Pablo Machín está esperando como agua de mayo la aportación de Maxime Gonalons, que ya lleva más de una semana entrenándose con el grupo tras recuperarse de la fractura que sufrió en septiembre en la cabeza del peroné. El francés está cerca, por tanto, de empezar a tener contacto con la competición y, de hecho, Pablo Machín ya lo mencionó en su rueda de prensa previa al duelo ante el Huesca.

La duda es si el técnico castellano lo hará en la cita ante el Akhisar turco este jueves, un duelo en el que podría ir ya en la convocatoria e incluso probarlo de cara al partido ante el Espanyol, o si por el contrario es preferible que espere un par de semanas más y aproveche el parón liguero para intensificar su puesta a punto en el plano físico y competitivo.

Y es que Gonalons es un jugador que le va a dar a Machín muchas soluciones. Para empezar, su altura le ofrece al equipo algo fundamental y que ahora mismo no tiene, presencia en el juego aéreo, algo básico para Machín y para cualquier técnico en la estrategia defensiva y ofensiva y en otras facetas del juego.

Pero Gonalons también le brindará al técnico sevillista, junto con la presencia de Amadou cuando haya defensas para que pueda volver al centro, la oportunidad de volver –si quisiera– a su anterior esquema de juego con dos centrocampistas, dos mediapuntas y un solo delantero referencia.