiva.

Al estratega guipuzcoano respondió sobre el cuidado césped vasco el futbolista rosarino, que ya en la primera mitad fue artífice de la excelente puesta en escena de un Sevilla mandón y bien agarrado al partido, pese a su escaso remate, y que en la segunda asió el mando del juego, tomó la responsabilidad de la perfecta falta que convirtió en el empate y acarició el balón, fuerza y terciopelo a un tiempo, para que Munir, que tiene el gol del que carecen En-Nesyri y De Jong, rubricara la remontada para hacer justicia en el marcador.

Fue un triunfo madurado, pleno de rebeldía ante la injusticia del 1-0 con el que terminó la primera parte después de que el Athletic colara dentro una de sus primeras llegadas, en pleno bajón del Sevilla, que se desinfló a raíz del parón por el cambio tras la lesión de Yuri. Con Balenziaga, el Athletic cobró más brío en esa banda derecha de la que huía Suso para aportar su visión de juego más adentro.

Pizarra del Athletic-Sevilla. Pizarra del Athletic-Sevilla.

Pizarra del Athletic-Sevilla.

El absentismo de Suso en la jugada del 1-0, dejando un pasillo que aprovecharon los atacantes vascos, fue paliado en la segunda parte en su nueva posición de mediocampista, cuando Lopetegui, contra todo pronóstico, quitó a Joan Jordán, uno de los hombres que estaba manteniendo arriba el pulso en la medular con los centrocampistas rojiblancos. El guipuzcoano entendió que el partido había que ganarlo con calidad más que con brío. Y se salió con la suya gracias al talento futbolístico de Banega.

Defensa

Aunque Diego Carlos estuvo incómodo ante la movilidad de Williams, la zaga sevillista respondió a los envites del Athletic, con Koundé soberbio. Bien coordinado en la presión alta, el Sevilla recuperaba balones y mandaba hasta que el rival vio que debía hacer daño en la salida, sobre todo por el flanco izquierdo de la zaga. Pero el equipo se rehízo también porque Bono aguantó el tipo con una gran parada al inicio de la segunda mitad, más otra al final. Gudelj se aculó en algunas fases y la presión decayó. Pero eso también lo corrigió Lopetegui al meter a Fernando y adelantar al serbio en el tramo final para cerrar el partido.

Ataque

Hasta el bajón en la primera mitad, el Sevilla tuvo dominio y verticalidad... hasta que llegaba al área, donde En-Nesyri no ofrecía ni referencias ni remates. Ya con De Jong, y sobre todo Munir, el frente de ataque fue más profundo, con el holandés fijando y el madrileño moviéndose entre líneas, ayudado por esa nueva posición de Suso y, más aún, por la conexión con el omnipresente Banega. Ya merecía haber marcado el Sevilla cuando el argentino aprovechó la falta que buscó en la frontal Munir para igualar. Y luego entre ambos fabricaron un precioso gol para certificar la remontada.

Virtudes

La lectura del partido de Lopetegui y sus correcciones, la calidad de Banega y el espíritu de rebeldía.

Talón de Aquiles

La inconsistencia de En-Nesyri y cierto absentismo de Suso y Reguilón en el gol del Athletic.

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