"Caímos con orgullo ante un rival muy fuerte". Vincenzo Montella lo tuvo claro. Ni reproches ni críticas a sus jugadores, que se dejaron la piel en el campo, "jugaron con energía, con personalidad", y no perdieron la esperanza de remontada a un rival que él mismo calificó como "firme candidato a ganar la Champions". Con estos ingredientes, la noche, aunque sin el final feliz que soñaban los sevillistas, se cerró sin ningún pero a la actuación de su equipo.

Faltó el gol, eso sí. "Tuvimos un par de ocasiones, no clarísimas, pero sí buenas para marcar. Como la del primer tiempo de Sarabia, o la del segundo con el cabezazo de Correa", recordó el entrenador del Sevilla. "Un gol nuestro hubiera cambiado la cara al partido y seguro que nos habría dado más fuerza en la recta final, pero no pudo ser", reiteró el italiano.

"Creo que el equipo hizo un buen partido. Jugamos con equilibrio, con personalidad, con ganas. Y no era fácil ante un rival que puede ganar la Champions", valoró el preparador nervionense.

Así, con la cabeza alta, quiso Montella que sus jugadores se despidiesen de Múnich en una noche inolvidable. Y también que extrajesen un valioso aprendizaje que aplicar a sus próximos partidos de Liga: "Tenemos que sacar el orgullo que hemos demostrado en la Champions en los partidos que nos quedan. El sábado tenemos la primera oportunidad de hacerlo, y hay que jugar con las mismas ganas que aquí".

Confía Montella en que su Sevilla dé la cara en el campeonato nacional para revertir la mala racha de las últimas semanas, pues el objetivo a conseguir no es menor: "Tenemos que jugar en Europa la próxima temporada".

Antes de abandonar la sala de prensa del Allianz Arena, Montella quiso agradecer a los aficionados sevillistas el apoyo recibido: "Creyeron hasta el final. Para mí es un orgullo entrenar a un equipo con estos aficionados".