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La fe interior en el ideario de Lopetegui frente a las críticas

Lopetegui pide explicaciones mientras Gudelj y Augustinsson se disponen a salir.

Lopetegui pide explicaciones mientras Gudelj y Augustinsson se disponen a salir. / Antonio Pizarro

La durísima derrota ante el Real Madrid, la forma en la que el Sevilla encajó la primera derrota liguera de la Liga en su feudo, precisamente ante la mejor entrada de toda la temporada, con el no hay billetes y más de 40.000 espectadores en las gradas, ha confirmado un cisma que ya se venía anunciando por las críticas continuas al ideario de Julen Lopetegui.

El propio entrenador asumió su parte de culpa en esa manera de entregar un 2-0, de no saber mantener la ventaja ante un fuerte líder crecido en pos del título. Monchi también habló de cómo hace autocrítica a diario, sin anunciarla a bombo y platillo. Y de paso acorazó a su entrenador. "Creo mucho en Julen", dijo. Es el momento de unir fuerzas desde el interior ante el momento más bajo frente a la afición del entrenador guipuzcoano. Pero las voces críticas de algunos futbolistas, pilares del vestuario, resquebrajan en parte esa fe en el ideario de Lopetegui.

El Sevilla atraviesa el peor momento, en cuanto a sensaciones, de toda la temporada y, encima, su archirrival es su principal perseguidor, que lo puede igualar hoy si gana al Elche antes de jugar la final de la Copa del Rey. Y eso también influye en la percepción externa. La trabajada y costosísima victoria sobre el Granada fue como un oasis en medio de una travesía del desierto de continuas decepciones, en forma de empates ligueros, que redujeron el otrora mullido colchón de puntos, mientras la hemorragia de lesiones sigue debilitando al equipo, otro factor que pone en el foco de la opinión pública al cuerpo técnico de Lopetegui.

El técnico escuchó ayer un fuerte aplauso de sus futbolistas al término de la charla que les dio al inicio del entrenamiento tras la derrota ante el Madrid. Y Monchi contribuyó a reforzar esa unión interior frente a las críticas...

"Cuando las cosas no van bien todos recibimos críticas, seguramente yo más que nadie. Respeto todas las opiniones pero si yo tuviera que seguir lo que se habla en la calle a lo mejor Lopetegui no estaría aquí y no habríamos conseguido la sexta Europa League y dos clasificaciones para la Champions League", dijo en Radio Sevilla. "El director deportivo del Sevilla tiene que tener las espaldas anchas para proteger a los míos, sobre todo a los que creo, y yo en Julen creo. Cuando lo firmé, 11 de cada 10 personas no lo querían y su balance es muy positivo".

Ese fuerte apoyo de Monchi también se debe a que la filosofía de juego, el ideario del guipuzcoano, está en entredicho de puertas afuera. "El discurso de Julen tanto interiormente como para fuera no ha cambiado. El equipo ha bajado, pero ha coincidido con bajas de enorme peso", continuó Monchi.

Pero en las palabras de algunos futbolistas se deja entrever cierta disensión interna. Diego Carlos, por ejemplo, tras la derrota en el Camp Nou, acusó al equipo de un excesivo paso atrás a la hora de defender en el bloque bajo. "Tenemos que habituarnos a sacar el equipo mucho más rápido. Veo que en los últimos partidos estamos defendiendo demasiado bajo", dijo el brasileño, que señaló "un poquito de falta de confianza de los chicos".

Y Koundé abundó en ese asunto de la confianza, al igual que Lopetegui, quien vio "falta de tranquilidad". "Nos quemaba la pelota", dijo el técnico. Y el central hurgó en esa herida. "En la segunda parte gastamos todo lo que hemos hecho bien en la primera. Nos ha faltado carácter, personalidad con la pelota sobre todo", dijo. Y no puso paños calientes con la jugada de Camavinga -una jugada clave, obviamente- o las lesiones. "Es clarísimo que ha sido por nuestra falta de carácter en la segunda parte", añadió, usando la misma expresiónd que Lopetegui: "Nos ha quemado el balón en los pies".

Ha habido críticas continuadas esta temporada al mal de fondo del estilo de juego, que se retroalimenta con la ausencia de futbolistas con personalidad que acababan de salir de lesión y que son capaces de empujar con el balón, como el Papu o Lamela, más allá de la ausencia cave de Fernando o del guadianesco Delaney. El aplauso de la plantilla al entrenador habla de la fe del equipo. "Seguro que nos vamos a levantar", dijo Koundé. Pero la duda exterior sobre esa fe interna sólo se puede paliar con resultados y los meses de marzo y abril están siendo pésimos en este sentido. Mientras, la presión de la Liga crece. Es la hora de la personalidad. De demostrar esa fe con hechos y no con palabras.

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