Sevilla-Levante

De Jong, de villano a héroe o cuánto juego da esta delantera

De Jong celebra el gol ante unos alborozados Joan Jordán y Diego Carlos y Fernando, que recupera su posición.

De Jong celebra el gol ante unos alborozados Joan Jordán y Diego Carlos y Fernando, que recupera su posición. / Antonio Pizarro

El fútbol también tiene renglones torcidos. Justo cuando Luuk de Jong parecía haber cedido a la presión de la evidencia, en el momento en que daba el testigo como delantero centro titular a Chicharito, mucho más simpático y mediático, el desgarbado y fornido atacante holandés se erigió en el héroe del Sevilla. Lo hizo de forma algo extraña en su remate, aunque firmó una jugada académica. Apertura adelantada de Franco Vázquez, al espacio del extremo; aparición en velocidad de Jesús Navas; centro perfecto al segundo palo; y remate del ariete superando al central y al meta. La heterodoxia al servicio de la ortodoxia.

Fue el día en que Chicharito, novena jornada de Liga, debutó como titular en su reestreno español. Antes había aparecido fugazmente en tres ratos, ante el Alavés, el Madrid y el Barcelona. Un triunfo y dos derrotas contemplaban la trayectoria del reestreno liguero del mexicano, mucho más trascendental en sus dos apariciones europeas: dos titularidades y dos goles claves.

El mexicano pareció unirse al mal bajío de la delantera sevillista. Un buen Levante estaba certificando el relato perfecto del oportunismo ventajista, en la dialéctica tabernaria y tuitera sobre la planificación y la revolución de Monchi: el día que Ben Yedder, máximo goleador de la Ligue 1 –ocho goles en ocho partidos–, salvaba al titubeante Mónaco, la delantera del Sevilla naufragaba de nuevo.

Y todo era contemplado desde la grada por Dabbur, de nuevo fuera de la convocatoria para un partido de Liga. En esta ocasión, junto a otro delantero, Munir. Lopetegui parece cogerle el aire al mundillo del fútbol según Sevilla y no dio esta vez convocatoria tras la sesión matinal de activación. El sevillismo se quedó sin criticar sus elecciones prácticamente hasta que Chicharito hizo el saque de centro. ¿Y Dabbur? Otra vez en su asiento del antepalco. Los roles mandan y en el banquillo había un portero (Bono), un central (Sergi Gómez), un pivote (Gudelj), dos medios (Óliver Torres y Franco Vázquez), un extremo (Rony Lopes) y un delantero... el héroe del partido.

Jesús Navas se abraza a De Jong: asistente y goleador. Jesús Navas se abraza a De Jong: asistente y goleador.

Jesús Navas se abraza a De Jong: asistente y goleador. / Antonio Pizarro

De Jong velaba armas en el banquillo del Sevilla, por primera vez en esta Liga, y medía los resquicios de la defensa comandada por Cabaco –¿no fue amarilla el empellón por detrás a Nolito, sin atender al balón?– y Rubén Vezo. Entretanto, Nolito fallaba media docena de goles, por mérito del rival, infortunio o desacierto. Reguilón se topaba con Aitor Fernández. Banega la enviaba alta. Chicharito marcaba en fuera de juego y fallaba la más clara, una preciosa jugada entre Ocampos y Óliver Torres. El mexicano no se creía que aquel balón saliese fuera. Todo estaba escrito en un renglón torcido. Fueron necesarios 49 centros, 49...

El bueno apareció tras una pérdida de Campaña. Franco Vázquez vio el pasillo, Jesús Navas lo bordó para dar la rúbrica a su mejor partido y De Jong la coló. ¿Con qué? ¿Con la coronilla, con el lateral? En el banquillo del Sevilla festejaban un gol que fue una lección de anatomía: hueso frontal, hueso parietal, hueso temporal, hueso occipital... El parietal del holandés fue la quijada de Sansón ante los filisteos del mal bajío, ante la entregada grada: "¡De Jooong! De Jooong!". Cuánto juego da esta delantera...

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