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La Champions: el desapego del Sevilla frente a la pasión del Lens

Ocampos se apremia para realizar un saque de banda mientras Mendilibar se enrabieta.

Ocampos se apremia para realizar un saque de banda mientras Mendilibar se enrabieta. / Antonio Pizarro

El glamur de la Champions no termina de enamorar al Sevilla. Ni al sevillismo. Sobre todo si lo comparamos con la pasión desenfrenada que sienten el club y su afición cuando afrontan la UEFA Europa League. En sus diez participaciones en el segundo torneo continental este siglo, once si se cuenta la ocasión en la que el Hannover 96 lo eliminó en la previa del torneo 11-12, el Sevilla lo ganó siete veces, en un caso que ha provocado una leyenda universal. En las nueve ocasiones que ha iniciado el máximo torneo, diez con la eliminación de la edición 10-11, sólo una vez llegó a cuartos de final, con aquella proeza de Ben Yedder en Old Trafford en 2018.

El escalón sirve para calibrar el techo del Sevilla. Pero también ilustra sobre la fe y el alma que ha puesto el heptacampeón de la UEL cuando afronta su amado torneo frente al desdén -la fábula de la zorra y las uvas- con que acoge el famoso himno de las estrellas. Sirva un dato: ante el Lens hubo 8.863 aficionados menos en las gradas que ante Las Palmas. No todos los sevillistas que sacan su carné lo hacen para la Champions. Cuestión de economía... o de prioridades, que ambas cosas suman.

La gran fiesta en las calles de Lens

En Lens, en cambio, el torneo de clubes más importantes del mundo ha sido acogido con verdadera pasión. De los 33.544 aficionados que presenciaron in situ el Sevilla-Lens, frente a los 40.578 del Sevilla-Las Palmas, hubo 1.829 lensois, cuyo acompañamiento al equipo en Sevilla fue muy agradecido por Franck Haise, técnico normando. Y en las calles de Lens se vivió una gran fiesta, con pantallas en su centro histórico y miles de aficionados siguiendo el partido y festejando el empate.

Los hinchas del Lens, que convertirán el Felix Bollaert en un infierno de 41.000 espectadores, se quedaron muchísimo rato cantando después de la terminación del partido. Celebraban el empate en casa del heptacampeón de Europa. Hacía 21 años que no disputaban la Champions, en la que sólo habían aparecido en la edición 02-03 y en la 98-99, en ésta como campeón de la Ligue 1 en 1998. Esperaban la cita con verdadera pasión, con verdadero anhelo, como una cita con la historia que culminaba su trayectoria ascendente desde que estuvieran en Ligue 2 hace tres temporadas. El contraste frente a un sevillismo que se tomó el partido como uno más de su vastísima y prolífica trayectoria continental, ante un rival a priori inferior, fue muy obvio.

Desde luego, lo vivido en la noche del miércoles estuvo lejísimos de las memorables hogueras, primero en blanco y luego en rojo, que creó el sevillismo en las eliminatorias de la pasada UEL ante Manchester United y Juventus. Con el equipo saliendo del descenso, la pasión se desbocó en pos de un paragüero, el séptimo, que se antojaba quimérico... Tan quimérica como puede aparecer siempre la Champions para un Sevilla y un sevillismo que no vibran igual con el gran torneo.

Séptimo inicio sin ganar en la fase de grupos

Ante el Lens, además, el Sevilla tuvo otro inicio frustrante en la fase de grupos. De las nueve en las que ha participado en este siglo, en siete ocasiones no pudo empezar ganando. Aunque sí logró empates celebrados a domicilio: Arsenal-Sevilla (3-0, 2007); Juventus-Sevilla (0-0, 2016); Liverpool-Sevilla (2-2, 2017); Chelsea-Sevilla (0-0, 2020); Sevilla-Salzburgo (1-1, 2022); Sevilla-Manchester City (0-4, 2022) y este Sevilla-Lens (1-1, 2023). Sí empezó ganando las fases 09-10 (Sevilla-Unirea, 2-0) y 15-16 (Sevilla-Mönchengladbach, 3-0).

En estos torneos referidos, sólo cinco veces se clasificó para las eliminatorias. En 2008 cayó ante el Fenerbahçe en casa y por penaltis en octavos (3-2 y 3-2). En 2010 volvió a caer en octavos frente a otro rival menor, el CSKA (1-1 y 1-2). En 2017 cayó de nuevo en octavos frente al a priori rival más asequible del bombo de nuevo, el Leicester (2-1 y 2-0). Y en 2018 fue la gran hazaña ante el Manchester United (0-0 y 1-2), previa a la derrota en cuartos ante el Bayern Múnich (1-2 y 0-0). En la edición 20-21 terminó tercero y cayó ante el West Ham en la Europa League. Y en la  pasada temporada también terminó tercero... para acabar enganchándose a la UEL y terminar ganándola pese a un camino complicadísimo: PSV, Fenerbahçe, Manchester United, Juventus y Roma.

El mismo PSV que se apareció como un rival que podría ser eliminado por un Sevilla que saca los colmillos cuando olisquea sangre en la UEL, pese a su situación en la Liga en aquel momento, ahora se presenta como una amenaza en el presente Grupo B de la Champions, donde el Arsenal es el clarísimo favorito (4-0 al PSV ayer) y habrá una dura disputa por el segundo y tercer puesto. Un tercer puesto que habilitará, por última vez, a jugar la Europa League... el torneo que sí hace vibrar al Sevilla y al sevillismo.

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