Fue sólo un amistoso, ante el rival de menos enjundia de los que ha tenido enfrente en este parón del Mundial, pero también fue una pista de que hay cierta mejoría que no puede obviarse por muchos regalos que hiciera el Volendam. El Sevilla cerró su ciclo de amistosos con una plácida goleada que debe ayudar a dar confianza en la búsqueda de la reacción necesaria en la competición. Y además ha encontrado en Carlos Álvarez un motivo para la ilusión, sin echar tampoco las campanas al vuelo.

El menudo futbolista de Sanlúcar la Mayor, ante la ausencia de Suso en la convocatoria -tampoco estuvieron Isco, Januzaj ni Lamela-, fue el elegido por Jorge Sampaoli para ejercer de falso delantero centro titular. Ya no fue un rato como ante el Benfica, sino de partida, con Rafa Mir en su nuevo rol de extremo. Y la apuesta salió perfecta: dinamismo, combinaciones, presión arriba y rúbrica del chaval de 19 años con una asistencia y un golazo. 

Muy pronto abrió el marcador el Sevilla. Fue un buen gol, tras una acción continuada desde atrás, desde la media vuelta que se dio Joan Jordán para abrir el foco del juego hacia el otro costado, el pase vertical de Nianzou, la apertura sobre la marcha de Óliver Torres a Jesús Navas, el desdoble del interior por fuera y el remate sobre la marcha de Gudelj, con Carlos Álvarez arrastrando a la defensa hacia el primer palo.

El Sevilla siguió mandando con prácticamente todo el equipo metido en el campo contrario y el meta Alberto Flores de testigo de privilegio. El Volendam mostró sus carencias para romper esa fuerte presión adelantada y cuando lo intentó con balones en largo la zaga sevillista estuvo atenta a las segundas jugadas.

El equipo neerlandés tuvo que replegar líneas y ahí le costó entrar los espacios al Sevilla, que los encontró en cambio acentuando su presión alta, muy agresiva tras las pérdidas. En una de éstas, los interiores y Carlos Álvarez apretaron bien, el portero se quitó el balón de encima como pudo y le cayó a Rakitic, quien de primera buscó en la izquierda a Rafa Mir. El atacante, en posición de 11, se apoyó en Carlos Álvarez en la posición de remate, pero éste la devolvió y dejó solo a su compañero, que batió por arriba al meta Stankovic con potencia. Una acción, la del canterano, que aplaudió mucho Sampaoli.

Alberto Flores también tuvo que activarse en el primer tiempo tras un error en un pase atrás de Jesús Navas con el equipo volcado llegó a Muhren, quien abrió a Walid Ould-Chikh y el disparo de rosca perfilándose hacia dentro lo sacó a córner con una buena estirada el meta de Fuentes de Andalucía (25'). 

El partido siguió igual, con amenazas a cuentagotas del Volendam y llegadas continuas del Sevilla. Tras una clara ocasión de Muhren, que remató solo un centro desde la izquierda en un mal balance defensivo entre Fernando y Gudelj, llegó el golazo de Carlos Álvarez. Sacó Alberto Flores con el pie tras detener el disparo del ariete neerlandés, Joan Jordán buscó a Óliver Torres y éste maniobró hasta habilitar con un gran balón a Jesús Navas en la derecha. El palaciego buscó a Carlos Álvarez en la esquina del área, recortó a su par, se la colocó en la izquierda y sacó una rosca impresionante al otro palo, donde dio antes de besar toda la rede. Un gol muy plástico (37').

También lo sería el de Gudelj casi inmediato, de nuevo tras una buena jugada originada en Joan Jordán con centro de Óliver Torres a la frontal, donde estaba solo Gudelj tras el arrastre hacia el área de los defensas por Carlos Álvarez y Rafa Mir. El serbio remató a bote pronto y coló el balón casi en el ángulo (41'). Y al minuto, nuevo error forzado en la salida por la presión de Óliver Torres y centro que cabecea a placer Rafa Mir (42').

En la segunda parte decayó el acierto del Sevilla, en particular porque Rafa Mir no tuvo fortuna en tres ocasiones clarísimas, en dos grandes pases de Pedro Ortiz y otro de Óliver Torres, que siguió igual de activo en la derecha. 

Poco más deparó un segundo periodo en el que la dinámica fue la misma. Sampaoli aprovechó para hacer algunos ensayos. Retrasó a Gudelj cuando entró Pedro Ortiz y luego varió al sistema de tres centrales y dos laterales largos, reubicando a Nacho Quintana de delantero a carrilero derecho. El toledano hizo el sexto gol en un córner que bajó Nianzou y que apuró tanto Rakitic sobre la línea de fondo que se golpeó en el hombro con la valla al asistir al jugador del filial. Con el cambio del segundo capitán sevillista y el séptimo gol, obra de Nacho Quintana a pase de Manu Bueno, terminó la cómoda goleada.