Sevilla FC

En-Nesyri lidera al Sevilla más divertido (3-2)

  • Tres tantos del delantero marroquí le dan a los nervionenses una justa victoria contra otro de sus rivales directos

  • Los hombres de Lopetegui generaron mucho juego cerca de Remiro y pudieron golear a la Real

En-Nesyri define con su pierna izquierda para anotar el segundo gol sevillista.

En-Nesyri define con su pierna izquierda para anotar el segundo gol sevillista. / Antonio Pizarro

La versión más divertida del Sevilla de Julen Lopetegui también es capaz de acabar con la sonrisa en el rostro, del equipo y de todos quienes profesan la fe balompédica radicada en el sevillanísimo barrio de Nervión. El cuadro blanquirrojo derrotó a otro rival directo, en este caso la Real Sociedad y lo hizo con un nombre propio rotundo. Youssef En-Nesyri fue el autor de los tres tantos locales en una exhibición de esas dos facetas en las que tanto está mejorando el marroquí, que son la definición y la intuición para que su relación con el gol sea cada vez más fluida. Pero, sobre todas las cosas, destacó la capacidad de todo el conjunto para desarrollar un juego vistoso, cercano a la portería rival y encima ganar, que es lo verdaderamente trascendente en este juego llamado fútbol.

Porque el Sevilla de esta soleada tarde de sábado no sólo fue efectivo a la hora de superar la oposición de ese gran guardameta que responde por Álex Remiro, también obligó a joven cancerbero realista a hacer tres o cuatro paradones más para que la cosa no se fuera a unos guarismos bastante extraños en el fútbol de la contemporaneidad. El encargado de proteger los tres palos de la Real Sociedad se lució ante Joan Jordán (29’), le salió de manera magnífica al trigoleador (32’), le hizo un paradón increíble a Suso con la punta de la bota (73’) y, por último, le sacó un balón abajo espectacular a Ocampos (88’).

El relato de las ocasiones claras de gol tal vez sea el más prolífico en casi toda la era Lopetegui

Pero no sólo eso, el recuento de oportunidades claras de gol también puede incluir un balón rematado muy alto por En-Nesyri en un pase con comba de Acuña que lo dejó solo (62’) y la última que le llegó a De Jong en el minuto 93, y último, en una internada por la derecha. Sirva este relato de ocasiones claras de gol, tal vez el más prolífico de todo el presente curso, y si se apura al cronista, igual desde que Lopetegui se hiciera cargo del banquillo sevillista. Sólo la noche loca contra el Rennes, con una infinidad de llegadas, puede ser la excepción que supere a este despliegue ante la Real.

Y sí, también se sabe que el fútbol debe ser un compendio de todo y que en esta ocasión la defensa no fue precisamente la mejor arma de los sevillistas. Los hombres que vestían de blanco regalaron, con literalidad en el primero de ellos, dos goles. Diego Carlos, en una acción fácil de sacar la pelota, le puso el balón imposible a Bono y después un córner no pudo ser peor defendido para que anotara Isak. También, para que nadie se enfade, constatar que Bono le sacó una a Guridi igual de increíble que la que Remiro evitó de Suso (17’) y que Koundé evitó entre los tres palos que Mikel Merino empatara de nuevo con su cabezazo (76’).

El análisis de un resultadista empedernido constata que de esa forma también gana

Fin del recuento de ocasiones para unos y otros en una cita en la que sí tenía trascendencia apelar a la libreta del cronista para analizar la cantidad de veces que ambos equipos pudieron cantar un gol, aparte de las cinco en las que ya lo hicieron y así lo constató Alberola Rojas en el acta de los hechos. Pero también puede servir todo lo anterior para concluir por parte de un resultadista empedernido que jugando de esa forma más divertida y arriesgada también puede este Sevilla acabar con la sonrisa instalada en su rostro tras sumar tres puntos más.

Porque el cuadro de Lopetegui mostró una cara bien diferente a la habitual, sobre todo en la primera mitad. Los anfitriones atacaron, buscaron las espaldas de los laterales, metieron balones profundos tanto para los dos extremos como para el propio En-Nesyri, le robaron la pelota a la Real Sociedad muy cerca del área donostiarra... Y encima también supieron tocar el cuero para que éste estuviera en esa zona tan complicada de defender en muchas ocasiones y no sólo en la circulación exterior propia del balonmano y del hockey sobre patines.

El Sevilla, esta vez sí, fue un equipo incisivo, capaz de generar mucho juego en las zonas en las que realmente los rivales sufren y por ahí le fue ganando el terreno a esta Real Sociedad que comenzara el curso como un tiro y que tiene argumentos de sobra para amargarle la tarde a cualquier equipo con el que se cruce.

Lopetegui no necesitó cambiar de nombres, le bastó con variar el estilo y ser más incisivo

Lo hizo, además, Lopetegui exactamente con los mismos hombres que ya se han convertido en su once preferido en la presente campaña. La alineación titular era la que cualquier niño sevillista puede recitar de memoria, con ese 1-4-3-3, además, tan identificable como patrón de juego. Bajo ese dibujo, fue Fernando el que alteró el discurrir de las cosas con una incorporación por el costado derecho que halló la complicidad de Suso con un espectacular pase del gaditano. El brasileño llegó con el tiempo justo para darle el gol en bandeja a En-Nesyri y el Sevilla ya ganaba en el minuto 4 gracias a una estupenda jugada colectiva.

Pero esta vez la protección atrás no iba a ser tan eficaz y sólo un minuto después Diego Carlos se empeñaba en meter al rival de nuevo en el litigio. Sin embargo, En-Nesyri en otro robo muy arriba de Fernando se encargaba otra vez de colocar el 2-1 en un juego de vértigo. Regate al central perfecto y no menos buena definición del marroquí ante el gol.

El Sevilla parecía encaminar de nuevo la cosa, pero no, un córner mal defendido y empate de nuevo y suerte que Bono le sacó una mano providencial a Guridi para que no fuera aún peor. A partir de ahí todo se tranquilizó y los locales sí fueron generando más juego, rozaron el gol antes del intermedio y volvieron a adelantarse en otra acción en superioridad por la derecha no más reanudarse el encuentro.

Aunque todo siguió siendo divertido, con opciones claras para unos y otros, el Sevilla mejoró muchísimo sus prestaciones en ese segundo acto y lo raro fue que no se despidiera al final con un 5-3 o un 6-3. En-Nesyri le había puesto el nombre propio, pero la realidad es que fue el Sevilla más divertido de Lopetegui y encima ganó, ¿qué más se le puede pedir en esta ocasión?

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