SERÁ la segunda vez que el Sevilla visite Eindhoven en este año, un lugar marcado con letras de oro en la historia del club. En Eindhoven empezó todo y ya se sabe qué quiere decir todo. Todo es lo mucho conquistado por el club sevillano desde aquel mayo histórico de 2006 en el Philips Stadion con goleada sobre el Middlesbrough, el Boro para iniciados. Y hoy repite tras haber estado allí, y perdido, el pasado mes de febrero.

Fue una derrota inocua, ya que el PSV se quedó a un gol del 3-0 logrado por el Sevilla en la ida. Y lo de hoy son palabras mayores, segundo partido de la fase de grupos de Champions y ambos llegan tras dos malos resultados. Por supuesto que peor el de los neerlandeses que el empate casero del Sevilla con el Lens. Los de Brabante cayeron en Londres bajo la bota del Arsenal con rotundidad, pero hogaño encabezan la Eredivise tras un pleno de puntos en los siete partidos librados.

Sevilla, PSV y Lens están llamados a pelear por esa segunda plaza que sabe a gloria tras reconocer que el Arsenal de Arteta es el favorito para encabezar el grupo, sobre todo por el póquer de goles que logró ante el rival de hoy así que den las nueve en todos los relojes de la noche neerlandesa. Y a esa especie de tierra sagrada para el sevillismo acude un Sevilla muy restablecido de su inicio lleno de dudas y que peleó con argumentos sobrados el viernes en Montjuïc.

Es Champions, nada más y nada menos, lo que hoy se programa en el Philips Stadion y allá acude un Sevilla que se crece cuando traspasa los Pirineos. La buena imagen del viernes ante el Barça, junto a la goleada sobre el Almería han hecho que la autoestima crezca y que esta cita en el primer torneo continental se afronte con optimismo. Es el PSV un enemigo directo y eso hace que el choque de esta noche se tome con las debidas precauciones pero también con fe en sí mismo.